Jorge Escudero Patiño

Jorge Escudero Patiño (Riópar, 1947) es ingeniero industrial, y fue gerente de la Sociedad Anónima Laboral de San Juan de Alcaraz en la década de 1980. Su padre dirigió las Fábricas durante 30 años. Fundador del Centro de Educación Ambiental La Dehesa, ha publicado varios libros sobre el patrimonio natural y cultural de Riópar.

Fecha de entrevista: 20/05/2021

Comarca: Sierra del Segura
Municipio: Riópar
Provincia: Albacete
Pais: España
Año Nacimiento: 1947
Entrevistadora: Aurora Galán

TRANSCRIPCIÓN EDITADA – AUDIO “ARCHIVO DE LA PALABRA”

JORGE LUIS ESCUDERO PATIÑO

P: Buenas tardes. Estamos con Jorge Escudero. Por favor Jorge, dinos cuándo naciste, tu fecha y dónde.

JEP: Buenas tardes. Pues nací hace mucho ya, el 11 de junio del 47, entonces nací aquí en Riópar porque justo entre la…, tú conoces la casa de dirección ¿no?, pues ahí vivían mis padres, y entonces a partir del balcón, la segunda y la tercera ventana era el dormitorio de mis padres, pues ahí nací yo, o sea, que está identificado el sitio de nacimiento y además la casa la están conservando igual, o sea que, aunque ahora la dedican a tienda y tal, sigue la habitación allí dónde yo nací.

INFANCIA – FAMILIA:  

Y nada pues luego aquí, me críe gracias a Dios en el pueblo, bueno me crie, me crie los primeros años, hasta los 9 años pues anduve por aquí. Disfrute del campo y de la vida y de los bichos y de la época aquella, que a lo mejor para los

FOTO 1.  RIÓPAR VIEJO       00:01:07

adultos era muy dura, y la verdad es que era muy dura, pero que los críos pues jugábamos a todo, teníamos nuestra época para cada juego, no sé qué y se...

P: ¿A qué jugabais Jorge?  

JEP: ¡Puf! jugábamos a los caballicos, a los santos (sonriendo), a eso que en cada época había un juego, que además era un juego siempre común a toda la sierra, pero con variantes locales, o sea que, los caballicos de Riópar no eran igual que los de Villaverde o los de Molinicos, y los santos de aquí, pues lo mismo. Y bueno pues o la peonza, todas estas cosas, o el zompo que le llamábamos y todo esto.

Y luego, pues ¡claro! a los 9 años ya se me acabó la buena vida, y entonces me mandaron a Madrid a un colegio, porque aquí ya no había posibilidad de hacer bachiller.

ESTUDIOS: 

P: ¿A qué colegio fuiste?

JEP: Fui a los Sagrados Corazones, en la calle Martín de los Heros, 91, en el barrio de Argüelles, por encima de Rosales y fui allí porque mi abuela vivía allí en Madrid en una casa en la calle Ferraz que estaba muy cerquita del colegio, y entonces pues fui allí y así enseguida podía ir yo solo y todas esas cosas, que era una manzana ¡vamos!

Y allí pues me eduqué de cierta manera hasta que en 5º de bachiller ya me enfadé con los curas, porque era un colegio de frailes, entonces yo siempre he sido muy libertario y muy de otro estilo, y entonces pues en 5º me dijeron que o me iba o me iba, y me fui, y ya está. Y me fui a un instituto.

P: ¿A dónde te fuiste?

JEP: Estuve en el instituto público Cardenal Cisneros, y ya terminé el bachiller y ya luego empecé la carrera.

P: ¿Estudiaste en Madrid?      

JEP: Estudié en Madrid sí.

P: ¿Qué carrera hiciste?

JEP: Hice ingeniero industrial, porque…, no porque yo, fuera mi afición, mi afición siempre fue pues lo que entonces se llamaba Ciencias Naturales, es lo que luego se convirtió en Biología, pero, pero ¡claro! era la única posibilidad de venir a mi pueblo. Yo soy muy chauvinista con mi pueblo, entonces o estudiaba algo relacionado con la fábrica que era de lo que vivíamos todo el pueblo, o no tenía posibilidades de irme a mi pueblo, entonces            estudié eso con la esperanza de que

PROFESIÓN – TRABAJO: 

saliera, y bueno, empecé a trabajar en Madrid, incluso empecé a trabajar en el ayuntamiento, aquello me agobió mucho (sonriendo), empecé a trabajar en el ayuntamiento de Madrid, me enchufaron allí, y me dieron un despacho y todo,

P: ¿Y qué hacías?

JEP: Y yo tenía un despacho que en 15 días no hice nada, ná más que firmar un proyecto que no había hecho yo, y a mi aquello me resultaba frustrante, digo: “¿qué hago yo aquí?”. Entonces ya me fui del ayuntamiento y me puse algo más movido, con un amigo que quería montar una empresa de bisutería y tal en Valencia, entonces ya estuve entre Madrid y Valencia montando la empresa, hasta que una noche me llamó el presidente de aquí y me dijo pues que se iba el jefe de fabricación y que si quería venirme, y ¡vamos! no lo dudé. Ganaba yo entonces 16.000 pesetas en el ayuntamiento trabajando solo por la mañana, y aquí me vine ganando 7.000 y trabajando 15 y 16 horas.

P: ¿Cuántos años tenías cuando te viniste?

JEP: Pues debería tener sobre 24, 25, pues me vine en el 70 o 71, sí 23, 24 tenía justamente.

FAMILIA:  

P: Tus padres, tus padres bueno vivían aquí, era gerente Luis Escudero. Cuéntanos un poco, bueno como ves esa figura de tu padre y todo lo que aportó tanto a la fábrica y de la mano también al pueblo, ¡claro!

JEP:    Vamos a ver, mi padre, bueno era una figura sí que es verdad, o sea, era un personaje en el sentido de que fue número uno de su promoción, fue…, montó una serie de…, una red de espionaje en la guerra, estuvo trabajando en Italia mucho tiempo y tal, porque era una persona muy capaz, entonces pues después de la guerra, bueno en la guerra lo metieron en la cárcel tal, y se murió su mujer, su primera mujer, y entonces cuando salió de la cárcel pues recuperó a los hijos que los tenían unas tías en La Coruña y tal, y mi hermana tenía un problema de bronquios, entonces le dijeron que tenía que irse a vivir a un sitio seco y de sierra porque si no la cría pues, pues acabaría fatal. Total que dio la coincidencia de que por aquellas fechas se quedaron con esto, unos compañeros de carrera de mi padre, o sea, que eran artilleros también, y entonces pues se lo propusieron.

P: ¿Cómo se llamaban?

JEP: Ya se lo habían propuesto. Era Silverio Fernández Ovies y Luis Fernández Corugedo, ya se lo habían propuesto, pero él pues ¡claro!, no había querido, luego vino la guerra, luego tal y él no había querido nunca, porque bueno, su vida estaba orientada de otra manera y en otro lado, pero ¡claro! cuando se encontró viudo, con la chiquilla con problemas de esos, cuando el médico le dijo esto, dijo: “pues me voy para allá”.

FÁBRICA: 

Y luego pues era muy, muy creativo, o sea que, pues cambió todo, claro, porque, porque era así, le pasaba un poco, (riendo) lo que me pasa a mí, que nunca está uno contento, siempre está elucubrando historias nuevas, entonces pues electrificó toda la fábrica, que estaba sin electrificar, unificó todos los talleres en un solo sitio que estaban cada uno donde había el salto de agua, o sea, se trabajaba entonces directamente con el salto de agua, había una, una rueda de paletas, y entonces iba cayendo el agua y moviendo, había una transmisión grande, yo las he llegado a conocer, y movía toda la maquinaria y todos los tornos, de hecho, cuando los obreros querían parar un rato, cogían apretaban todos a la vez, saltaba aquello por los aires (riendo) y había un descanso mientras se reparara ¿no?

Y entonces pues él cuando llegó esto era una colonia, esto, bueno cuando llegó la fábrica estaba hundida, le llamaban San Juan de las ruinas, porque estaba todo destrozado, ya te digo, en el año 40 sin electrificar pues ya ves tú lo que sería esto, pero ¡en fin! entonces aprovechó un poco lo de la colonia industrial para crear lo que entonces empezaba la FAO a hablar de intentar bueno, pues, pues que la gente se quedara en su zona y tal, lo que todavía sigue ahí…, y entonces fue cuando se empezó a darle un huerto a cada obrero y una casa y tal, para fijarlos un poco de cierta manera, que luego al final pues ¡claro! tampoco…, cuando el desarrollo industrial, pues terminaron yendo muchos a Barcelona y a Bilbao y a eso.

URBANISMO: 

Y entonces pues él, luego lo que sí hizo fue, ir separando la colonia industrial del pueblo, o sea, lo que él quería es que, vale, la colonia industrial o la fábrica era una cosa, pero el pueblo debía de existir, que entonces es que no existía, o sea, había 4 comerciantes en la calle Valencia y aquí en la calle de las Huertas. Y entonces ya se creó un ayuntamiento que no había, bueno Riópar viejo

FOTO 2. AYUNTAMIENTO              00:08:34

desapareció y cedió todos los servicios la fábrica, pues al médico le daba casa y la clínica y se hizo un pequeñico ahí, bueno hospital no, pero bueno 2 camas para eso, al cura pues le daba la casa y la capilla a todo eso, y todo eso pues fue poco a poco separándolo, o sea, que de hecho, diseñó una iglesia para fuera del…, vamos para el pueblo, mucho más bonita que la que hicieron al final, pero…, era preciosa, pero al final se hizo el garaje ese, que la verdad es que eso.

FAMILIA:  

Y entonces pues ya toda su vida la dedicó aquí, o sea, desde que vino, pues ya él pues se centró en esto, entonces luego se casó con su cuñada que es mi madre, y ya nací yo aquí, por eso nací yo aquí ya y ya él estuvo pues hasta que se murió, o sea que, siempre vinculado a la fábrica y al pueblo, fue también alcalde, y ¡en fin!, y tuvo mucha vinculación.

¿Cómo persona? Pues tenía sus cosas como tenemos todos, o sea, que no hubiese echado (inaudible 00:09:56) también con mi padre, ya con mi pueblo me conformo, pero bueno lo que nadie le discutía era la capacidad intelectual que tenía ¿me entiendes?, y la preparación, o sea, que eso no…, y entonces pues gracias a eso, esto empezó a funcionar, y empezó a funcionar, y se centró en un sitio y se hizo una empresa, no moderna porque hay un problema muy grande aquí siempre que lo ha habido, que son las comunicaciones, o sea, que y son primeras materias pesadas y materias manufacturadas también y caras, entonces en aquella época venía RENFE todas las semanas, se llevaba las expediciones pero, pero eso. Me parece que me estoy explayando ¿o no? 

P:  Muy bien, muy bien, estupendamente. Muy bien, estupendamente.

JEP: Cuando quieras me cortas.    

P: No, no. Es que me parece muy interesante todo lo que estas contando.

JEP: Y ya está. Y él pues estuvo de consejero delegado muchos años de la industrial, lo que pasa es que en los últimos años, pues también, la vida había sido muy dura con él y esas cosas y bueno perdió la cabeza un poco, o sea, que tuvo una demencia senil muy pronto, o sea que, pues a mi edad o incluso antes ya estaba, yo ya estoy a punto, pero todavía coordino algo, o sea, que…, dime.

P: Sí, me parece, bueno has hecho un resumen, me parece muy interesante esto que, todo esto que estás contando de tu padre, ¿cómo era tu relación con él?

JEP: ¿Perdón?

P: Tu relación con él.

JEP: Mala, bueno pero como todos los hijos con sus padres, o sea... Vamos a ver, mala, no como ahora, que le pegan como sale la Rociito y esto y el hijo no, o sea, yo siempre lo he respetado, porque en aquella época tú respetabas a los mayores, fuera tu padre o fuera quien fuera, y si era tu padre más, lo que pasa es que mi padre que había sido del Partido Comunista de los Pueblos de España y que no sé qué, pues en la época de Franco se metió muy franquista y yo no, o sea que…, entonces teníamos discusiones en ese sentido pero vamos, siempre desde el respeto y desde que era tu padre, entonces pues sí, pero…

POSTGUERRA: 

P: ¿Y cómo viviste esa época? Precisamente al hilo de lo que estás contando ¿no?, toda esa época de la guerra, de la postguerra porque tú ya la guerra no, pero la postguerra, ¿cómo lo viviste?  

JEP: Hombre yo aquí en el pueblo ya te digo que muy a gusto, pues comíamos pan negro porque no había otra cosa, y esas cosas, pero desde…, yo no recuerdo pasar hambre, hambre por no poder comer, siempre había algo, porque en los pueblos era más fácil, en Madrid lo pasabas más crudo, pero porque…, a veces a mi abuela pues teníamos que mandarle algo y tal, pero que aquí había un ordinario que le llamaban entonces, que hacía el viaje de aquí a Madrid.

Pero vamos, que yo el recuerdo es muy bueno, luego tengo más recuerdos ya de más mayor ya de mucho follón, o sea, en la época de escuela pues sí, ya era, bueno de escuela de la ingeniería me refiero, que sí que teníamos montones de huelgas y de historias, y jaleos, y pues lo que daba la vida en ese momento. Si eras joven estabas en Madrid, pues lógicamente eras un poco revolucionario, que hoy en día no sería tampoco revolucionario, pero bueno, pero sí, claro, yo he vivido lo que me ha tocado vivir en cada momento.

TRABAJO - FÁBRICA:  

P: Claro. Retomamos, vuelves aquí, ¿eh?, y ¿qué?, ¿te llaman para ocupar un puesto determinado?, ¿no?, y bueno cuéntame un poco todo el proceso. Entras aquí, cómo trabajas.       

JEP: Bueno yo siempre he estado relacionado con la fábrica, ya te digo que desde los 14 años, porque mi padre era el director, desde los 14 años pues entré a trabajar aquí, a aprender una serie de oficios, más que nada los más artesanos que eran

FOTO 3. FÁBRICA CON OBREROS           00:13:56

los más bonitos, pero ¡claro! solo podía venir por el verano. Entonces ya, cuando ya me vine definitivamente, pues entré de jefe de fabricación y entonces pues estuve llevando pues todo el tema de talleres, pues todo el tema de métodos y tiempos, cálculo de destajos, todas esas cosas,  y la cosa iba bien, la verdad es que en principio pues bueno la fábrica iba funcionando y tal, pero ya con la crisis de los 70, empezamos a caer con el tema del petróleo y con la inflación tan bestial que se armó, pues de pronto por ejemplo, el convenio colectivo subió de golpe un 30% entonces ¿qué pasa? Eso es inasumible, o sea, eso es inasumible, entonces pedimos un crédito al Banco de Crédito Industrial, no nos lo dieron,  entonces al final pues tuvimos que empezar a vender patrimonio. Vino bien a los obreros porque habían ahorrado los años anteriores de bonanza y entonces  compraron todos, sus casas, donde vivían, compraron sus terrenos, o sea, que en realidad al pueblo le vino bien la crisis esa, parece una barbaridad, pero es así, le vino bien la inmediatez de la crisis. Pero a la larga, pues aquello acabó con la fábrica, o sea que…, bueno aquello y más cosas, pero que me refiero que la puso en dificultades porque, claro, aquí por ejemplo, el terreno se les valoraba, las casas se les valoraba, las tal, y entonces ¿qué pasa?, que los jornales que tú dabas en metálico eran más bajos, entonces eso era asumible a pesar de todos los inconvenientes que tuvieras de estar fuera de las rutas, y todas estas cosas, tener malas comunicaciones, pero ¡claro!, aquello compensaba, entonces estábamos en toda España, el catálogo ese gris que era el clásico de entonces, era conocido por todos los ferreteros de España, y teníamos muy buen cartel porque éramos una empresa seria, y que funcionaba muy bien. Y ya te digo, empezamos a caer con la crisis del petróleo, o sea, con la inflación bestial que hubo en toda España,  pues ahí empezó el declive y ya estuvimos en declive, intentamos, ya te digo con eso pues reestructurar, los tornos esos que os contaba Ginés, fuimos a comprar eso para eso, luego yo inventé, por casualidad, o sea, lo del tema…, eso es una patente israelí, y se la quitamos un poco, ¡vamos! se la copiamos, pero se la había copiado todo el mundo y nadie le salía, entonces pues claro, pues me salió, entonces ya copamos todo el mercado, ya cogimos uralita, bueno de hecho, todo ese tiempo vivíamos solo de eso toda la fábrica, o sea, había 150 trabajadores y de los 5 que trabajaban en los casquillos vivíamos todos, o sea, mantuvieron la fábrica, mantuvieron a todos los trabajadores, porque ¿cubiertos?, pues desapareció, llegaron los japoneses y tuvimos que dejar de fabricar, hacíamos unos cubiertos de acero inoxidable muy buenos, pero no competitivos con los japoneses ¡vamos! ni de lejos. La grifería, pues muchos problemas porque también se montó GUADEX y tal, una serie de…, y ROCA, una serie de empresas buenas, y también exportábamos mucho a Marruecos el grifo ese clásico amarillo, y esas cosas, pero, pero ¡claro! no sobrevivíamos, y con lo que sobrevivíamos era eso, eso inundamos España porque eran los únicos que funcionaban. Entonces pues, no lo pudimos patentar porque antes ya mi padre patentó el grifo Lea, que se llamaba Luis Escudero Arias que era de cuarto de vuelta y tal, o sea, que hay muchas patentes de la fábrica, porque como tenías que desarrollar mucho la imaginación porque no tenías medios ni servicios, o sea, tú cuando estás en una ciudad, pues oye que me tienen que hacer una matriz, pues se la encargo al matricero, pero aquí no, aquí tenías que hacértela tú, que quiero no sé qué, pues de hecho se hicieron un montón hasta de maquinaria ¿no?. Pues entonces hay muchas patentes que son todas las que vienen con el nombre de San Juan, hay un jarro San Juan, un grifo San Juan de estos de bodega que fue de ajuste, una serie de historias, o sea, la fábrica ha sido pionera en muchas cosas en España, en mi época ya te digo los primeros años, y antes de mi época, pues en el siglo XIX también, cuando se creó la compañía metalúrgica, pues también fue pionera.

P: Los productos, me decías, este era el producto estrella en aquel momento,

ARTESANÍA: 

P: pero se seguían produciendo los productos más ornamentales, más clásicos ¿no?, lo que identificaba inicialmente a la fábrica.       

JEP: Te cuento. Vamos a ver. Ahí hubo un problema muy gordo. Nosotros nuestra base de la orfebrería era la orfebrería religiosa, o sea, que lo que más trabajábamos era para pasos de Semana Santa, para iglesias, para catedrales, tanto con lámparas, como lámparas de sagrarios, como todas estas cosas y aquello también se fue a la “porra”, o sea, fue otro palo más. Entonces tuvimos que reinventarnos en las figuras que era una cosa muy residual que había en la

FOTO 4. ESCULTURAS BRONCE   00:19:14

fábrica que eran la figuras de decoración, entonces pues ahí nos reinventamos, teníamos pues ¡hombre! algunas esculturas muy buenas, teníamos una de Benlliure, la de Alfonso XII, y todas esas cosas, esas que se ven ahí, los perros esos, todo eso. Y entonces nos centramos un poco en eso hicimos un modelo de caballo que se popularizó y se exportamos mucho a Estados Unidos, uno grande y tal. Pero eso era una cosa residual, que había tres cinceladores y que le intentamos dar toda la posibilidad que había, pero que es muy limitada, ¿por qué?, porque son unas piezas que entonces sí que eran artesanía de verdad y para cincelar un ánfora o un perro de esos pues se tiraba una semana el tío cincelando, y ¡claro! se ponían unos precios que eran prohibitivos para el mercado.

Entonces desapareció la orfebrería religiosa y mantuvimos esto, mantuvimos pues me parece que había 6 cinceladores u 8, pero es que aquello era tan bonito, que yo viendo la pieza sabía quién la había hecho, porque como cada cincelador se hacía sus herramientas y sus modelos, pues el que hacía el ojo más rasgado, pues este es Sarrión, pues yo veía, pues mira esta es de este, o sea, que era artesanía pura y dura, de verdad, o sea, la fundición era tierra y todo era artesano y bonito. Lo que pasa es que al tener todos estos problemas, tuvimos una diversidad de artículos tan grande que tampoco era posible, no sé si me explico, que cuando tú tienes que comercializar yo que sé, 300 artículos diferentes y fabricarlos, pues es muy difícil, comercializarlos es fácil pero fabricarlos, no puedes hacer series largas, tienes que ir cortando, si no, no cumples, entonces todo esto eran dificultades añadidas, que la gente no la ve desde fuera, pero el que está sufriéndolo que en este caso era yo, pues sí que me ha hecho pasar muchas noches sin dormir, pero muchas, no una ni dos, o sea, muchas y al final fue una de las causas que yo dejara esto después de reestructurarlo y convertirlo en eso laboral.

FÁBRICA: 

P: Has dicho…, me ha parecido curioso esa evolución ¿no?, como tu padre dio ese paso importante de aglutinar aquí todas las secciones, que ahorraron mucho tiempo, muchos movimientos porque luego tú te encargaste precisamente de gestionar, precisamente, todo el tema de lo que era la organización científica del trabajo, tiempo, movimientos, el estudio ¿no? de todo esto.

JEP:¡Claro! no, me tuve que dedicar a todo, porque mira yo entré así como jefe de fabricación, entonces organicé lo de los destajos, lo de los métodos y tiempos, todas estas cosas, pero es que luego cuando vieron que venían mal dadas, toda la gestión se fue, o sea, se fue el jefe de contabilidad, porque vio que aquello no tenía futuro, se fue el que estaba entonces en fabricación porque vio que no tenía futuro, se fue el director, se fueron todos, y ahí me quedé yo solo y tuve que quedarme ya con mi padre, con la cabeza perdida casi, de gerente, de jefe de fabricación, de jefe de ventas, bueno el jefe de ventas se murió el hombre no se fue, de todo. Entonces, pues ¡claro!, ahí es muy duro, o sea, es muy duro porque es que no das abasto, había 150 operarios y estaban cargados sobre mi espalda, o sea, que yo creía que yo era el responsable de que esas 140 familias pudieran seguir viviendo y que el pueblo pudiera seguir pá’lante, y no se lo aconsejo a nadie, o sea, eso es durísimo, yo no sé cómo estoy aquí (sonriendo),

P: ¡Claro!, no, no.

JEP: porque es mucho más duro de lo que parece, y luego todos los follones que vinieron con los que compraron las acciones, y todas esas cosas, o sea, que mi paso por aquí fue muy duro, luego reconozco que cuando me fui, empecé a vivir, (riendo), o sea, que entonces hacía lo que me gustaba nada más, por eso de ahí salió lo de los lobos y todas esas cosas, y hacía lo que me gustaba y pude vivir haciendo lo que me gustaba que es lo que yo le aconsejo siempre a todos los jóvenes: “tú intenta trabajar en lo que te guste, y verás que bonico es que no te parece trabajo, o sea que, vas a estar deseando ir a trabajar”.

P: Vuelvo a esa aplicación de la organización científica, que es lo que...

JEP: Sí

P: ¿Tuvisteis cronometradores y todo esto?      

JEP: Sí, bueno yo.

P: Cronometrabas tú directamente.

JEP: Yo cronometraba, yo cambiaba los métodos de fabricación, yo calculaba los destajos, o sea,

P: Todo, todo, todo.

JEP: ¡Claro!, si es que…Vamos a ver, que no había más remedio, o sea, que…

P: ¡Claro!

JEP: aquí era como se funcionaba, entonces pues yo sabía de la carrera, me fui a Murcia hice un curso de métodos y tiempos, y bueno pues ahí me tiré 2 semanas allí viviendo en el “Rincón de Pepe”, que tenía unas habitaciones arriba, y haciendo el curso, y aquí lo aplique.

CONFLICTO LABORAL: 

P: ¿Y cómo fue la reacción de los trabajadores ante esos cambios?

JEP: Pues depende. Mira lo de los trabajadores es muy curioso, o sea que, el que es trabajador, es trabajador siempre, y el que es vago, es vago siempre, es así, o sea, porque son las naturalezas del animal como yo digo. Yo aquí ha habido gente, que, que…, buenos obreros, que se han cabreado conmigo por una cosa, que a lo mejor les ha parecido una injusticia, en un destajo, cualquier cosa, y han dicho: “¿sí?, pues ahora me voy a echar para atrás”, y yo los he estado observando, y he visto que la primera mañana, efectivamente, se echaban para atrás, yo no les he dicho nada, la tarde ya se les…, y al día siguiente se les había olvidado y estaban cogiendo su ritmo normal, entonces, ¿se lo tomaban mal?, pues sí, pero sin consecuencias, o sea, la gente…, de todas formas, yo también me había criado aquí, me conocían de toda la vida y tenían un acceso fácil, o sea, que no se daba lugar al cabreo.

Pues ¡hombre! lo del sistema del cronometraje, pues al principio no lo entendían, sentó mal, pero luego como vieron que era precisamente para calcularles sus destajos y para tener una ventaja económica y para mejorar los sistemas de fabricación, pues la gente lo entendió o por lo menos yo no percibí rechazos importantes, ¿me entiendes?, o sea, que no los percibí. Podía percibir, pues eso, el vago que te digo, que no hacía nada pues ¡hombre! le molestaba que lo fuera a cronometrar, ¿por qué? porque se demostraba la realidad, pero el tío que trabajaba, pues le daba lo mismo, o sea, él seguía su ritmo y ya está.

Si fue una época buena aquella, o sea, hasta los 70, hasta que nos liquidó las circunstancias exteriores porque nunca hemos repartido dividendos, ni nada de nada, porque ya los propios dueños de la fábrica ya se lo hizo entender mi padre, que dijo: “mirad yo he llegado aquí a unas ruinas, y esto aquí lo que se saque se reinvierte” así es que vosotros... Además, tenían mucho dinero todos (riendo), y bueno tampoco les hacía falta. Se sacó el coto aparte y ellos pues cogían su madera y su ganado y sus historias, pero de la fábrica no se cogía un duro, o sea, siempre la fábrica era reinvertir, reinvertir, reinvertir.

Y bueno, y así seguimos toda la vida, hasta que se hizo la sociedad anónima laboral que entonces me llamaron otra vez, que yo ya me había ido, pero me había ido porque me había peleado con el presidente del consejo, y ¡claro! tú no puedes estar dirigiendo una fábrica de gerente y peleado con el presidente del consejo de administración que además, le gustaba meterse mucho en todos los temas, entonces pues eso. Y entonces ya, cuando tuvieron todos los líos con este y se quedaron los obreros solos pues me vinieron a buscar, pues los hombres...

P: Cuéntanos.

JEP: a lo que conocemos.

FÁBRICA:  

P: Ya que estamos en este punto, y lo estás tocando ahí, el tema ese del cierre, aunque ahora volvamos a ver otras cosas ¿no?, el tema del cierre, ¿qué pasó?

JEP: Vamos a ver, ahí hubo un proceso.

Primer proceso es que la fábrica dejó de ser rentable, eso que te estaba contando.

P: Sí

FOTO 5. FÁBRICA ABANDONADA            00:27:34

JEP: Entonces eran pérdidas, era venta de patrimonio era tal, para compensar esas pérdidas, y empezó a ir mal. Entonces, el principal accionista de entonces que era Luis Fernández Corugedo, puso en venta sus acciones porque veía que se le caía encima la cosa, y ¡claro! el susto de las ciento y pico…, que yo, se lo…, vamos se lo alabé, ¡hombre!, a mí me hizo polvo porque para mí era casi como mi padre, que era el que era compañero de mi padre y tal, pero bueno, lo comprendí, y entonces se lo vendió a un…, bueno a un rico de Hellín que bueno, que era un hombre que tenía bastante dinero, quería diversificar estaba dedicado al tema agrario básicamente.

P: ¿Cómo se llamaba?

JEP: y compro esto. Entonces parece que aquello se reactivó ahí, empezamos a funcionar, tuvimos que hacer un expediente de regulación de empleo porque no nos daban créditos, pero bueno, por tres meses, aquello sé…, eso, y este hombre pues se lo cogió con mucha ilusión hasta que ¡claro! le dijimos: “mira, hace falta financiación y tal”, entonces ya, cuando llegó el momento de la financiación los ricos para eso son muy malos, o sea, (inaudible 00:30:55) también, el meter les cuesta mucho. Entonces pues este: “claro, pero es que yo no puedo garantizar personalmente, porque tal”, tenía 7 chiquillos también: “es que me juego el pan de mis hijos, es que tal”, y entonces le vendió las acciones a otro chaval que conocía yo, que era amigo mío, pero que el suegro era, era también con muchas perras, siempre buscando gente con cuartos, a ver si esto se reactivaba.

P: ¿Cómo se llamaba?, ¿cómo se llamaba?, el segundo.

JEP: El que vino, Gonzalo del Corral del Campo, y el suegro que era el padre de su madre, Daniel González, que bueno que tenía medio Villaviciosa suyo y todo eso, pero este era un desastre, él puso aquí al yerno, y el yerno pues muy buen chico, pero le gustaban mucho las mozas, se enrolló con una puertorriqueña o no sé qué, se largó a Puerto Rico, en este plan. Total que al final, aprovechó un elemento, que había comprado aquí una finca, que es Max García Muller, para comprar la fábrica. Max sabía perfectamente como estaba la fábrica y sabía que de los 140 si se quedaba con 50, esto funcionaba, y entonces intentó hacer un expediente y quedarse con 50, que ahí es donde me fui yo, porque ya nos enfrentamos de mala manera y tal, y bueno, pues yo me fui, y él intentó hacer el expediente, pero tuvo una serie de follones, los obreros ahí lo encerraron allí en la oficina y no le dejaban salir. Total que al final tuve que volver e intervenir un poco de hombre bueno entre las partes, a ver cómo lo arreglábamos y tal, y bueno pues al final se arregló con la solución de que se hacía la sociedad laboral y se quedaba en manos de los obreros, que además a mí siempre me había parecido lo ideal, o sea, que es absurdo tener una empresa capitalista si no te va a dar rendimiento el capital, es que son cosas de cajón, entonces ¿cuál era la solución?, pues esta, seguir igual que había estado siempre, para que sobreviviéramos los del pueblo.

Y entonces (inaudible 00:33:16) en eso yo volví aquí otra vez, pero fue cuando te digo que había un montón de problemas y cuando yo me fui, se quedó en funcionamiento, y de hecho, mandé un informe a Diputación, que no sé si estará por ahí, sobre la viabilidad de la fábrica y tal, y era viable a mi entender, no debía un duro de nada, estaba al día en la Seguridad Social, en Hacienda, en todo

P: ¿En qué año fue eso?

absolutamente en todo, pasamos una inspección de Hacienda, la pasamos con cum laude, y les pareció muy bien y todo…, bueno al final nos pusieron una multa absurda de una chatarra que nos devolvían que el IVA…, 50 euros como quién dice, y se quedó la empresa muy bien.

Pero, ¿qué pasó luego? Pues lo que pasa en las cooperativas del sur, o lo que pasaba: envidias, follones, discusiones, pues: “¿por qué vas a estar tú en la oficina y yo en la fundición si somos todos dueños?”, y ¡claro! no había nadie que les pusiera en su sitio, porque bueno, mientras estaba yo, esas cosas surgían, pero me, me…, yo me tragaba la protesta, pero ¡claro! al no estar pues ya ahí cada cual eso, y ya se armó un “pifostio” que ya luego.

Luego querían apuntarse el tanto, y esto queda muy mal, tanto los sindicatos como los políticos, del mantenimiento de la fábrica, y eso también contribuyó a complicar más las cosas, o sea, pues yo qué sé…

Que al final en el año 96, después de que vino un tipo raro aquí que le llamaban “El Chambi” a hacerse cargo de la gestión, de…, al final de hacer no lo que quería el Max García Muller, mucho más, dejaron 20 en vez de 50 que quería el otro, o sea, que al final lo que en teoría iba a ser el tema social que participaba la Caja de Ahorros, el ayuntamiento, el no sé qué, el tal, lo que hicieron fue una regulación de empleo y echaron a todo el mundo a la calle y quedarse con 20. Pero ni con esos 20 pudo salir adelante. Al final pues aquello desapareció y ya pues el hombre este tampoco tenía ninguna motivación de aquí, yo qué sé, no peleas lo mismo cuando peleas una cosa que crees tuya, que cuando vienes de funcionario o de eso, y entonces pues ya no lo sé, ya no sé lo que pasó, ni lo quiero saber, yo ya no estaba y ya está.

Yo volví aquí cuando en el 96 quisieron hacer el museo y restaurar esto, volví como director del taller de empleo.

P: Fuiste director del taller.

JEP: Y ya está.

P: Eso, ¡claro! eso fue la escuela taller ¿no?, en el noventa y...

JEP: Eso se hizo las dos cosas: una escuela taller y un taller de empleo.    

P: Y luego ya ¿a qué te dedicaste Jorge?

OFICIOS – PROFESIÓN: 

JEP: (Riendo) Es que ya todos los oficios que he pasado, son muy largos.

Vamos a ver, he hecho proyectos para la Administración. Hice el proyecto de la primera zona de protección especial de los Chorros y tal, que fue la primera figura de protección que se hizo en Castilla-La Mancha, pues hice yo el proyecto. He hecho el proyecto Leader de aquí de los 12 municipios de la sierra. He hecho pues un montón de cosas en ese sentido. Y luego a parte, he sido ganadero, o sea que, he estado trashumando y moviendo ganado desde entonces, desde el 82 del palo de los mundiales, eso no lo he dejado nunca, con mayor o menor intensidad pero he sido ganadero.

TURISMO: 

Y luego al final, pues cuando nos encargaron el Leader este, precisamente fue cuando estaba empezando lo de Taramundi, lo de Asturias y yo me fije en aquello, digo: “pero si esto es una historia parecida”, porque ellos tenían el hierro y nosotros teníamos la fábrica, ellos tenían el paisaje, nosotros teníamos igual o mejor, y entonces lo centré un poco en el turismo rural. Entonces pues terminado el Leader nos lo aprobaron en Bruselas, y llegaron los políticos, son mi bestia negra, y dijeron que…, bueno que hiciera una instalación turística porque si no, no era ejemplo y que la gente no se iba a lanzar y tal, que entonces que nos iban a dar 25 millones de aquella época, el año 90, a fondo perdido para que montáramos un hotel, entonces yo le dije que yo no montaba un hotel, que yo lo sentía mucho pero que ya hostelero no, podía ser cualquier oficio menos ese. Y entonces les dije: “si queréis lo que hacemos es un centro de educación ambiental, que creo que es un tema muy interesante de cara a la expansión turística de aquí, para ver si se ordena un poco el territorio y todo eso”, y entonces dijeron: “¡ah pues estupendo!, pues haz el centro de educación ambiental”, y es donde están los lobos, o sea, hice eso, las cabañas, el restaurant, todas esas cosas. Me empeñé hasta los ojos, porque ¡claro!, como no teníamos dinero, pues tenías que ir pidiendo crédito, te lo gastabas, no habías terminado, hasta que conseguías otra financiación se había roto la mitad de lo que habías hecho, pero ¡en fin! al final nos costó 65 millones…, bueno, nos endeudamos en 65 millones de pesetas, que era muchísimo en aquella época, pero…, pero bueno, pues confiamos en que nos iban a dar los 25, y que los otros los podíamos asumir, bueno yo hipotequé mi piso de Madrid todo. Al final, nos dieron 6 y medio de subvención, entonces pues ¡claro! con los 6 y medio empezamos a trabajar y bueno y tuvimos la suerte de que no había nada, y como no había nada, pues era overbooking todas las semanas, todos los fines de semana, entonces pudimos pagar los 65 millones de euros, bueno menos los 6 que nos dieron, o sea, los 59 y bueno, y aquello se regularizó, y empezó a funcionar bien, la gente lo vio le dio envidia, empezaron a crearse historias turísticas, empezaron casas rurales, se hizo el camping, otras instalaciones como la nuestra el Lagunazo de tal, pero ahí pues al final pues del turismo, de lo que vivimos todo el pueblo. Antes vivíamos todos de la fábrica, pues ahora todos del turismo.

P: Claro, por eso te iba a preguntar ahora, ¿no?

JEP: Es reconvertirse.

TRABAJO: 

P: ¿Qué pasa cuando se cierra, con esos 50 primeros o con los 20 trabajadores que quedan?,

JEP: Pues mira.

P: ¿se reubican?,

JEP:Sí  

P: ¿qué pasa con todos ellos?  

JEP: Cuando se cerró la historia, estuvimos con Comisiones, digo estuvimos porque yo estuve también viendo la posibilidad de la gente que se podía, de alguna manera, darle una jubilación anticipada, un tema de estos. Y a la vez estaban los “Sastres” que habían montado una empresa, y tal, los Bronces actuales, Los Bronces Riópar. Entonces, la gente joven, la que no se pudo ubicar en los “Sastres”, hicimos una especie de…, pero no oficial, porque ya estábamos escarmentados de las cooperativas, o sea, nos juntamos los jóvenes que se quedaban sin nada, y entonces pues: “tú haces la fundición”, “tú haces el acabado”, “tú haces no sé qué”. Y se hizo la fundición de Maxi entonces, que era ¡vamos! el que estaba de maestro de fundidor aquí, el “Carreras” y el que estaba de maestro con la lima pues se fue con los “Sastres” los casquillos se los pasamos, con lo cual pues llegó a contratar hasta 30 personas, y los mayores pues se cogieron su jubilación anticipada, o sea, que traumático no fue gracias a Dios, o sea, que no fue un tema que…, porque por casualidad lo pudimos arreglar y porque esta gente joven conmigo pues tenían mucha confianza, se llevaban muy bien y me escuchaban, y bueno, y razonamos las cosas como podíamos hacerlas y pues prácticamente por eso sigue la artesanía en Riópar, y todas estas cosas, o sea que no…, y en realidad así decir es que las familias se quedan muertas de hambre, pues no, gracias a Dios. Y a la vez, se iba aumentando lo del turismo, o sea, iban necesitándose pues camareros, no sé qué, tal… La gente que había ahorrado dinero y luego le habían dado la indemnización, pues reinvirtió en casas, construyó casas rurales y eso era una ayuda a la historia, y entonces pues prácticamente aquí, bueno aquí ahora mismo tenemos 3.000 plazas hoteleras y somos 1.300 habitantes, o sea, tenemos 2 camas para cada uno a parte de la nuestra (riendo). Eso fue una locura, pero bueno, que el pueblo lo absorbió bien, de hecho, no perdió población, de hecho, no perdió poder adquisitivo, o sea que, el pueblo no hay problemas, bueno, vamos a ver, hay los profesionales del paro, que eso los ha habido toda la vida, hay familias que bueno que han encontrado por ahí su nicho y están en él, pero el resto de la gente pues no hay paro, o sea, en realidad no hay problema. Hay trabajo precario, porque el de la hostelería es muy precario, hay todas esas cosas, pero, pero no le falta a nadie un dinero para pagar su casa, o su hipoteca si la tiene, o su eso, y vivir gracias a Dios, o sea, gracias a Dios. Yo en ese sentido, pues bueno, ya estás apartado del tema, porque a mí lo que no me ha gustado es todo eso de la política, y todas esas cosas, por mi padre me lo han planteado varias veces, pero no, no me siento yo ahí, porque me conozco y sé que me lo iba a tomar de verdad y que iba a sufrir un montón, y a pelearme un montón con todo el mundo, digo: “pues más vale que no”, y ya está, y así, pues esa es mi vida. 

FAMILIA: 

Luego he tenido 3 hijas, que gracias a Dios he podido darles carrera a las 3, gracias al piso de mi abuela de Madrid, ¡claro! si no, no hubiera podido, pero bueno, como teníamos el piso allí pues entonces allí entre las 3 se fueron con 17 años para allá, y se manejaron, salieron muy responsables, y bueno, todo eso es suerte que no es porque uno se lo… ¡hombre!, en su familia no habían visto que no fuéramos serios, digámoslo así, pero aparte ellas salieron de por sí, y una hizo Medicina, la otra es la que está en los bichos que hizo Biológicas y la otra está en Albacete rollos de estos de ONG’s, porque también es un poco así estilo a su padre, de esos que quieren hacer algo por los demás y todas esas cosas, y entonces está ahí trabajando de psicóloga, y bueno, la mayor es médico está en Madrid. No me quieren dar nietos, solo tengo uno de la mayor, que es el que no veo, porque ahora con la pandemia, pues un año llevamos sin verlo, que en una edad preciosa, 6 años que va a cumplir, y que eso. Le escribo cuentos y esas cosas, tipo cartas, cada año, cosas así.

GUERRA: 

P: Una pregunta que me parece interesante, en relación a los momentos de la Guerra Civil.

JEP: Yo no la viví.

P: No, no, lo sé, pero sí que tendrás conocimientos de lo que se producía en aquellos momentos, en los momentos de la Guerra.

JEP: Bueno, vamos a ver. En el año 33, esto estaba arruinado, entonces lo compraron la familia esta que te digo del marqués de Campoameno, e intentaron ponerlo en funcionamiento, vino un cuñado de ellos, Enrique Rojas, que era también militar y empezaron a funcionar, y en el 36 estaba aquí uno de los dueños de gerente, Pantaleón García Riera, entonces las Milicias Populares se hicieron cargo de la fábrica, este huyó a Alicante, el dueño, y entonces pues Dude estaba entonces de jefe de fabricación, Francisco Pérez estuvo de director, no sé una serie de gente de los comités estos se hicieron cargo de la fábrica y entonces empezaron a construir bombas para la República ¡vamos! Lo que pasa es que decían que yo eso tampoco sé si es verdad, que decían que las trampeaban, para que no funcionaran, que las saboteaban, que las bombas que se mandaban que las llevaban a Valencia, iban todas saboteadas. Yo sí he visto los planos de las bombas y de las espoletas, y de hecho, hubo un tiempo que sí que recogimos, cuando…, después de…, cuando…, bueno yo no estaba todavía aquí, pero yo estaba de aprendiz aquí, no te daban materia prima, era muy difícil conseguir materia porque no teníamos con el bloqueo, y entonces empezamos a reciclar todas las laderas del cerrete ese que era donde iban los residuos de la fundición. Y ahí sacábamos montones de bombas de estas estilo Lafitte, de estas de bombas de mano, y de eso que habían salido mal, o salían con un poro tal, y entonces las echaban ahí de chatarra o se metían entre las escorias y eso, o sea, que yo sé que se han fabricado bombas de estas de piña, de las de mano y sé que se han fabricado bombas más grandes, bueno las espoletas más que las bombas, de bombas de aviación y de cañón. Eso fue lo que estuvo haciendo durante la Guerra. Llegó a haber…, entonces había casi 300 empleados, 280 y tantos,  y estuvieron, ya te digo, fabricando material bélico para el gobierno. Luego ya, pues cuando se acabó la Guerra, vino otra vez el dueño y tal, y ya fue cuando vino mi padre, o sea que, en el 39 fue cuando vino él.

FÁBRICA – INDUSTRIA:  

JEP: Mira, aquí las 2 guerras, la de la Independencia y la Civil, las pagó la fábrica. Después de la Civil se quedó “San Juan de las ruinas”, y después de la de Independencia se cerró también, y desapareció hasta que lo cogió, la Regente María Cristina que era muy hábil, bueno y el Bernal de…, no me salé ahora, el marido de la Josefa Fernández Folgueiras, esa de la hija del Virrey de Filipinas, pues se dieron cuenta que esto funcionaba e inventaron la primera Sociedad Anónima porque la María Cristina no podía figurar, entonces hicieron una sociedad anónima con el conde de Rodas, y con ella y tal, y empezó a funcionar muy bien la fábrica, pero estuvo cerrada desde el 1808 hasta 1828, o sea 20 años estuvo, con lo cual también lo que había, también se arruinó. Desde Graubner, que ese sí que debía ser un fuera de serie el tipo este, o sea que, debía ser un fenómeno pero que se pasaba la vida en peleas con la administración, le pasó un poco lo que a mí yo creo, que eso no…, pues desde Graubner fue creciendo hasta eso, hasta el 1808 que se cerró, y luego en el 28 se abrió y tuvo una época muy buena, cuando ganó un montón de exposiciones internacionales, y todo eso, tuvo una época muy buena hasta casi 1900. Y en 1900 se la quedó el Olegario Arriera en una subasta, que era el primer español que le tocó la lotería de Navidad de 15 millones de premio, y entonces pues…, pero ese tenía otro problema, ese no se peleaba con la Administración, se peleaba con todo el mundo, eran los pleitos, ese se pasaba la vida de pleitos, hasta que se hundió otra vez, se la quedó el Banco Hipotecario y ya la cogieron la familia esta que eran compañeros de mi padre, ya en el año 33, o sea, ya compraron la hipoteca. Luego tuvieron problemas con el Olegario porque ¡claro!, uno era cuñado de este y entonces pues ahí tuvieron que darle 300.000 pesetas entonces por el tema y tal, pero bueno con las 300.000 pesetas se acalló la historia y se la quedaron. Y se quedaron esto, el pueblo, el coto de la mina, y todo, o sea que era un patrimonio gordo, ¿me entiendes lo que había?, era prácticamente el término municipal de Riópar, más de la mitad, y ahí pues ya el Olegario fue eso, el que con los pleitos se le fue todo al tacho y se lo quedó el Banco Hipotecario y lo compraron estos.

Y ya pues estuvo así, primero era Compañía Metalúrgica cuando estaba la enfiteusis de la Folgueiras este, y luego fue Industrial Metalúrgica de San Juan de Alcaraz.

CONCIENCIA SOCIAL: 

JEP: Pues yo le he visto muchas cosas muy bonitas socialmente a esta fábrica, digo de antes de mi época. Se hizo por ejemplo la primera Seguridad Social, antes del José Antonio Girón de Velasco, una Seguridad Social que se proveía de los propios trabajadores, de cuotas que se ponían y de actividades, había un teatro, pues hacían teatro, la banda de música daba conciertos, la tal, y todo eso era como un fondo que eso, que era el seguro para las viudas, para los accidentados, para toda esta serie de cosas.

P: ¿Había economato obrero?

JEP: Sí, siempre hubo economato.

P: Y en la guerra, ¿el economato funcionó?

JEP: Eso ya no lo sé.

P: No lo sabes.

JEP: Eso ya no lo sé. O sea, después sí, después estuvo funcionando. Lo que pasa es que lo llevaba directamente la fábrica y llegó un momento en que por ahorrarse el sueldo de los del economato que había 2 se arrendó a un comerciante de aquí del pueblo, poniéndole unas condiciones ¡claro! de servicios y esas cosas.

P: Yo creo que está muy bien Jorge.

JEP: Si no, pues nos vamos

Está muy bien Jorge. Muchas gracias, muchísimas gracias por todo…

JEP:  Pues ya está.

P: ..., lo que nos has contado y bueno todo tu punto…

JEP: ¡Hombre!, os he contado mi visión. La gente dirá, esto es muy subjetivo, es lo que yo he vivido, o sea que, pero mi visión es la mía, o sea, para mí es real punto por punto. Que a lo mejor otra gente opina de otra manera, pues puede ser.

AFS: Muy bien.

P: Muy bien.

 

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