Demetrio Gutiérrez Alarcón

Entrevista realizada por "Visión 6" en 2004 y editada por el IEA en 2023.

Demetrio Gutiérrez Alarcón nació en Melilla en 1928, donde estaba destinado su padre como militar,  Baltasar Gutiérrez natural de Viveros y su madre Joaquina Alarcón de El Ballestero.
Inició su carrera profesional con la publicación de un artículo en el Diario Albacete sobre la cogida y muerte del torero Eduardo Liceaga en la plaza de toros de San Roque, en la Línea de la Concepción.  
Participó en la fundación de Radio Juventud en los años cincuenta, emisora en la que estuvo 22 años en antena con el programa taurino “Moñas y Caireles”.
Realizó exclusivas para algunas de las revistas más importantes de la época, como Semana, 10 Minutos, Ruedo y otras muchas.
Marcó una época importante en el periodismo albaceteño como director de la Voz de Albacete y más tarde de La Tribuna, fundando posteriormente el emblemático semanario Crónica.
Demetrio Gutiérrez Alarcón  falleció en Albacete el 14 de abril de 2016.

En la biblioteca digital del Instituto de Estudios Albacetenses están digitalizados los ejemplares de la revista "Crónica de Albacete".

https://iealbacetenses.dipualba.es/details.vm?q=id:0000081679

 

Comarca: Llanos de Albacete
Municipio: Albacete
Provincia: Albacete
Pais: España
Año Nacimiento: 1928
Año Fallecimiento: 2016
Género: HOMBRE
Entrevistador: Fernando García - Visión 6

TRANSCRIPCIÓN EDITADA – AUDIO “ARCHIVO DE LA PALABRA”
PROGRAMA VISIÓN 6 “LA OTRA CARA”
DEMETRIO GUTIÉRREZ ALARCÓN


P: Queridas amigas y amigos muy buenas noches, bienvenidos a Visión 6 en esta noche de viernes, a nuestro programa de La otra cara.  Esta noche vamos a tener para todos ustedes a uno de los grandes nombres que ha dado el periodismo de Albacete, el periodismo de nuestra tierra. Concretamente me estoy refiriendo a don Demetrio Gutiérrez Alarcón quien ha sido director de la Voz de Albacete, director de La Tribuna y también director y fundador del semanario Crónica.
Buenas noches Demetrio.

DGA: Buenas noches Fernando.

P: Le agradezco su presencia aquí en los estudios de Visión 6.

DGA: El agradecido soy yo, así es que estamos en paz.

P: La alegría de tenerle aquí, pues la tenemos que compaginar, porque así es la vida, con la tristeza que nos ha producido a todos, la desagradable noticia de la muerte de un compañero, concretamente Ricardo Ortega que era corresponsal de Antena 3 en Haití.

CRÉDITO:    00:00:50

DGA: Ha sido terrible lo de Ricardo Ortega y lo de otros compañeros que sabemos que murieron también así, pero estos son, como dice.., como suele decirse son “gajes del oficio” y ellos no lo ignoran. El periodista cuando está apasionado por su trabajo y hay un riesgo, lo corre, no quiero decir que esto ocurra todos los días ni que se juegue la vida todos los días pero el riesgo en un frente o entre un tiroteo, entre un bombardeo es así y ellos no lo ignoran pero el afán de cumplir, el afán de superación y de servir a los ciudadanos, que es imprescindible hoy día, estar informado para saber lo que va pasando in situ por los propios protagonistas de la información. Él fue un hombre ejemplar, yo estaba muy identificado con su imagen, lo seguía con interés en los diversos teatros de guerra en que estuvo y la verdad es que me impresionó mucho, y que lo siento muchísimo como todos los periodistas, sobre todo los periodistas.

P: ¿Ata tanto el trabajo periodístico para dar la vida por él?

DGA: Pues se llega a un momento en que se da la vida, se la juegan ¿no? Es como los toreros que dicen que el torero no quiere que lo moje el toro, ni quieren morir por supuesto, pero llega un momento en que dices: “se está exponiendo” es que  parece que lo pide y es por conseguir el triunfo, pues quizás también en esto influye algo, arriesgarse excesivamente, no inconscientemente sino excesivamente.

P: Pues antes de meternos de lleno en nuestra entrevista Demetrio, nuestros compañeros de producción han preparado un breve recorrido que han hecho a lo largo de su vida y a lo largo de su trabajo.

DGA: (Sonriendo) Larga vida, espero que no sea tan largo el recorrido pero bueno.

P: Le invitamos a que lo vea con nosotros.

DGA: Gracias.

REPORTAJE:
Demetrio Gutiérrez Alarcón nació en Melilla en noviembre de 1928, pues allí estaba destinado su padre como militar profesional. Hijo de Baltasar Gutiérrez natural de Viveros y de Joaquina Alarcón vecina de El Ballestero, Demetrio era el mayor de los hermanos: Amelia, Pedro, Francisco, Joaquina y Juan.
Tomada la decisión de venirse a Albacete por parte de su padre, la familia se instala definitivamente en nuestra ciudad en el año 1944, lo que permitiría al joven Demetrio terminar su bachiller superior en el Instituto del parque, el Bachiller Sabuco.
Ni la distancia ni los años han podido con la nostalgia que siente por las agrestes tierras del norte de África, tierra en la que aprendió muchas cosas pero sobre todo una, amar el Mediterráneo.
Influido por el entorno familiar y por el ambiente militar piensa que lo suyo era el ejército, pero pronto se da cuenta de que esa no es su verdadera vocación.
Su aproximación al mundo del periodismo tiene un primer momento cuando gana en quinto de bachiller un concurso literario con motivo del Día del Libro, que consistía en una redacción en latín sobre las Fábulas de Cedro, pero lo que marcó el inicio de su carrera profesional, fue el artículo que mandó al Diario Albacete sobre la cogida y muerte del torero Eduardo Liceaga en la plaza de toros de San Roque en la Línea de la Concepción.  
Se lo publicaron a los dos días, hablamos del año 1946. Estaba de director el mejor periodista de la época en Albacete, don Antonio Andújar quien le alentó, animó y fue realmente su maestro.   
Fue una época en la que nuestro invitado empezó a colaborar en otros muchos medios escritos, destacando su primera crónica taurina en la prestigiosa revista El Ruedo, de gran renombre internacional.
Nos describe con nostalgia una época en la que el periódico tenía un gran número de suscriptores y en la que los transeúntes les quitaban de las manos los periódicos a los vendedores que los iban voceando por las principales calles de Albacete.
Este gran periodista es padre de cuatro hijos que han dado verdadero sentido a su vida: Belén, Carlos, Gabriel y María.
Mucho sentido tuvo también para Demetrio el ser uno de los fundadores de Radio Juventud allá por el año 1950, emisora que lo tuvo 22 años en antena con un magnifico programa taurino “Moñas y Caireles”, todo un fenómeno sociológico como él dice. Una época dorada del toreo albaceteño cuando Pedrés y Montero paseaban el nombre de Albacete por las plazas más importantes de España.
Abandona el periódico del que era propietario don Pedro García Munera para fundar Crónica, semanario al que muchos auguraban una corta vida y que hoy es el decano de la prensa de Albacete.
A pesar del éxito de la radio, le gustaba el papel, motivo por el que empezó a hacer exclusivas para algunas de las revistas más importantes de España como Semana, 10Minutos, Ruedo y otras muchas. Marcó una época importante en el periodismo albaceteño como director de la Voz de Albacete y más tarde como director de La Tribuna, aunque en este, durante un corto periodo de tiempo.
Una dilatada y prestigiosa carrera profesional que hoy, desde su jubilación, contempla satisfecho y en compañía de sus hijos y de su mujer María José Henares.

– INFANCIA - ÁFRICA:   00:08:24

P: Me decía el otro día Demetrio y me llamaba poderosamente la atención que después de toda una vida aquí en Albacete, llevaba muy dentro el norte de África que le vio nacer.

DGA: Bueno, efectivamente que me vio nacer. Yo nací en el norte de África, no soy ningún moro y no lo digo peyorativo ¿eh? que moro además no es peyorativo analizándolo. Hay quien piensa que porque se nace al otro lado del estrecho ya uno es poco menos que extranjero. Yo soy hijo de padres manchegos pero de verdad, de pueblecitos de La Mancha, mi padre era de Viveros, mi madre de El Ballestero y yo nací en Melilla pues muy poco tiempo después de que se casaran.
Pero África tiene un algo especial. Cuando se respira aquel ambiente, se convive, se conoce a aquella gente, se da el caso, se daba el caso y yo lo comprobaba que los hijos de los rifeños que habían luchado con los españoles durante un siglo aproximadamente y que la paz había llegado en el año 25, pues los hijos de aquellos que murieron luchando, eran soldados del Ejército español de las mejaznías y mehal-las que mi padre, que hizo la guerra en el Rif, y que llegó a comandante de la mehal-la antes de venir a Albacete, yo conviví con ellos en campamentos y eran encantadores, se podía tener más confianza en un áscari de aquellos que de un español realmente, era gente muy entregada, muy hospitalaria, siguiendo algunas normas del Islam que así lo determinan: de atención, hospitalidad, afecto, ayuda, solidaridad, lo tienen muy marcado. Luego tienen otras cosas negativas y sobre todo el espíritu guerrero de la parte norte, de los bereberes que es justo donde yo nací y lo que conozco.
El caso es que sí, tengo una añoranza de mí.., niñez iba a decir, niñez y ya mi adolescencia allí que no la he podido olvidar y la conozco mucho, la conozco a fondo.

PROFESIÓN – PERIODISMO - EJÉRCITO:  00:10:45

P: Cuando todo parecía, haciendo referencia a lo que usted decía de su padre, de su profesión que era militar, cuando todo parecía, incluso usted mismo se lo creía, que iba a ser usted militar de profesión, de momento el rumbo de la vida cambia y empieza usted a coquetear con el periodismo.

DGA: Bueno sí, efectivamente. Casi todos los niños, hijos de españoles que han nacido en el norte de África querían ser militares luego, porque es que allí se vive la vida militar muy intensamente, de hecho la ciudad de Melilla tenía aproximadamente un 60 % de militares y familias de militares junto con otros ciudadanos. Pero aquello era una ciudad, era digo porque ya últimamente no sé cómo estará, pero una ciudad fundamentalmente andaluza, estaba hecha con el diseño arquitectónico de Málaga por ejemplo, con emplazamiento de plazas, calles junto al puerto, tal, y allí una vida absolutamente andaluza y algo levantina, con presencia también evidentemente de gente castellana ¿no? y manchega.
Y la circunstancia de estar allí pues te hacía querer ser militar. Yo quise serlo, intenté ingresar en la Academia General del Aire, casi lo consigo teniendo 16 años mal cumplidos, puesto que aprobé los exámenes físicos, médicos, que eran rigurosísimos, el primer grupo de humanidades y ciencias diversas, pero tropecé en las matemáticas y al tropezar con las matemáticas y tener que esperar otra convocatoria, mi desilusión se encontró con la realidad de que yo es que no quería ser militar, o sea, a mí me encantaba el entorno, lo mamé, como se dice, desde niño, y llegó la hora de la verdad, y yo no sería un buen militar, yo no sé si era un espíritu rebelde que yo tenía y que luego llevé al periodismo o por lo que fuera, el caso es que lo que me gustaba era escribir.
Y yo, en una circunstancia absolutamente casual, presencié una corrida en la que.., en Valencia, actuó un torero mejicano muy conocido entonces, una figura, Eduardo Liceaga y al día pues siguiente vine a Albacete, yo venía con frecuencia a Albacete, te estoy hablando de mis 17, 18 años todo lo más, y me encontré con la noticia que dio Radio Nacional de España que era la única.., de que había sido cogido y muerto en la plaza de San Roque, cerca de.., bueno, por la Línea de la Concepción, cogido y muerto, digo: “el muchacho aquel, si yo estuve a su lado, si yo estuve en la portón de cuadrillas con él, si lo vi torear, si fue anteayer” y aquello me impresionó de tal manera que no sé por qué me puse y escribí un artículo.
Yo no tenía más experiencia que un premio que me dieron en el Instituto el Día del Libro por una crónica que pedían y escribí un artículo muy sentido, aún lo leo y digo: “no está mal hecho, no está mal, lo volvería a firmar”, con algunas ingenuidades pero.., y lo mandé al periódico, al único periódico que había en Albacete que era el Albacete, diario Albacete a secas. Llevaba el periódico 18 meses creo que llevaba en la calle porque no había habido ningún periódico en Albacete desde que acabó la Guerra, y era director Antonio Andújar, un hombre que hoy ya es un símbolo en el periodismo de Albacete, era el director del único medio escrito de la provincia de Albacete. De una cordialidad exquisita, de un conocimiento de la profesión profundo, de una amabilidad… Y a mí me empezó a publicar, me publicó aquel artículo que me volvió loco y ya me decidió de todas por todas que yo ya no iba a estudiar nada más que periodismo y lo que fuera,  y fui a verlo y se quedó sorprendido y dijo: “pero, pero ¿tú eres este?”, “sí”, “pues yo creía que serías una persona mayor porque esto de escribir de…” se quedó sorprendido, total que casi periodísticamente me adoptó ¡vamos! me tuvo a su lado todo el tiempo, todo el tiempo yo estuve adjunto al director, no hacía otra cosa, lo que me encargaba. 

PROFESIÓN – PERIODISMO - SOCIEDAD:   00:15:18

P: Y Demetrio, consolidado usted ya profesionalmente, después de ganarse la confianza merecida de Antonio Andújar su familia, ¿cómo estaba visto socialmente el ser periodista en la época?, y ¿cómo lo aceptó su familia? 

DGA: Bueno socialmente siempre tuvo carisma el periodismo ¿eh?, pero la familia no estaba muy conforme porque no pensaba que se pudiera vivir de eso, y la verdad es que nadie se lo explicaba que se viviera de eso, pero a la vez les gustaba, les gustaba que yo estuviera en aquello: “pero y las matemáticas, pero y esto, pero y lo otro” y sí y tal y yo llevaba todo adelante, pero ¡claro! cada vez que yo publicaba un artículo y me lo destacaban y luego ya venía que hasta incluso alguna vez me dedicaron algún elogio porque me dieron unos premios en los Juegos Florales, yo es que iba a todo, me llevé dos premios en Juegos Florales, y me tuvieron que vestir de oscuro por primera vez y bueno fue aquello… Y aquello ya pues mi familia se tuvo que callar y decir: “bueno pues que sea lo que Dios quiera”, ¿no? Y yo adelante y a mí me alentaban mucho en el periódico, sobre todo Andújar que tenía una deferencia extraordinaria, hasta el punto de que me llegó a dejar la dirección del periódico cuando yo tenía veinte algún años, pocos y había compañeros muy veteranos, algunos incluso de antes de la Guerra que habían continuado y me dejó 25 días de director del periódico, de director absoluto, responsable máximo, no tuve nada más que un pequeño incidente que es curioso, si hubiera tiempo lo contaba.

P: Aparte, Demetrio aparte de darle de comer el periodismo, a nivel personal ¿qué le ha dado, a lo largo de tantos años de profesión?

DGA: Pues a mí me lo ha dado todo el periodismo, yo se lo he dado todo al periodismo también, o sea, que estamos en paz ¿eh?
Yo me siento satisfecho de mi trayectoria, porque he tenido las satisfacciones más grandes que se pueden tener, dentro de lo que es el mundo periodístico y dentro de lo que es el entorno de un periódico de provincias.        
Yo renuncié a ir a Madrid en alguna oportunidad que la tenía, la tuve, en el semanario Dígame donde yo colaboraba, algo de La Hoja del Lunes de Madrid   también podía haber intentado, y yo donde estaba bien era en Albacete y yo no me decidí. Yo fui siempre muy tímido, quizá por eso estaba muy a gusto cuando me encerraba en el periódico y podía estar 14 horas en el periódico sin pisar la calle. Y me lo dio todo y yo también se lo di todo, porque los reporteros dan la vida en el frente, reporteros de guerra, corresponsales de guerra, pero se da también la vida íntima y la vida privada en el periodismo que se vive intensamente, porque yo he llegado a tener la sorpresa de encontrarme a las 7 de la tarde la calle Marqués de Molins como si fuera de otra ciudad para mí. Yo llevaba años sin haber pisado la calle entre 7 y 10 de la noche, no la conocía, yo la conocía cuando era más joven y salía y veía y tal, y de momento me encontré un gentío que llegué y que pregunté sincerísimamente ¡vamos! yo no estaba.., digo: “oye ¿ocurre algo?, ¿hay alguna cosa pública?, ¿algún espectáculo?, ¿alguna cabalgata?”, “no hombre, ¿por qué lo dices?”, digo: “pero ¿este gentío?”, “pero bueno si esto es todos los días”, me sorprendí yo, viviendo en el centro de Albacete y teniendo el despacho en el lugar más céntrico de Albacete, ¿por qué?, pues porque yo no.., yo salía de noche, iba a casa, me iba a comer y tal, me iba al periódico y estaba siempre así, y no veía la calle, además entonces teníamos la manía de ir en coche a todo, o sea que ni pisaba la calle.

FAMILIA - PROFESIÓN:     00:19:08

P: ¿Volvería usted a serlo si volviera a nacer?, ¿Volvería a ser periodista?

DGA: Sí, sí, sí, porque eso es que se lleva en la sangre ¿eh? Cuando te gusta una cosa así como es esta, tú entrega es total, te olvidas de la familia incluso, que bien que se paga eso, porque las mujeres de los periodistas son sacrificadas al máximo ¿no?: “a las 11 vamos al cine”, pues a las 11 no: “oye que no que es que tal”, “que estoy pendiente del aventurero este que ha ido a África en un avión y que no sabemos si se ha estrellado y hay que esperar” o del “que estamos pendientes del teletipo que anuncia una tal”, pero eso ocurre en la Feria por ejemplo, al salir de los toros, no ver la Feria, irte a escribir, hacer crónicas, salir a las 11 de la noche o las 12 y llegar y estar cerrado como no te vayas a la Feria allí al final, o sea, no disfrutar, no poder ir al teatro cuando quieres o al cine y eso las esposas de los periodistas saben lo que es y son verdaderas.., iba a decir mártires, pues casi.

PERSONAJES - ALBACETE:    00:20:25

P: ¿Qué le debe Demetrio a Antonio Andújar?

DGA: Pues le debo, pues naturalmente, la oportunidad que me dio. Yo lo sorprendí porque él no sabía quién yo era, aquello le gustó y lo publicó, y luego le mandé algunos más, tímidamente, porque yo era muy tímido, la verdad no sé cómo pude ser periodista con mi timidez y lo sorprendí y cuando ya nos conocimos, pues se encariñó conmigo ¡vamos!, me tomó un afecto, yo conocía a su familia, a todos sus hijos, vivíamos cerca y cuando salíamos del periódico íbamos juntos, él se quedaba en su puerta y yo me iba a la mía, y nos hicimos muy confidentes en lo profesional. Él era un poeta muy inspirado. Recuerdo que una vez vi unos versos que me gustaron mucho, y dije: “esto puede ir a los Juegos Florales”, dijo: “no, no, que Juegos Florales” sí, que en Castellón..., y le mandé yo con la plica, los versos a los Juegos Florales de Castellón y le dieron la Flor Natural y aquello pues oye, pues también, también eso influiría en lo que componía la gran amistad que tuvimos, entrañable. 

PROFESIÓN - CRONISTA:    00:21:35

P: Demetrio ¿cómo se ve el mundo a través de la pluma de un periodista?

DGA: Bueno, será que cada cual lo tiene que ver a su manera. Yo siempre lo he visto, el mundo, quiero decir el entorno, todo el ambiente, pues yo con una gran serenidad, con una gran serenidad y un sentido de la responsabilidad muy grande. Yo creo que la responsabilidad es lo más importante para un periodista. Conseguir un éxito espectacular o hacer yo qué sé, una afirmación llamativa,  buscar el sensacionalismo gratuito, porque está justificado que haya sensacionalismo cuando hay sensación de verdad, no cuando se monta. Pues todo esto, depende de la personalidad de cada cual ¡claro! yo ya digo que la responsabilidad, es espíritu de trabajo, la vocación sobre todo. Yo ponía una condición cuando tomaba periodistas nuevos en las direcciones que tuve, ponía una condición a todos, decía: “aquí no hay prisas, aquí el que mire el reloj que se quiere ir a las 10 de la noche o a las 9, a la hora habitual y hay algo que hacer, ese no sirve ¿eh? ese que vaya pensando en no volver, no se puede ir uno y dejarse una cosa a medio, o no se puede uno decir: “esto mañana”,  la palabra mañana o luego no va a existir aquí cuando se trata de trabajar, o sea, que: “oye esta tal, hay que hacer porque entra en tal sección”, “bueno luego que es qué ahora..,” no, ya, en el acto, como dicen los valencianos, “pensat y fet”, pensado y hecho. Y esa ha sido una norma mía. En ese aspecto yo era bastante duro,  reconozco que era un tío antipático, un misántropo inaguantable, llevado por los nervios para conseguir el objetivo, conseguido el objetivo era el más divertido de la redacción.  

PRENSA TAURINA:   00:23:44

P: Empezando Demetrio por su trayectoria profesional, la revista Ruedo le publica su primera crónica, una revista tan prestigiosa a nivel nacional e internacional, como la revista Ruedo ¿Qué supuso aquello para usted?

DGA: Pues fue lo que le faltaba al niño para seguir loco con el periodismo.
Aquello fue un éxito enorme. Fue la primera página del semanario y fue una biografía de “Mancheguito”, el torero más emblemático de la historia de Albacete, que me costó horrores investigar, incluso con familiares suyos. Bueno fue un éxito espantoso. Yo quedé adscrito como colaborador al Ruedo, con mucha frecuencia me pedían los resúmenes de las temporadas, cosas circunstanciales y la Feria de Albacete y tratándola y todo fue para mí encantador. Y luego también extendí aquella actividad al semanario Dígame, que era el más leído en el ámbito taurino, teatral y de espectáculos en general.

PRENSA - RADIO:     00:24:47

Aquello fue extendiéndose, yo compaginaba con mi actividad en lo que a partir del 53 empezó a ser la Voz de Albacete, anteriormente era Albacete a secas, pero previamente a aquello surgió la radio, surgió Radio Juventud de Albacete como indicativo aunque en realidad era Estación Escuela nº 23 de la organización del Frente de Juventudes como podía haber sido cualquier otra entidad. Y aquella Estación Escuela que tenía por objeto pues la formación de futuros radiofonistas que estaba en la (inaudible 32:09) todo, Albacete no estaba nada más que Radio Albacete y surgió aquel aparato que era.., bueno se oía poco más allá de Circunvalación ¿no?, y allí se formaron pues, luego se ha visto, todos los profesionales que han pasado por la radio de Albacete y de otras emisoras de fuera, incluso de Madrid algunos salieron de allí. Los veteranos éramos los profesores, yo era profesor de lo que era periodismo en la radio, otro de efectos especiales, de onomatopeyas, ¡en fin! de mil cosas. Bueno pues, aquella actividad compaginada con el periodismo a mí me encantaba, aunque a mí siempre me tiró más el papel que el éter ¿eh? y seguí incansable picando en todo. Por ejemplo, se dio el caso tan raro de que yo saqué un reportaje en el diario El Comercio de Lima, porque una vez me enteré que existía El Comercio de Lima me gustó mucho aquel periódico y digo: “voy a mandar un reportaje a estos señores”, de toros era, y me mandaron el periódico de Lima, un reportaje enorme: “España, tal, los toros en España” bueno y eso pues eran los revulsivos que me tenían de cabeza. Asistí a Juegos Florales, conseguía premios, llegué a reunir sesenta y tantos premios de periodismo en radio, sesenta y tantos, que da vergüenza decirlo pero es que bueno, como yo he estado mucho tiempo, me ha dado lugar a ello. Entonces hubo un momento en que me vi en la necesidad de buscar mis propios medios, cuando no tenía yo un…

P: Pero antes de meternos ya en otras etapas de su vida profesional Demetrio, me gustaría.., hay un programa que sin duda marcó una época, que fue “Moñas y Caireles”                 

DGA: ¡Ah! Bueno.

P: Un programa taurino…

DGA: Celebro que estés enterado…

P: … que estuvo 22 años en antena.

DGA: Así es, así es. Fue un programa que hoy dirían que bate todos los records de audiencia, que tiene el tanto por ciento de oyentes, era lo que se oía.

P: ¿A quiénes tenía de contertulios en aquel programa Demetrio?

DGA: Bueno aquello se hacía de diferente manera a como hoy se hacen las cosas, entre otras porque en principio no había ni magnetofones, luego surgieron los magnetofones.
Pues allí se componía de una especie de lo que se llamaba magazine ahora que allí era la revista radiofónica con un editorial, era un periódico en el aire. Yo hacía un editorial, unos comentarios frívolos que pueden ser las “chiribitas” de las cuales yo soy el inventor, por cierto, ponía una página musical con una rueda de pasodobles, bueno todo el mundo conoció todos los pasodobles toreros que han existido y que habían grabado, reportajes sobre temas tal, entonces venía la entrevista con un torero, con un.., con el personaje que buscábamos.

P: Además en una época dorada del toreo albaceteño, estaba Pedrés estaba Montero.

DGA: ¡Claro está!, aquello no era todo el mérito mío porque lo hacía con un interés loco y trabajando con entusiasmo, los locutores también. Había uno que no comía hasta que no hacía el programa porque decía que si comía antes la voz le afectaba, es que era un interés loco por parte de todos, pero efectivamente, el programa creo que fue lo que más se oía de Albacete ¿eh? incluso se podía oír por la calle, cuando yo dejaba la emisora e iba por la calle, eran los primeros magnetofones, dejaba aquello grabado, iba por la calle y lo iba oyendo, la gente al fresco en las puertas con un botijo (sonriendo) como se veraneaba antes y la gente estaba en las aceras y las ventanas abiertas y yo iba oyendo que el programa se iba desarrollando sí, porque lo ponía todo el mundo. No era el mérito exclusivamente, algo tendría ¿no?, sino por el apasionado ambiente que crearon Pedrés y Montero con una competencia que llegó a ser tan apasionada que incluso tuvo matices de violencia en algunos casos. Sí fueron programas, 22 años en antena hasta que ya dije: “bueno ya”.

P: Hay otra etapa muy importante también en su trayectoria profesional Demetrio que es la etapa que cubre usted como director de La Voz de Albacete. Dentro de su carrera, ¿qué supuso aquella fase?    

DGA: Sí, sí, pero bueno, yo me voy a permitir, o me vas a permitir que te haga un pequeño paréntesis antes.

PRENSA – PERIODISMO:  00:30:09

Yo estuve como he dicho antes en el Diario Albacete, posteriormente a partir del 53 fue La Voz de Albacete  pero al llegar a la altura de los años 70 ya tuve yo unas diferencias de criterio, no con el director, que nunca estuve en adversidad sino con la empresa, total que yo dejé La Voz de Albacete, continué con la radio, trabajé como freelance, colaboré bueno en Semana, Diez Minutos, Gaceta ilustrada, La actualidad española, Dígame, El Ruedo, todo lo que había, hay reportajes míos de aquellos tres o cuatro años que pasaron y entonces pensé en crear mi propio medio y fue cuando creé Crónica de Albacete, pero como yo todavía no había llegado naturalmente a La Voz de Albacete volví, volví y entré por la puerta grande, seguí en ..., no sé ya ni por donde iba la verdad, me estoy armando un lío pero bueno quiero decir que bueno que…

PRENSA – PERIODISMO:  00:31:16

P: Sí, que antes de su paso por La Voz de Albacete, había fundado usted el semanario Crónica.

DGA: Sí, sí, yo estuve en Crónica, se desarrolló con mucho éxito y llegó un momento en que La Voz de Albacete estaba en crisis, estaba en crisis de dirección. Murió Antonio Andújar que era el alma de aquello, fue sustituido con dos o tres periodistas traídos de Madrid, no cuajaron, unos porque su ideología rompía la línea que se marcaba el periódico, otros porque no dieron resultado, fueron recomendados, fueron allí y luego resulta que no sabían hacer periódico y cosas así.

P: Un nombre ilustre uno de ellos ¿no?

DGA: ¿Qué?

P: Un nombre ilustre uno de ellos.

DGA: Sí, el que fue espectacular porque fue noticia en toda España, es cuando se contrató a Tico Medina, el famoso Tico Medina de la televisión, de la radio de siempre y aquello fue ¡bueno! un acontecimiento. Todos le dimos la bienvenida, incluso los que estábamos en otro tal, era una figura nacional. Pero Tico Medina a los pocos meses, por lo que fuera, o se decepcionó, o el ambiente no acabó de gustarle, lo que fuera, el caso es que se fue desinflando, desinflando, se ausentaba mucho, iba por Madrid, él no dejaba de colaborar en ABC, incluso se fue a Hispanoamérica a hacer una misión de reportaje, total que por allí no aparecía y entonces el periódico estaba en crisis y el gobernador civil Juan José Barco me llamó y me dijo: “tienes que ser el director de La Voz de Albacete”, digo: “no, yo soy el de Crónica, yo soy de Crónica”, estaba ilusionadísimo con Crónica, llevaba ya 8 años de éxito y.., “no, no, no, pues te lo voy a pedir, mira, tal…”, los gobernadores entonces intervenían mucho, eran los más interesados en tener un medio que animase…

P: Sí, por mantener una línea política determinada.

DGA: Pues sí también, aunque este hombre era de UCD y era un hombre absolutamente imparcial.., y demócrata en el sentido de…
Total que él conectó a la empresa de la Voz de Albacete, Pedro García Munera el que a partir de entonces empezó a ser otra vez amigo mío porque tuvimos unas diferencias que fueron las que motivaron que yo me fuera antes, y yo puse mis condiciones, hacer un periódico pluralista, en el que tuvieran cabida todos, todos los partidos, entonces había infinidad de partidos de extremas izquierdas de trabajadores revolucionarios de no sé qué, pero bueno, los principales eran los principales más UCD, y a mí García Munera me dijo y lo voy a decir porque él se sentirá orgulloso, me estará oyendo seguramente, dijo: “mira yo soy falangista y voy a ser siempre falangista, pero el periódico es el periódico así es que hazlo como tú dices que hay que hacerlo”, digo: “luego no me vengas ¿eh?, cuando yo te publique cosas del Partido Comunista es porque tiene derecho el Partido Comunista a estar ahí, como lo tiene Alianza Popular entonces o lo tiene el PSOE y lo tiene.., dentro de las normas establecidas, no me digas que rompemos el este ¿eh?”.
Cinco años maravillosos, no tuvimos ni una sola discusión, el periódico se abrió de una forma inconcebible, cierto que hubo gente que se decepcionó pero eran muy partidistas, muy tradicionales, pero hubo una gran acogida. La OJD (Oficina de Justificación de la Difusión) por primera vez certificó que La Voz de Albacete había aumentado en el año anterior 100.000 ejemplares, 100.000 ejemplares al año, que dirán: “va, eso lo hace cualquiera”, bueno eso en un periódico provincial, cualquier director de un periódico provincial sabe lo que eso significa y aquello estuvo bien.
Tanto es así, que el empresario García Munera que pensaba acabar su historia con el periódico, sacó fuerza de flaqueza, se embarcó en un leasing, hizo un cambio tecnológico millonario, muy millonario, estuvimos así unos años que fueron de maravilla, es donde florecieron pues qué sé yo.., Avendaño que luego pasó a ser director del Correo de Andalucía por ejemplo o Rosa Villada que luego dirigió Lanza de Ciudad Real aquí o Carlos que se consagró ya como director de periódico responsable y podría citar pues a Sánchez Robles que era totalmente profano en la materia, pues acabó en Radio Nacional y está en La Verdad  lleva ya unos años ¿no?. Estaba también Dimas Cuevas que era un chico que colaboraba en una sección casi infantil de muchachos, le puso “Muchachos” porque eran adolescentes y colaboraba y que yo eché mano de él en una ocasión y pasó a La Tribuna, Elena Cebrián acabó en La Voz de Galicia, un periódico importantísimo, de los más grandes de España y en un lugar destacado, Calamardo, Da Costa, todos.                

P: ¿Qué siente usted después de haber creado esta escuela, a nivel personal?

DGA: Pues una gran satisfacción, fue una época estupenda, todos ellos a los que encuentro con frecuencia la añoran, aseguran que aprendieron periodismo allí, porque allí se vivió intensamente, muy intensamente y ya en un plan muy moderno para lo que se conocía hasta entonces, y esa satisfacción no hay quien me la quite ¡claro! yo tengo ahí un palmarés de chicos que empezaron absolutamente ignorantes digamos o que querían empezar, escribían y ya y han acabado siendo responsables de medios muy importantes. 

P: Para acabar nuestra entrevista, me gustaría antes de hacerlo tocar dos temas: uno el semanario Novedades, relación con espectáculos que usted dirigió, que era un semanario a nivel nacional, con sede en Gran Vía.

DGA: Sí, sí, sí, sí así fue, así fue. Fue también una idea del editor de García Munera que me consultó, a mí me pareció estupendo, quisimos resucitar el antiguo Dígame que fue el semanario nacional más vendido, se hizo francamente bien, se distribuía a toda España, se podía comprar en Sevilla, yo lo compraba, en Barcelona, donde estuvieras, tuvo mucha acogida ¡bueno! cartas de gratitud, de agradecimiento, de enhorabuena de toda España y de Méjico, bueno tuvo una distribución y tal.., y a los 8 meses de funcionar, termina la temporada taurina, el empresario se enfría y dijo: “ya no lo hacemos más”, porque era.., no era comercial, la publicidad era puramente taurina y eso no resultaba, no era la publicidad comercial en general.
Bueno pues aquello terminó con una crisis de La Voz de Albacete por razones económicas que dio al traste con los equipos del periódico, entonces yo promoví apoyado con mi mujer, con María José, la promoción pero inmediata de pedir suscripción de acciones a amigos, conocidos, tal. Reunimos 13 millones, con esos 13 millones se recuperó la maquinaria que.., pero lo hicimos entre los dos nada más ¿eh?, que conste, entre ella y yo, y la Caja Rural que apuntaba lo que ingresaba. Se rescató la maquinaria, no se pudo poner La Voz de Albacete porque la cabecera se había vendido, propuse que se hiciera La Tribuna, así fue, se aprobó, se puso en marcha, a los 6 meses tuve una incompatibilidad total con el consejo que yo había nombrado y pedido que se formara para llevar aquello adelante, porque yo tenía que hacer el periódico porque ya no podía meterme en esos tinglados, y fuimos incompatibles totales hasta el punto de que a los 6 meses yo dejé de estar en La Tribuna y volví a mi Crónica de Albacete de siempre y continuó con más éxito que nunca hasta que me cansé y en el año 2000 dije: “bueno, hasta aquí hemos llegado. Yo ya no quiero hacer más periodismo, ya he hecho demasiado”, y empecé a conocer las calles de Albacete, parques que no había visto nunca y esta ciudad.

P: Hay un hecho que da mucho brillo a su carrera y a su trayectoria profesional Demetrio, que fue el premio que obtuvo en el Concurso Nacional de Guiones originales para Televisión Española con el guion La Figura.

DGA: Sí, mira pues se me había pasado esto. Fue hace muchísimo tiempo, fue en el año 67, fue un concurso nacional de guiones, yo no había escrito jamás un guion, había hecho guiones para la radio, también eran hablados, con situaciones, efectos especiales, sonidos y tal, pero yo concebí una historia que estaba basada en tema taurino, La Figura, el concurso era para sacar 13 guiones que permitieran hacer 13 películas entonces que diera para 3 meses, un trimestre en televisión. De los 600 y pico guiones que se presentaron solo se pudieron seleccionar 6, entre los que tuve la suerte que estuviera el mío, también estaba el de Concha Alós que era Premio Planeta y bueno y Gil Parada y la que era guionista de la propia televisión y lo representaron con estrellas, con una estrella desde Marisa Paredes que debutaba en la televisión entonces, a Julián Mateos que fue el actor o Gonzalo Vergel que era el director y fue un éxito tremendo luego se editó el libro, bueno ¡en fin! fue un buen.., pude irme a televisión, me dijeron que si hacía guiones que los llevara.    

P: En un minuto, ¿qué culpa tuvo usted que viniera el diario La Verdad aquí a Albacete?

DGA:  Pues a lo mejor casi toda porque cuando dejé La Voz de Albacete por incompatibilidades que tuvimos con la empresa que antes he citado, y yo estaba de freelance, dije: “bueno yo quisiera un periódico más fijo”, entonces mi hermano Paco era corresponsal deportivo de La Verdad, dije: “hombre La Verdad podía aquí hacer en vez de esto” y le hablé, dice: “pues sí”, digo: “pues yo voy a escribir al director” que es Luis Venancio Agudo, un periodista excepcional que había estado en Francia, traía experiencia, fui a verlo y le propuse: “oye, una edición especial” le encantó, trabajó en ella, trabajamos, tengo documentos de todo, no es hablar por hablar, tengo cartas suyas y aquello se planificó, pero justo en el momento crítico lo trasladaron a Sevilla a dirigir El Correo de Andalucía que lo había adquirido la Editorial Católica, se paralizó aquello, llegó una nueva dirección, aquella nueva dirección recogió el testigo, incluso aseguró que habían ellos creado la idea de hacer eso, cosa que no era cierta, muy bien, lo pusieron aquí, ¡en fin! hicieron lo que ellos quisieron y yo también, cogí y me fui, porque yo como no estaba conforme con nada, con lo que no estaba conforme o me iba o me echaban, pero hacía otra cosa, hacía otra cosa.

P: Pues Demetrio con estas palabras suyas, acabamos la entrevista de hoy, le damos las gracias de corazón por haber estado con nosotros.

DGA: Encantado, encantado y bueno, estaría hablando mucho tiempo más, el tema me apasiona y comprendo las limitaciones. Pues nada, las gracias a vosotros que es una delicadeza que yo agradezco mucho.

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