María Dolores Fernández García

María Dolores Fernández, más conocida como Lolita Calderón, adoptaría este apellido del que más tarde sería su marido, José Calderón Salmerón, al que conoció en el locutorio del Penal de Burgos, donde cumplió 21 años de condena como preso político durante la Dictadura de Franco. Lolita  vivió junto a su esposo, militante del PCE,  todos los avatares políticos de los últimos años del Franquismo y de  la Transición política española. Mujer trabajadora y de gran inquietud cultural,  ha participado durante  años en cursos de Educación de Adultos.  

Fecha de entrevista: 05/03/2021

Comarca: Llanos de Albacete
Municipio: Albacete
Provincia: Albacete
Pais: España
Año Nacimiento: 1932
Entrevistadora: Ana Fe Serra

P: Buenas tardes, Lolita

MDF: Hola. Buenas tardes.

P: Venga, vamos a empezar con esta entrevista para el Archivo de la Palabra,

MDF: Muy bien.

P: del Instituto de Estudios Albacetenses.

MDF: Muy bien.

FAMILIA – INFANCIA: 

P: Empiece por presentarse.

MDF: Pues yo soy María Dolores Fernández García, hija de Dolores y Raimundo y…, procedente…, nacida en Albacete. Mis padres vinieron de Yeste en el 1926 y…, ¡por cierto! que se vinieron porque les quitaron el trabajo cuando hicieron el pantano de la Fuensanta. Mi padre era ..., no me acuerdo si era maderero lo que les llamaban, los que conducían las maderas para…, hasta llevarlas al tren que no me acuerdo como se llamaba el pueblo ese, Minas o algo así era, no me acuerdo.

Bueno, entonces como les quitaron el trabajo, ellos se vinieron a Albacete, y estuvo trabajando aquí con los albañiles una temporada, pero después se colocó en el Ayuntamiento, enseguida, en el Ayuntamiento de Albacete, y nada pues yo ya nací aquí y nací. Estábamos muy bien porque mi padre era una persona muy trabajadora, trabajaba en el Ayuntamiento por turnos, estaba en los fielatos, era en Consumo y…, espera que me pueda acordar…, y además llevaba tierras, tenía huertas,  tenía…, criaba él todo lo que necesitábamos en casa, lo que se…, lo que se suele criar en una huerta y vivíamos pues como vivían los obreros, pues bien. Hasta que ya empezó la Guerra, de hecho, yo apenas me acuerdo solamente de los bombardeos.

GUERRA - BOMBARDEOS: 

P: ¿Cuántos años tenía usted Lolita?

MDF: Por qué yo nací en el 1932, cuando empezó la Guerra era en el 36, tenía 4 años cuando empezó la Guerra, y me acuerdo perfectamente como me sacaban liada en una manta mi padre para irnos a los refugios, todo eso me acuerdo de maravilla.

¡Fíjate!, una noche tocan las sirenas y vemos el cielo, rojo, rojo, rojo, rojo, rojo: “bueno ya están los aviones otra vez por aquí”, y no fue eso, fue una aurora boreal, desde luego era precioso aquello, la verdad. Al ver que no eran los aviones ¡pues, claro! ya lo vimos con más detención.

Y cuando terminó la Guerra, pues se acabó todo. Empezó el sufrimiento porque mi padre el día 1 de abril, ya lo echaron a la calle porque era rojo. Franco cuando llegó pues yo no sé, si es que…, no lo sé, no lo sé. De la “rojería”, ¿qué “rojería” podía tener?

P: Pero su padre ¿militaba en algún partido?

MDF: Mi padre no militaba en ninguna parte, nada, en absoluto, él no hacía más que hacía trabajar, trabajar, trabajar. A lo mejor, tenía, hablaba algo y eso pues ya, o yo que sé. El caso, es que los compañeros, algunos, se ve que lo denunciaron, algo habría hablado yo no lo sé porque no estaba allí, total que así pasó. Y entonces él, empezó a los pocos días a encontrarse mal porque, se puso muy triste, muy triste, empezó a enfermar, a enfermar, y al año siguiente en el 40, en agosto del 40, se murió.

BOMBARDEOS: 

P: Lolita y volviendo a lo de los bombardeos, ¿qué recuerdos tiene usted de los bombardeos? Aunque era pequeña, dice que se acuerda perfectamente.
MDF: Perfectamente.

P: ¿En qué barrio vivía?

MDF: Allí, donde vivimos ahora, en la Puerta de Murcia, en el número 4. Y bajábamos a unos refugios que había, eran unas cuevas. Es que en aquel barrio de arriba del…, de Carretas, la mayoría de las casas tenían una cueva, algunos hasta hacían vino y todo allí, algunos, todo enladrillado, otros todo en arena, pero allí podíamos bajar tranquilamente y nada, se pasaba.

Los bombardeos fueron en 19…, en febrero de 1937.

P: Ese fue el bombardeo grande.

MDF: Gordo, gordo…, pero de varios días ¿eh?, donde murió mucha gente y aquella zona como estaba el hospital, tiraban al hospital, y la aviación que también estaba en aquella zona, pues tiraban para allá. 

P: Y el barrio se quedó muy destrozado, ¿no?

MDF:  Pues es que las bombas de entonces no eran las de ahora. Mira, nosotros estábamos, estábamos aquí así en nuestra casa y nos íbamos aquí al lado a este refugio, y en este de aquí al lado había una familia y empezó a decir el hijo: “madre, vámonos de aquí que va a caer una bomba, vámonos de aquí” y la mujer dice: “bueno, pues vámonos”, y se salieron y al llegar a donde estábamos nosotros, dice: “¡Ay!, que me he dejado el brasero”, y volvió a por él, y a la salida del brasero en la acera, ¡pum!, cayó al suelo, porque cayó la bomba, el muchacho se ve que tuvo una corazonada que lo acertó. Pero no, no le pasó nada a la mujer o sea que las bombas no eran lo de ahora, ¡hombre!, destrozaban el trozo donde caía la bomba y si cogía a alguien dentro pues moría.

BRIGADAS INTERNACIONALES: 

P: ¿Se acuerda de algo de las Brigadas Internacionales?

MDF: Sí, me acuerdo.

P: ¿Qué recuerda de las Brigadas Internacionales?
MDF: Estaban en el colegio de Cervantes, allí estaban ellos. Y eran personas muy educadas, muy educadas. Nos llevaban unas…, unas latas de carne, como, como …, estaba mucho más bueno que el jamón de york ese que viene en lata, pues nos llevaban,  y mi madre a algunos les hacía la comida.

P: ¿Pero estaban alojados en su casa?

MDF: No, no, no, no, no. Ellos estaban alojados en el…, en el colegio este que te digo de Cervantes. Pero nada, ellos no se metían con nosotros para nada, lo único que ya te digo, que nos llevaban latas de comida de ese, jamón ese o lo que fuera esa carne, estaba muy buena.

P: Y durante los días de los bombardeos y del bombardeo del 27 (¿19?) de febrero, los brigadistas, ¿usted tiene algún recuerdo o le han contado alguna actuación que tuvieran durante los bombardeos?

MDF: No.

P: Porque en el colegio donde ellos estaban alojados, no cayeron bombas.

MDF: No, no, no, no, no. Ni alrededor tampoco. Es que allí no sé, tiraban yo que sé. En el Altozano sí ¿eh?, en el Altozano sí que cayeron, pero por allí cayeron muchísimas, pero era campo, mi calle terminaba en campo, en escombros todo hasta el hospital, allí no había nada. La calle, ¿cómo se llama?, hay es que se me olvidan los nombres, Batalla del Salado, eso ahí todo era…, había eras, porque mi padre cogía cebada y trigo y un señor se lo trillaba, y había eras, había…, si era campo aquello todo aquello, pero por allí cayeron ¡claro!, todo aquello hasta el hospital, y al hospital no llegó a caer ninguna tampoco ¿eh?, yo no me acuerdo de haber oído nada del hospital.

P: Todo cayó en las casas, en las calles.

FAMILIA – INFANCIA: 

Y ya pues nada, cuando ya murió mi padre, vuelvo otra vez a él, pues se quedó mi pobre madre con tres y la mayor con…, bipolar, así que ya te puedes imaginar lo que pasamos. Estuvimos un poco tiempo que les quedó dinero a mi madre, y vivíamos de eso, pero no, enseguida se fue ella a trabajar a lavar a las pilas a la gente y a comer con una peseta que a lo mejor había ganado. Lo pasamos muy mal, muy mal, muy mal, desde luego.

P: ¿Dónde había pilas en Albacete?

MDF:  No ¿pilas?,

P: ¿Había pilas?

MDF: No, iba a casas, iba a casa de don Daniel Ramírez, un médico, allí es donde casi estuvo ella casi siempre. Que a esos los tienes que conocer tú, porque tuvo muchos hijos, tenía muchos hijos y tenían dos hijos que en la pandilla de Carmina estaban mucho, uno creo que se llamaba Antonio y el otro Juan. Bueno…

P: No recuerdo.

MDF: Tú no los habrás visto. Es que se fueron de aquí, se fueron a Madrid, los otros…, las hijas una se fue…, vivía en Cádiz, se…, con ocho hijos pues cada uno, por una parte.

EDUCACIÓN - OFICIOS: 

Bueno, total que pasamos muchísimo, muchísimo, y yo a los 9 años dejé de ir a la escuela porque me colocaron en un taller de sastrería, y estuve allí yendo, en Sastrería Martínez, los Martínez sí que los conocerás. Pepe Martínez es médico ginecólogo, ese sí lo has conocido.

P: Sí, sí, sí.

MDF: Pues ese era hijo de ellos, de uno de ellos. Y estuve por lo menos tres años o más que no ganaba nada, nada, nada. Se quejan ahora de que cobran poco, pues ¡fíjate!

P: ¿Y entonces que hacía allí si no le pagaban?

MDF: Pues trabajar.

P: Pero ¿y a cambio de qué?

MDF: Aprender, aprender. A cambio de nada, de explotarme. Explotar. Pero a ver, ¿qué hacías? Por lo menos aprendías algo ¿no?

P: Ya.

MDF: Pero mira, es que o lo tomaba o lo dejaba, y ¿qué iba a hacer?, ¿irme por ahí a la calle? Pues no, es que necesitaba aprender.

Mi afán siempre ha sido saber ¿eh?, porque he tenido mucha voluntad de saber. A mí me hubiese gustado seguir en la escuela y aprender mucho y saber, era lo que más envidia me daba. Ya mayor, yo me callaba y no hablaba porque, porque yo veía que la gente hablaba de otra manera, con otras palabras, muy distintas a las que yo podía alcanzar. 

P: ¡Claro!

MDF: Perdonar ¿eh?, voy a beber agua porque se me seca la boca.

Bueno pues nada ya, ya entonces me empezaron a pagar, pero muy poco. Yo me quité de trabajar cuando me casé y ganaba a la semana 36 pesetas nada más y los sábados y los domingos no nos los pagaban porque como no íbamos, y trabajábamos ¡puf!, en las temporadas de mucho trabajo, pues a las 7 de la mañana ya estábamos allí, yo salía media hora al mediodía para ir a casa a comer, volvía y hasta las 9 de la noche.
   
POSTGUERRA: 

P: ¿Y cómo era el Albacete de la postguerra?

MDF: Pues con muchísima miseria, y miseria, pero en todos los sentidos. Con chinches, con piojos, con tuberculosis. He visto yo salir de enfrente de mi casa, a una familia que salieron tres muertos de tuberculosis. Ibas al hospital…, cuando yo iba a la escuela, nos llevaban al hospital a ver a los enfermos y había una nave por donde está ahora el hospital nuevo, aquello era un patio muy grande, pues allá al final había una nave donde estaban los tuberculosos. Lleno aquello de gente con tuberculosis por eso hicieron el sanatorio aquel.

P: ¿Y por qué los llevaban allí?

MDF: Porque había contagio.

P: No, no, si digo a los niños.

MDF: ¡Ah! Pues no sé, nos llevaban para que viéramos las situaciones, ¡claro! Tuve suerte, yo no lo cogí. Lo único que cogí eran piojos, o chinches en la cama, de lo demás, de enfermedades no cogí nada, se ve que era más mala yo que las enfermedades.

Bueno total, que ya pasó todo esto, y mi maestro el que cosía pues conocía a mi marido de antes de la guerra y estuvieron mandándole paquetes, dinero, cuando estaba él en Burgos, y...

CÁRCEL: 

P: ¿Cuándo estaba en el Penal?

MDF:  En el Penal de Burgos, sí. Primero estuvo en Madrid, luego lo llevaron a otro sitio, no sé dónde. Primero lo cogieron en Barcelona, después pasó a Madrid, y allí lo juzgaron y al juzgarlo ya lo llevaron a Burgos. Y le mandaban, le mandaban todo con un militar de aviación que le cosía mi maestro, a este señor, a este chico, un piloto y en el verano cuando le dan las vacaciones, él iba a Burgos a ver a su familia, y un año viene y dice que no le habían cogido el dinero, no se lo había podido dar porque estaba en celdas de castigo. Como protestaban por las condiciones que tenían allí pues los castigaban. Y al año siguiente igual, y le dijo: “mira, yo creo que no te deberías de meter tú en esto porque te puedes buscar un conflicto”, y verdaderamente es que, es que era así, es que era así porque…, y ya él pobre empezó a darle vueltas. Y ya se quedó así todo tranquilo, nada pues en el taller cosiendo, ya aprendí bien bastante ya subí un poco, ya hacía ya las americanas casi enteras.

Y pasan años y viene uno de allí que era de Albacete que salió en libertad y fue a buscar al sastre y entonces, el sastre pues empezó a pensar, a pensar, a pensar y una mañana salió y me dice: “mira, estoy pensando una cosa”, dice: “como tú no tienes padre ni hermanos que se puedan comprometer, si te parece bien, le vamos a mandar a Pepe a través de ti las cosas”. “¡Uu! a mí no me importa que me va a pasar”, y así estuve mandándole cosas y luego mira, me casé con él (sonriendo).

P: ¿Y preparaban ellos los paquetes y los mandaban a su nombre? o ¿cómo era?

MDF: Yo tenía que mandarlo como si yo fuera hermana, con el nombre de que yo era hermana, de Calderón, Lolita Calderón, por eso me quedé con Lolita Calderón ¡ea!, y nada y así. Me daban el dinero a mí y a lo mejor iba yo a Correos y ponía…los ayudaba porque a mí no me costaba trabajo y lo hacía y si me daban paquetes igual, yo los llevaba y ya está.

Y así pasó, pero mucho tiempo…, desde… yo que sé, pues yo tenía unos 22 años (hay que me pongo ahí la mano) unos 22 años y cuando él salió, yo ya tenía 29.

P: O sea ¿qué fueron 7 años novios?

MDF: Síii (sonriendo)

P: Estando él en la cárcel.

MDF: Síii. Hombre no, al principio no, no, no, no. Al principio era…, yo que sé era divertido para mí aquello. Lo pasaba bien, pero…, y se ve que era el destino, porque…, ¡fíjate tú las cosas como vienen!, ¿eh?

P: Jm.

MDF: Y desde luego me alegro muchísimo qué pasara porque…

P: Y, ¿Cuándo es la primera vez que va usted a…, y lo conoce, va a visitarlo?

MDF: Yo fui con Maruja Ramírez, un año cuando se iba ella a París y…, pero no me acuerdo, pues unos tres años o así antes de salir él. Es que yo no he apuntado fechas ni nada, yo si es que todo lo hacía con la mente.

P: Pero que tendría usted 24 o …

MDF: Tendría, no, ya tendría 26 o por ahí.

P: 26

MDF: Sí

P: Y toda una aventura ir de Albacete a Burgos

MDF: Nos fuimos a Madrid, y dormimos en casa de otra familia, que era una chica que estaba casada y vivía en Madrid, hija de una familia de aquí de Albacete, que yo los conocía también a través de la política, porque esta familia tenía un hijo allí metido en Burgos con el nombre supuesto, porque había sido una persona bastante comprometida, y ¡claro! esta familia les interesó mucho contactar conmigo porque así ellos sabían a través de mí, pero a mí no me dijeron, ni mi marido, ni ellos, que este señor estaba allí, de ninguna manera.

GUERRA - CÁRCEL:   

P: Y Lolita, cuéntenos porqué, cual fue la trayectoria de su marido, de Pepe Calderón. ¿Por qué llega a la prisión de Burgos?

MDF: Pues mira, mi marido era militar de antes de la Guerra, en el año 34-35 ingresó en las Fuerzas Armadas. Ellos vivían en Cartagena e ingresó en las Fuerzas Armadas, y cuando se levantaron, cuando vino la tragedia aquella que vino tan enorme, pues ¡claro! él se incorporó, como estaban en Cartagena, estaba con los de esta parte nuestra de aquí y vino en la Guerra, hizo la Guerra.

P: Con el bando republicano.

MDF: Con el bando republicano. Estuvo en Pozoblanco, estuvo por, por Teruel, por todos los sitios donde funcionaron los republicanos. Y en Teruel, estaban…, después de Teruel, estaban ya de retirada, y cruzaron el…, tenían que cruzar el Ebro porque habían roto, habían bombardeado el puente, y él pues volvió y vio que uno que se ahogaba y era de Albacete tam…, de Cuenca, y volvió a cogerlo y cuando, cuando lo cogió al otro, que lo salvó, pero los cogieron y los detuvieron y entonces los llevaron a un campo de concentración.

P: ¿Dónde?

MDF: No me lo llegó a decir nunca, no me quería hablar nunca de las cosas.

P: De eso.

MDF: No lo sé dónde fue. Lo llevaron a un campo de concentración, pero luego después, al terminar la Guerra, lo soltaron. Y se fue a hacer la mili porque como no había hecho la mili porque…, pues entonces…, no había hecho la mili que era militar ¡fíjate! Bueno entonces le tocó en Barcelona, y en Barcelona por el documento que tenemos del juicio que tuvo que…, ¿cómo se llama el certificado …?

P: ¿El certificado de penales?

MDF: El certificado de penales. Dice que estando, haciendo la mili, quiso organizar el partido comunista. Pues a lo mejor es que lo hizo no lo sé porque yo no estaba allí (riendo).

PARTIDOS POLÍTICOS: 

P: Porque él era militante ¿no? del Partido Comunista.

MDF: Sí, sí era del PSUC, se quedó militante del PSUC desde luego. Y lo cogieron y, ¡claro!, y toda esa tragedia, lo llevaron, lo juzgaron y al juzgarlo le pusieron pena de muerte, en una Pascua. Estuvo tres meses a pena de muerte y, te voy a contar: un compañero que estaba con él que era de Isso, le dijo, se volvió así en el juicio y le hizo así a su mujer, le señaló a la mujer, la mujer que era una pobre campesina que no había salido de Isso, se fue a Madrid sin saber nada. Y bueno, total, que después del juicio ella habló con el marido y le dijo: “si lo matan me muero yo a otro día”, dice: “así que esto es lo que tienes que moverte”. Y le dieron la dirección de un abogado para que se fuese a Madrid ella, y buscase a este abogado. Se volvió a Isso, vendió todo el ganado que tenía en su casa, les pidió dinero a sus gentes, se fue a Madrid, toda una campesinica ¿eh? 

¡Ah! Y entonces se fue a Madrid, buscó al abogado este, y le quitaron la pena de muerte, le pusieron 30 años. Y siguió allí…

P: Una mujer fuerte ¿eh?

MDF: Desde luego, pues yo que sé, joven. Y entonces ella se quedó joven sola, pero sí, con valentía.

P: ¿Y se hicieron amigas?

MDF: ¿Nosotros?, muchísimo, como no lo…, pues ¡menudo!, yo agradecidísima con ella, ya lo creo... Bueno te voy a salir contando esto. Y entonces él salió un poquito antes que mi marido de la cárcel, y entonces ya, estuve yo, ya estuve yo en Isso e hicimos una relación muy buena, muy buena , muy buena, porque ¡claro! es que era de agradecer, imagínate lo que hizo esa pobre mujer. Y luego cuando murió Pío XII, entonces dio Franco como un decreto.

P: Un indulto.  

MDF: Un indulto, que los presos políticos, que estuvieran más de 20 años en la cárcel, podían salir. Y ¡claro! efectivamente salió él y Marcos Ana , que eran los únicos que quedaban de tanto tiempo. Marcos Ana que tenía 23 años ya cumplidos y mi marido 22 cumplidos.

P: Que fueron los presos que mayor número de años estuvieron en la cárcel, ¿verdad?

MDF: Mayor tiempo estuvieron en la cárcel, mayor tiempo. Desde el año 40 estuvo Pepe, hasta 1961. En noviembre del 61.

CÁRCEL: 

P: Y estuvo todo el tiempo en el Penal de Burgos.

MDF: Sí. Todo el tiempo estuvo allí en Burgos, y además muy mal, hacinados, mucha gente, sin condiciones ningunas. Tenían…, ¡fíjate! Burgos con el frío que hacía allí, pues...

P: ¿Y usted iba con frecuencia Lolita?

MDF: No, no, no. Yo no fui nada más que una vez

P: ¿Nada más que una vez?

MDF: Nada más que una vez , y lo vi a través de las rejas.

P: ¿Y ya se hicieron novios?
 
MDF: Pues sí (riendo).

P: ¡Qué bonito!

MDF: Pues sí, ¡qué bonito! Sí, y además contentísima porque no os podéis imaginar que persona era, porque tu tía no vive, pero tu tío sí lo llegó a conocer. Pero, pero bueno.

P: Y ya sale Pepe de la cárcel, se casan

MDF: Él salió en noviembre y nos casamos en diciembre.

P: Rápido, rapidico.

MDF: Rápido, rápido. Y nada, no teníamos nada, nada, nada. Nos fuimos a una habitación por allí por las Casas Baratas que nos alquilaron y…, pero…, estuvimos unos 3 meses.

TRABAJO: 

P: ¿Y él tenía trabajo?

MDF: Sí. Mira él tenía los amigos, que tenía de aquí. Uno era Gallardo, otro era Pepe Martínez, ¿era, era Pepe como se llamaba? No me acuerdo, ese que…, no me acuerdo bien.

Entonces, Gallardo que es el importante, le dijo: “no, no…” porque Calderón se iba a ir a Barcelona que tenía allí gente que le daba trabajo, y dice: “no, no, no, no. Tú no te mueves de aquí, tú te quedas en Albacete”. Y fue Gallardo a Nieto, el de la Renault, y le dijo que lo tenía que colocar, y lo colocó de encargado allí en la Renault y la DKV, ya estaba Nieto en la carretera de Madrid.

Y estando allí colocado, llegaba la policía a decirle a Nieto: “está dándole de comer a un rojo, está no sé qué”, a imponerlo y ya un día le dijo. Y todo el edificio ese es de cristal, no sé si lo habéis visto ese edificio, donde estaba la DKV. Bueno, pues mi marido lo oía, porque el cristal que había se oía todo, estaba un despacho al lado del otro. Y un día ya le dijo. No un día, ya verás, nos fuimos a Barcelona, a ver Barcelona nosotros, y esta era pequeñica, y al día siguiente de irnos nosotros, echaron por debajo de la puerta, echaron propaganda anti…, ¿cómo se dice?, no me acuerdo como…, bueno propaganda en contra de Franco.

P: Sí, antifascista.

MDF: Antifascista. No sé lo que pondría porque yo no los vi tampoco los papelotes. Y ¡claro! allí corriendo llegó la policía a ver qué pasaba. Y preguntan por él. Entonces ya, ya Nieto ya se ve que se cabreó y los mandó a hacer puñetas. Les dijo: “hacer el favor de dejar a este hombre tranquilo, que él ya ha pasado lo suyo y él está en Barcelona con su familia ,y él no ha hecho aquí nada, porque no va a venir desde Barcelona a echar, y está otra vez en Barcelona. Y ya después no lo molestaron más.

PARTIDOS POLÍTICOS – CÁRCEL: 

P: ¿Y él estuvo militando desde que salió de la cárcel o no?

MDF: Pues no, ¿cómo iba a militar él? Hombre…

P: En la clandestinidad.

MDF: En la clandestinidad él, él estaba con ellos, con los comunistas, pero cotizando y todas esas historias…, si no tenía para comer. Es que mira en la cárcel lo que hacían ¿eh? Había unos que tenían, que les mandaban cosas y había otros que no les mandaban nada. Por ejemplo, Calderón no tenía a nadie de familia, porque su padre lo habían metido aquí en la cárcel en Chinchilla y lo llevaron a las tapias del cementerio y lo mataron. Y un hermano pequeño que tenía, se quedó por Orihuela solo y una hermana que los recogieron allí unas familias, y no tenía familia ninguna que le mandara nada. Entonces se reunían a seis, y uno hacía de madre al que le mandaban comida y la repartía, pero aún y así pasaron muchísima hambre. 

P: ¿Y le contaba algo de la vida en el penal? ¿qué hacían? ¿cómo era la vida en el penal?

MDF: Pues hacían deporte, caminaban mucho en los patios, los encarcelaban si protestaban y los tenían castigados. Mucho, mucho, no te creas que nos contó. Como no te lo contara a ti, porque a mí no me quería contar nada, no quería tener los recuerdos, ya se le habían olvidado, porque él desde luego, vivió treinta años después, pero los vivió muy bien y muy feliz, y muy tranquilo. Y bueno, y luego al poco tiempo enfermó de los bronquios, sin más ni más.

TRANSICIÓN POLÍTICA: 

P: Y acaba la dictadura Lolita, y empieza la Transición. Muere Franco, empieza la Transición y ¿qué pasa?

MDF: ¡Y madre mía!, fue…, aquello fue muy bonito, desde luego. Yo era muy atrevida me metía entre los policías y oía lo que se decía en los coches.

P: ¿Y usted militaba también?

MDF: No, no, no, no. No, yo no. Pero yo donde iba él iba yo, desde luego. Y bueno, hubo manifestaciones, hubo muchos palos, por la calle ancha se subían los coches de la policía para cogernos a los que estábamos por allí, porque estábamos. Y había unos policías que nos decían: “meteros en los bares, meteros en los bares” (sonriendo) porque de todo hay. También otro policía había en Simago, pegando una paliza, (tú de eso si te acordarás, que te tenía papá cogida del brazo y a Jose) que estaba pegando una paliza con un… cacharro ese que llevan…

P: ¿Con la porra?

MDF: Con la porra, y fui, y empecé a decirle cosas yo al policía, y dice mi marido: “pero bueno, ¿cómo has hecho eso?, pero si he visto que te mataban a ti” (riendo), pero no, no me pegó, ni me dijo nada. Dejó de pegarle, pero el pobre hombre quedó allí como un pelele en el suelo ¿eh?
Eso fue duro ¿sabes?, eso fue duro. Desde el 75 al 77 lo pasamos todos mal, todos mal. Yo después, veo que esto ha sido…, ahh…, no lo quiero ni pensar.

DEMOCRACIA - ELECCIONES: 

P: Bueno, y se aprueba la Constitución, vienen las primeras elecciones democráticas.

MDF:  Se aprueba la Constitución, y en las primeras elecciones democráticas yo ya estuve en una mesa, eso sí que lo hice, y me tocó ir al barrio Hogar, me parece que fue en el Seminario donde hicieron…, sí en el Seminario hicieron las elecciones. Y a mí me dijo mi marido: “tú ten mucho cuidado, porque vas a un barrio muy mal y puede pasar allí algo. A ti que no se te escape nadie que esté aconsejando a alguien”. Es lo único que me dijo. Y yo me llevé una bolsa con comida, y no me moví de la silla en todo el día, todo el día, ni para ir al váter, nada. Cuando me daba algo, me sacaba un trocico de queso o una hamburguesa, o una croqueta, y así pasé el día.
Y sí que pasó, ¡claro! Llegó un señor que tenía un bar, un bar muy conocido donde se reunían todos ellos , todos los falangistas, e iba con él otros dos o tres que no me acuerdo ya como se llamaban, eran los que iban de cabeza de lista por ellos.

P: ¿Por Falange a lo mejor?

MDF: Sí, por Falange. Entonces se presentó también Falange.

P: Sí, sí.

MDF: Y veo en la mesa donde estaban las papeletas, que estaban con unos señores allí hablándoles. Y le digo yo al presidente de la mesa, digo: “mire usted a aquellos señores, son cabeza de lista y mire usted lo que están haciendo”, y dice…, el presidente entonces los echó, dice: “esto no puede ser, los tengo que echar a ustedes”, y empezaron a insultarnos, y pff…, dice:“ es qué si no se van ustedes, tengo que parar la votación”, y se fueron. Y nada, allí salió ¡claro! allí salió Falange de las Jons, aquello ya lo sabíamos. Y después pues nada, todas las elecciones que ha habido…, yo he ido a votar dos o tres elecciones, hasta que nació Cecilia en el 93, iba a una mesa porque…, para ayudarles.

Pero hija mía, te voy a decir una cosa que no lo había dicho ni en mi casa, ni a nadie. Lo hice entonces, muy convencida de que…, de que lo tenía que hacer y no me arrepiento, pero después de todo lo que he visto, pues no sé qué decirte, ya casi lo dudo ¡fíjate!, No estoy nada conforme como está viviendo, como están siguiendo las normas de la vida.

P: Pero si no hubiera sido por todos ustedes, por todos los que empujaron durante esos años, ¿qué habría pasado Lolita?

MDF:  ¿De qué nos ha servido?, ¿de qué nos ha servido? No nos ha servido de nada, de nada, porque es que estamos, casi, casi, casi, como antes de la Guerra, no nos ha servido de nada, de nada. Yo no puedo, es que me… Tuvimos una Guerra por culpa de unos y otros, todos han sufrido porque la derecha sufrió y las izquierdas también, todos murieron por una parte y por la otra, y yo eso es lo que tengo en mi corazón y no me hacen ver otra cosa, no me hacen ver otra cosa, y ¡claro!, ahora veo tantas cosas que no me gustan, que no me gustan, que casi estoy sufriendo más.

TRANSICIÓN POLÍTICA: 

P: Pero y en esos momentos de la Transición, sí que tuvo que ser ilusionante, ¿no Lolita?

MDF: Yo me lo pasé muy bien, y sí que era muy ilusionante, mucho, mucho, mucho, porque yo me creía de verdad que íbamos a seguir, pues bien, sin odios, y pudiéndonos ver unos con otros.

MDF: Cuando salíamos mi marido y yo de paseo, que salíamos a caminar muchas tardes, los fines de semana cuando no trabajaba y eso, llevábamos una policía secreta delante o detrás, siempre. El teléfono lo tuvimos intervenido hasta que murió Franco. O sea que…

P: Un control policial….

MDF: Un control que no te quiero ni contar, pero bueno, nosotros, yo lo tomaba a risa, entonces lo tomaba a risa, el problema ha venido ahora después, ¡claro! cuando me hecho vieja.

P: Pero, y de cara a sus hijos Lolita
  
MDF: No he tenido nada más que a esta y mira que guapa y que hermosa está.

P: A su hija, sí, estar criando a su hija y tener allí a la policía y… 

MDF: No, la policía no iba a mi casa. Teníamos el teléfono intervenido si lo sabíamos, porque, porque, hubo veces que cogíamos el teléfono y los oíamos hablar.

H: Pues anda que oír mis conversaciones también.

MDF: Y luego nada, que veíamos a Podio el policía delante y detrás. O sea que…

P: Años difíciles.

MDF: Y uno, y uno, uno que es policía secreta, ya se habrá jubilado (riendo), el hermano de Daniel, después hemos sido amiguísimos (riendo).

P: Albacete, Albacete es así.

MDF: Albacete, es que yo, yo no puedo tener enemigos, si yo hablo con las personas es porque, yo hablo con las personas que me acomoda estar, con las que no me acomoda no.

P: Hace muy bien.

MDF: Ya está, y, y, y, mira, y además sinceramente os lo digo, no me extraña nada, nada que la derecha matara gente, porque la izquierda también mató a gente. ¡Claro! que a lo mejor unos se pasaron más que otros. Pero, como dije en el 78: “aquí todos somos hermanos y nos tenemos que mirar a la cara, y se ha terminado” 

POLÍTICA – AYUNTAMIENTO DE ALBACETE: 

P: Lolita, en las primeras elecciones municipales democráticas, eligen a su marido a Pepe Calderón concejal. Cuéntenos.

MDF: No, no, no. No lo eligieron a él concejal.

P: ¿No?

MDF: Se presentaron cinco, cinco…, salieron concejales cinco personas: Jesús Alemán.

P: Del Partido Comunista.

MDF: Del Partido Comunista, sí. Ariza, José María López Ariza, Juan Antonio Mata, Pepe Molina y Vicente Jiménez. Pero, Vicente Jiménez el pobre, estaba enfermito,  se puso enfermo y tuvo que dejarlo y entonces se llevaron a Pepe, ¡claro! Y estuvo ya, entonces estuvo él allí de concejal de aguas, y además ordenó todo el archivo que tenía el Ayuntamiento, lo que pertenecía al Ayuntamiento. Él se iba…, todas las semanas tenían una reunión, tenían trabajos, se reunían y fue un Ayuntamiento muy…, maravilloso, porque hicieron muchas cosas buenas.
Mira, Pepe, por ejemplo, hay un pueblecito por ahí, por en la carretera de Murcia, antes de llegar a Pozohondo, ¡ah, no! a Pozohondo no, Pozo Cañada, que se llama … de las Monjas.

P: La Casa de las Monjas.

MDF: Que les llevó el agua, porque vivían sin agua. Luego, se quedaron, que se quedaba Albacete sin agua, y entonces Pepe cogió y se fue al…, ya sabéis vosotros que sois de Albacete, que el Hondo de la Morena siempre tiene mucha agua ¿no?, y había que extraer esa agua, pero para extraer esa agua, había que tener una parte que estuviera alta para poner motores. Entonces él se fue a hablar con el Marqués de Larios, y se lo expuso, y el Marqués de Larios no le puso pega ninguna, se lo concedió. Tuvieron varias reuniones, le costó un poquito, pero bueno, lo consiguió. Por lo tanto, tienen en Los Llanos, en la finca, pasando por una carreterita que hay así en la parte que da para Murcia, allí hay una subida que da para el monte que pusieron allí las máquinas y eso está así de obra, tabicado. Y aquí abierto que ellos suben. El Marqués ya no cuenta con eso para nada, eso ya pertenece al Ayuntamiento, porque tenemos agua gracias a eso, o yo no sé si ahora ya habrán traído de otro sitio, a lo mejor ahora traen de otro lado, no lo sé.
Bueno, total, eso, eso se lo planteó él y desde luego el archivo tiene que estar, porque él me lo decía que estaba haciendo el archivo de lo que había en el Ayuntamiento.

P: ¿Cuántos años estuvo de concejal?

MDF: Pues estaría desde, desde el 78 hasta el 82.

GOLPE DE ESTADO 23-F: 

P: Le pilló el 23-F.

MDF: Sí. Le pilló el 23-F, y me llamó, que yo estaba en casa de una amiga de…, la madre de una amiga de mi hija. Mi hija hacía ballet con Charo López, era ¿Charo López?, bueno…, e iban a hacer una función, una representación de todos los alumnos que iban a ballet, y estábamos haciendo los trajes en casa de esta señora, y me llamó y me dice, él asustado desde luego, digo: “pero ¿qué pasa?, ¿qué pasa?” “qué han dado un golpe, que han dado un golpe, que han entrado los guardias civiles en el Congreso. Vete, vete corriendo para casa”. Y yo corriendo me fui a por mi hija que estaba en ballet, y después me fui al Ayuntamiento, que estaba él allí. Y a las diez o así viendo que la cosa seguía y que los tanques estaban por Valencia y yo cogí a mi hija, tenía el coche en la puerta porque si llegaban aquí, yo me tenía que llevar a mi marido fuera de Albacete, eso está claro, porque esto pertenecía a Valencia. Entonces me fui a llevar a mi hija a casa de Jesús Alemán, enfrente de Escolapios, que vivían los padres, que eran muy amigos nuestros, el padre había sido uno de los que había estado mandándole a Pepe cosas cuando estaba en Burgos. Y cuando yo pasaba por la plaza de Gabriel Lodares, como allí estaba el Gobierno Militar, mi hija atrás en el coche y yo delante conduciendo, y un soldado con una metralleta todo el tiempo que pasé, apuntándome, y cuando volví, que hice el mismo recorrido, igual. Pero ¡vamos!, no se metieron conmigo, no me dijeron nada, solamente eso, pero bueno eso ya impone bastante. Y llegué al Ayuntamiento y me quedé allí. Y estábamos en el despacho del Partido Comunista, había muy pocos, estábamos…, muy pocos. Total, que a las once o así nos quedamos Luis Collado, Salvador Jiménez y yo. Los tres estuvimos toda la noche esperando hasta ver qué pasaba, y la puerta de par en par, la policía se había ido.

P: Y Pepe también estaba allí.

MDF: Pepe estaba conmigo ¡claro!, estábamos los tres allí. No, Salvador Jiménez, Luis Collado, Pepe y yo, los cuatro en todo el Ayuntamiento, en el despacho aquel estábamos. Y cuando ya salió el rey, pues ¡claro! ya nos tranquilizamos, dijimos: “bueno pues ya se ha terminado todo”. Entonces yo cogí y me fui a la calle de la Feria, y les llevé churros y chocolate (sonriendo) el susto se nos tenía que pasar de alguna manera.
Y nada, pues ¿Qué más te puedo contar hija mía? ¿Qué quieres que te diga más?

PERSONAJES DE ALBACETE:   

P: Bueno, voy a pasar a otra cosa Lolita. Le voy a pedir que me hable así de personas de Albacete que para usted hayan sido relevantes, importantes, para usted, para Pepe, para la vida de Albacete.

MDF: Para la vida de Albacete… Mira, el primero que te voy a decir que es una persona que la sigo adorando es Salvador Jiménez, eso en política. Bueno, en política tengo también a los…, a, a…, hay ¡madre mía! a Luis Collado, ¡Virgen Santa!, se me borran los nombres, a Luis Collado, a José María López Ariza, y a Mata, yo los quiero muchísimo porque ellos se han portado muy bien con nosotros, y los quiero muchísimo desde luego. Y si ya no hablamos de política, pues mira, toda esa pandilla de tu tía, a todos los quería yo muchísimo.

P: ¿Y Carmina Useros?

MDF: ¡Ay! Yo la quería muchísimo.

P: ¿Qué relación tenía con Carmina?

MDF: Mucha, mucha, mucha relación, mucha, muy buena, muy buena, muy buena, muy buena. 

P: Cuéntenos, cuéntenos, Lolita, a ver.

MDF: Como si hubiese sido familia mía. Pues mira, nos íbamos a la…, cuando los Quijotes, decía: “vamos a arreglar esto”. Entre semana, llevaba un albañil, eso al principio de los Quijotes, todo lo que había, que lo usaban los que habían estado allí de labradores, para adecentarlo bien para poderlo ya hacer casa para poderla seguir utilizando, y nos poníamos las dos a limpiar, y a pintar y a colocar, y yo que sé, pues lo que fuera, siempre estaba con ella para lo que me necesitara y lo que quisiera hacer.

P: Hicieron la Ruta del Quijote, tengo entendido ¿no?

MDF: Hicimos dos rutas del Quijote. Una, que hicimos por aquí por la Mancha. Y luego la última ya, cuando hizo el año de las quijotadas, llegamos hasta Barcelona.

P: ¿Y en qué consistían esas rutas?

MDF: Pues mira, llegábamos por ejemplo a Alcalá de Henares, dormimos allí, ¿dormimos en Alcalá de Henares?, sí, sí,  y leímos el Quijote, la parte del Quijote relacionado con aquello, donde llegábamos. Luego fuimos ¿dónde está eso entre Zaragoza, ya casi en Zaragoza, de frailes, (hay es que ¡fíjate! lo que me ha hecho el dichoso virus este), no me acuerdo como se llama, que hay unas cascadas de agua muy bonitas…

P: El Monasterio de Piedra.

MDF: El Monasterio de Piedra. Allí dormimos allí con los frailes que nos alquilaron, alquilaban habitaciones, y allí leímos lo correspondiente a ese sitio. Así a todos los sitios que llegábamos hacíamos eso.

P: Iban leyendo el Quijote.

MDF: Fue…, ha sido una vida muy bonita, con ese grupo de personas porque todas eran buena gente, muy buenos, yo no tengo queja de ninguno, todos buenos. Bueno a tu tía para qué, para qué (¿tú la llegaste a conocer?, a Pilar. Mi hija la llegó a conocer)

EDUCACIÓN DE ADULTOS:  

P: Lolita y tengo entendido que, en estos últimos años, usted ha participado en educación de adultos.    

MDF: (Afirmando) Mira yo, después de morirse Pepe, me apunté a la UP, e iba a las clases de historia, porque mi ambición era saber, saber, y no había podido saber porque primero trabajando, después me ocupé de mi madre hasta que murió, y después de mi marido, porque cuando mi madre murió, mi marido ya estaba enfermo de los bronquios. O sea que, cuando murió él, al año o así, dije: “yo esto tengo yo que saber más”, y me fui. Y estuve varios años allí con ellos, pero ya, a clase tenía que ir por la noche, me tenía que ir mi nieto a recoger, y ya no me agradaba eso mucho, y ya dejé de ir allí.

P: Y tengo entendido que le dieron algún premio, alguna mención en la Junta. 

MDF: Sí, ahora después te lo diré.
En las clases de Historia hicimos dos libros. Uno, uno de la historia de las UP desde que empezó, pero no lo llegaron a encuadernar ¿eh?, nos prometían que lo iban a hacer, que lo hiciéramos, pero no los llegaron a encuadernar. Y luego otro, de los personajes de Albacete. Estudiamos quién eran los personajes, qué hacían, de dónde venían, todo. Eso todo está archivado en la UP, yo he colaborado a eso.
Bueno ya, cuando ya se me puso la cosa que yo a las nueve y media no iba a venir desde allí sola por las noches, que tenía que ir mi nieto a recogerme, y dije: “bueno, pues ya se ha acabado”. Y entonces me apunté al Centro ese de Mayores que hay en la calle Diego de Velázquez que estaba de profesor Félix…

P: Félix Mata.

MDF: Félix Mata. Y lo vi un día por la calle y digo: “Félix, yo me voy a ir contigo ahí a…¿de qué das clases?”, dice: “pues tú vente, dice: “algo harás”. Y me fui allí. Y yo es como era, pues aprender, pues cómo una cultura general, más bien que nada porque, ¡hombre!, yo ¡hombre! saber leer y escribir sabía, y las tablas de multiplicar, algunas se me habían olvidado, y…, pero enseguida, a la semana ya las sabía. Y bueno, había gente que había que enseñarles el abecedario, porque no lo sabían. Y estuve yendo, con Félix he estado yendo bastante tiempo, no sé si cuatro años o así ¿verdad?
Entonces me eligieron, yo que sé por qué. A mí me daba mucha vergüenza, mucho apuro que me premiaran a mí por haber hecho eso, si lo había hecho eso porque me, a mí me interesaba saber. Y bueno. A otra señora y a mí nos dieron, una…,un…, un…

P: ¿Un diploma?

MDF: No, no, no. Una estatuilla, así como el mundo abierto, como un mundo, como una esfera abierta así, bonita, así de grande, y yo la regalé al colegio porque…, para que las que pasen por allí, sepan que se puede hacer eso, ¡claro!

Eso a mí no me iba a decir nada, porque…, no me iba a decir nada, y no me lo pensé, y no me encomendé con nadie fui y se le dije a Félix, digo: “la quiero entregar al colegio que vosotros también os lo merecéis”, porque es qué, por lo menos Félix se portó con la gente…, ¡qué paciencia!, ¡qué paciencia!

P: Lolita y ¿qué le gustaría a usted decirle a la gente joven?, con toda esta trayectoria de vida que ha tenido. ¿Qué mensaje le gustaría mandar?

MDF: Yo mensaje mío, pues que…, ¡hombre!, divertirse se tienen que divertir, pero es que se puede divertir uno, de muchas maneras. Es que aprendiendo también puedes divertirte. Yo no digo que estén todo el día con los libros en la mano, pero que sepan ser personas humanas y respetar a los demás. No les digo más.

P: Muy bien. Pues muchas gracias, Lolita.

MDF: Me alegro hija mía. ¿Te ha gustado?

P: Muchas gracias. Un placer hablar con usted.

MDF: Se me habrán quedado cosas por ahí, pero ¿qué vamos a hacer?
 

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