Andrés Juan Sáez

Natural de Corral Rubio. Agricultor de profesión. En la época de la Transición fue durante 12 años concejal de su pueblo.

Fecha de entrevista: 03/02/2015

Comarca: Corredor de Almansa y Monte Ibérico
Municipio: Corral Rubio
Año Nacimiento: 1930
Género: HOMBRE
Entrevistadora: Ester Pérez González

Dónde nació usted y de dónde era su familia?

Mi padre era de Almansa y mi madre de Montelaegre, y mi abuelo también. Y yo ya nací en Corral Rubio y allí me he criado toda mi vida. Voy a hacer 84 años y  toda mi vida la he pasado en Corral Rubio.

¿Tiene más hermanos?
Sí dos, un mayor y otro menor. El más pequeño ya falleció y el otro está en Barcelona.

¿Fue usted a la escuela? Cuénteme qué recuerda de su infancia

Fui como unos dos años, pero a temporadas, no todo el año. Que había faena en mi casa, pues a hacer faena en mi casa, que no, pues a la escuela. Y entonces íbamos por la mañana y por la tarde.

¿Cuántos críos iban a la escuela?

Pues allí iríamos unos 50. Un aula a tope. Y de las muchachas igual. Los estudios iban reguleros, lo que pasa es que yo por las noches, cuando volvía de trabajar, iba a que me diera clase el maestro y ya dominaba yo muy bien las cuatro reglas y todo. Cuando me fui a la mili, de 130 o así que estábamos en la compañía, yo era de los 12 ó 14 que más sabía, porque por aquel entonces el 60% de la gente era analfabeta.

¿Usted sabía leer y escribir?

Claro. Me habilitaron para cabo antes de examinarme. Yo estaba bastante bien, dominando las cuatro reglas.La escuela estaba dividida en dos aulas. A una iban los chiquillos y a otra las chiquillas. No querían juntarnos, no querían revolvernos.

¿ Y a usted le parecía eso bien?

Sí, a mi sí. Porque aquello era entonces lo que se llevaba. Si nos hubieran revuelto entonces como ahora están, madre mía lo que hubieran dicho. Estábamos conformes todos.

¿Y tiene algún recuerdo de su maestro de su maestra?

Sí. El maestro era de Higueruela: Don José Colmenero Verdejo, se llamaba el hombre. Era muy buen maestro

¿Cuándo empezó usted a trabajar en el campo?

En el campo, ya fijo, a los trece. Empecé a labrar con las mulas y allí ya la faena que había, había que hacerla.

¿Trabajaba usted para otras personas?

No, trabajaba siempre para mi casa. O sea que fui toda mi vida autónomo. ¿Y sabe cuánto empecé a pagar de sello?  50 céntimos. Y he cotizado 48 años a la Seguridad Social.

¿Y le ha quedado a usted buena jubilación?

¡No llega a 800 euros! Así que date cuenta

¿Cómo era la jornada de trabajo entonces?

De sol a sol. ¿Que había más faena? Pues se madrugaba más. Y por la noche hasta que se veía.

¿Qué cultivaban?

Cereal. Centeno, avena… Y viña también había alguna.

Y aparte de la agricultura, ¿a qué otras cosas se dedicaba la gente?

Pues el que trabaja para él o como jornaleros, pero siempre en el campo.

¿No había comercio?
SÍ hombre, había una panadería…La gente entonces iba a cocer al horno. Y había dos o tres tiendas. Y bares, y el casino.

¿De industria, nada?
Industria nada.

¿Y lo que sacaban del campo era para su propia subsistencia o se vendía?

Lo que sobraba se vendía. Se guardaba para el año y luego el sobrante se vendía. Pues igual que ahora. Pero entonces claro… como se cultivaba menos, se producía también mucho menos.

Supongo que la introducción de la maquinaria en las labores agrícolas trajo cambios

Allí nos juntamos seis o siete jovenarios e hicimos como una cooperativa. Compramos la maquinaria para seis años, pero como siempre que hay gente, pues surgieron las discordias y estábamos deseando que se acabaran los seis años para salir cada uno por donde pudiera. Nos partimos la maquinaria y no nos entendíamos y entonces acordamos por intermediación del sindicato, valorar la maquinaria y sorteárnosla y me tocó a mí. Y uno dijo que no recibía la parte y al cabo de los años le pagué su parte.

¿Y fue la maquinaria lo que provocó que la gente se fuera del pueblo?

Claro, entonces todo se hacía a mano y cuando llegó la maquinaria pues para lo que un tractor labraba se necesitaban antes seis o siete pares de mulas y había que tener siete muleros. Y para cosechar igual, vino la cosechadora y en un día se cosechaba más que en un mes. En donde ha quedado gente es en la viña, porque en la viña sí que hay que echar jornales, pero en cereal no.

¿A qué se dedicaban sus padres?

Mi padre se murió siendo nosotros jóvenes. Cuando yo iba a la escuela era porque él trabajaba, pero cuando enfermó ya éramos mis hermanos y yo los que trabajábamos. Y mi madre, pues las faenas de la casa.

¿Y cómo recuerda su juventud? ¿Qué hacían?

Pues trabajando y pasándolo bien. A nuestra manera también lo pasábamos bien. Entonces había muchos bailes y muchas fiestas que ahora no se hacen. También había cine allí en el pueblo. No se pasaba mal. El cine era de allí. Hacían la película, luego se recogían los bancos y a bailar. Y esa era la que llevábamos por delante.

¿Y cuáles eran las costumbres de antes? ¿Qué fiestas que se celebraban?

Pues igual que ahora. La fiesta principal es San Miguel, el 29 de septiembre. Y luego venía la Candelaria, San Antón, los carnavales…Como ahora. Han quitado alguna.... Si es que allí ya no hay gente. Si estamos allí 350 personas y 300 somos pensionistas. La gente joven se ha ido

¿Cómo se divertían?

Sabes lo que hacíamos mucho? Jugar al frontón. Y hacíamos reuniones. Pues igual que ahora.

Hombre igual que ahora no. ¿Hacían botellón?

No, porque a mi el botellón ese no me gusta. No lo tolero. Pero hacíamos la reunión en nuestras casas. Como había poco dinero, ¿sabes cuál era el botellón? Pues Había una tasca allí y nos bebíamos dos culetes de vino y pasábamos el rato. Y luego nos íbamos a buscar a las chicas que estaban en las casas jugando.


¿Y no salían al campo?
Sí, cuando llegaba San Isidro y San Antón, esas fiestas se celebraban. El Jueves Lardero nos íbamos  a merendar al campo.

¿Cómo es la convivencia en el pueblo, hizo mella la guerra civil?

Bien…Hombre siempre hay un miaja de … pero bien.
Yo nací en el 31, tenía 5 años. De la guerra me acuerdo de cosas que se comentaban después. Cuando terminó la guerra, pero de lo que pasó es de lo que he ido oyendo.

¿Y la posguerra?

De eso sí me acuerdo bien. Cuando acabó la guerra tomaron allí el mando los falangistas y nos hacían hacer instrucción todos los domingos y el que no iba, nos llamaban y nos purgaban. Nos llevaban así..

Nosotros me acuerdo que vivíamos muy cerca de la Iglesia y vinieron los milicianos de Montealegre y tiraron en medio de la plaza todos los santos y los hicieron polvo. Pero en Corral Rubio no hubo como en otros sitios eso que se decía de “le han dado el paseo”, que era llevárselos para matarlos.
Siempre había algún cabecilla o cabeza rota pero en general en Corral Rubio no hubo mala gente. En el Villar por ejemplo mataron a diez o doce.

Usted en la época de la transición fue concejal ¿Tenía interés en la política o fue algo fortuito?

Pues mira te voy a decir por qué me metí en política. Había una familia allí y uno de los hijos era ingeniero y estaba en el Instituto de Colonización. Era muy amigo mío y como no encontraban a quien fuera alcalde del pueblo me lo pidió por favor. Y yo dije: "A mÍ dejadme  de política". Pero me lo pidió por favor. Y me presenté de alcalde. Y empaté a votos con los socialistas. Y el que estaba en la mesa no engañó porque quedaba un voto solo y dijo que era del PSOE. Y al cabo de los años me encontré a esta persona y me dijo que ya se había salido del PSOE y me reconoció que nos había engañado, que ese voto que les dio la victoria era del PP. Y yo le dije, pues no me viene ni bien ni mal.


¿Qué recuerda de aquella época en la que ejerció en la política?

Pues que era mucho mejor que lo que tenemos ahora. Al menos en aquella época nadie cogía un duro y ahora todos están por el dinero.
Antes se hacían las cosas con los impuestos. Y entre todos. Lo mismo los concejales del PP que del PSOE. Hicimos una nave allí, a base de jornales nuestros. El Ayuntamiento ponía el material, pero los sábados y los domingos íbamos a trabajar nosotros.


¿Cómo se fue dotando el municipio de servicios?

Pues se puso el agua en las casas, el alcantarillado, el asfaltado… Está muy limpio ahora porque como ponen a gente del paro. Y hay muchas comodidades, de agua, de todo…

¿En esa época, cuándo alguien se ponía enfermo dónde recurriría?

En el pueblo siempre había un médico y practicante. Luego se hizo el centro sanitario.

Y el transporte, ¿cómo eran las comunicaciones con la ciudad?

Todos los días había un autocar a Albacete que iba y venía. A las nueve de la mañana para arriba y a la seis de la tarde de Corral Rubio a Montealegre.

¿Qué le parece que los jóvenes ahora se tengan que ir porque aquí no hay trabajo?

Hombreee, pues a buscarse  las habichuelas. Qué van a hacer en Corral Rubio, pues nada! En Montealegre o Fuenteálamos, como tienen viñas y hay que echar muchos jornales, han prosperado. Pero los pueblos que viven del cereal, sobreviven gracias a las subvenciones que reciben del Gobierno, si no…la tierra estaría parada.

¿Qué consejo daría usted a los jóvenes?

Pues yo qué sé. Qué consejo les voy a dar, no lo van a tomar. Por ejemplo todo ese del botellón y toda esa libertad que tienen, no me va eso a mí

¿Cómo ve ahora el pueblo?

La diferencia que le llevaba antes Albacete a Corral Rubio se la lleva ahora Corral Rubio a Corral Rubio. El pueblo está muy bien asfaltado, todas las viviendas renovadas…Lo que no hay es vida. Ahora estaremos en el pueblo unas 400 personas y luego en veranos se juntan 1000 personas.

El pueblo está muy bien y tiene un campo de deportes que no se puede comparar con el que tienen en Montealegre u otros sitios. ¿Pero sabes por qué lo tiene? Porque cuando hicieron la concentración parcelaria, como quitaroncaminos y lindes, sobraron 18 hectárea de tierra, y esa tierra se la adjudicaron al Ayuntamiento. Y el Ayuntamiento se quedó con nueve hectáreas en la esquina, donde está la piscina, el campo de fútbol, de tenis… Tiene aquello mucha arboleda. Hasta teníamos tiro al plato lo que pasa es que la Guardia Civil nos lo cerró porque nos faltaban unos metros de ancho.

¿Cuándo se empezó a ir la gente?

Los últimos años de Franco ya empezó a irse gente. Y ahora también. ¿Qué van a hacer allí? ¡Hasta yo me vengo a Albacete!

 

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