Ascensión Mañas Rodríguez

Ascensión Mañas Rodríguez (1933-2019), Trabajadora de las Fábricas de los Metales de Riópar durante más de 30 años en diferentes secciones, principalmente en el pulido de piezas. Posteriormente también se incorporó su hijo a trabajar allí, por lo que su vida estuvo siempre vinculada a la fábrica.
Esta entrevista fue realizada por Marta Vera Prieto en 2010 y dado el interés de la información que aporta, ha sido recuperada y adaptada al formato digital del Archivo de la Palabra para poder ser visionada a través de la web del IEA.

Fecha de la entrevista:  2010 y 2012

Comarca: Sierra del Segura
Municipio: Riópar
Pais: España
Año Nacimiento: 1933
Año Fallecimiento: 2019
Entrevistadora: Marta Vera Prieto

AMR: A ver si me acordara. No me puedo acordar ahora, en el baño, donde les daban el baño a las piezas, y Miguel el del contable, y a este también le podéis preguntar a Eduardito.

00:18 FÁBRICAS – ÚLTIMOS TIEMPOS

P2: Sí, Eduardo es más joven. Eduardo también está.

AMR: Pero bueno, el padre y el hijo. Si es que ya quedamos pocos, ni hombres, ni mujeres, ya quedamos muy pocos, muy pocos.

P1: Bueno, quedan algunos, los de la última, en la última época.

AMR: Es que ya no entraron, ya no entraron, yo desde que luego apunté a mi hijo, ya no entró ninguno, ya no entraron.

P2: Ya, ¡claro! pero por ejemplo, la última generación, que sería Eduardo, Juli, todos esos era la última generación.

AMR: Sí Juli, lo último que entró.

P2: Y estos tendrán sobre 47, 50 años, o por ahí.

AMR: Juli fue el último de los que entraron, que me acuerdo que…

P2: El fontanero, Julio el fontanero, se salían del colegio y se metían a la fábrica,

AMR: Que aquel día…

P2: …pero ellos ya trabajaban muy poquito.

AMR: El día que entró a trabajar, le pusieron “Angustias”, porque yo con el recogedor y una escoba, recogiéndole lo que devolvía,

P2: ¿Por qué?

AMR: Del pulido, de la olor, le podía aquella olor.

P2: Le podía a él.

AMR: Y el primer día, como era el primer día, pues lo pasó mal, y unas angustias que para qué tenía, y le pusieron “Angustias”, porque devolvió ese día tanto, y yo con la escoba y el recogedor venga a recogerle con serrín lo que devolvía.

P1: Pues porque también daría en los bronquios y de pecho.

AMR: ¡Claro! Eso, se ahogaban.

P2: ¡Claro!, si dice que se ahogaban en el horno, dice usted que se ahogaban, que no podían entrar las mujeres porque…

AMR: Era donde fundían las cosas.

P2: Y había allí un humo que para qué.

AMR: ¡Buu! Tenían que entrar los hombres agachados.

P2. Pues eso, ¡fíjate!, pues los hombres que estuvieran allí respirando eso.

AMR: En lo que está mi yerno ahora, Emiliano, en lo que está ahora en la fundición, está allí.

P3. Pero antes, y no usabais protección ninguna, mascarilla ni nada.

AMR: Nada, nada. Si tenían que darnos.., tenían que darnos algún litro de leche y eso, pues que nos iban a dar, pues sí.

P2: La leche de cabra es muy buena para desintoxicar.

P1: Y ustedes tenían eso que daban, que a la gente le daban una cabra, que me cuentan a mí, y un trozo de tierra a los trabajadores de la fábrica.

AMR: Sí, sí.

P1. Y a usted ¿le dieron también?

AMR: No, no. Yo ya no cogí de eso, pero eso sí, sí. Tenían una cabra y un trozo de tierra, cuando salían de trabajar del taller, pues a sembrar alubias, patatas, maíz, lo que podía la gente, sino, no ganaban nada, se moría uno de hambre. 

P1: Porque además en la fábrica había meses donde se trabajaba y otros meses donde no había mucho, ¿no?

02:34 FÁBRICA - MUJER

AMR: Yo, cuando yo estuve, yo nunca, a mí nunca me pusieron e el paro ni nada, de las mujeres que habíamos…

P1: Los 17 años seguidos.

AMR: … la única que me dejaron cuando las ponían en el paro, era a mí, las otras iban algunas veces al paro, y a mí, yo nunca fui al paro.

P1: Pero, ¿por qué era usted la única viuda?

AMR: No, no, habíamos viudas, muchas, pues todas.

P1: ¡Ah!

AMR: Pero en la sección que yo estaba, no me ponían a mí en el paro.

P1: ¿Por qué? Porque trabajaba usted muy bien,

P2: ¡Claro!

P1: Porque era buena, era hábil

P2. Estarían contentos, entonces…

AMR: Yo, eso sería, porque los pulidores se peleaban por las cucharas que yo hacía, para ir luego ellos a pulirlas.

P2: Pues ya está.

AMR: Me decían..., algunos me decían: “déjalas escondidas, déjalas escondidas, cuando vengan los otros que no las vean”

P2: ¡Claro!

P3: Porque las hacía bien. Por eso no se ha ido usted al paro.

AMR: ¡Madre mía!, si es que..., es una historia.., mi vida ha sido una historia de tanto trabajar. Y por ahí, no me queda sitio, y de lo que.., de allí pá allá, de traer cargas de leña para venderlas en el pueblo.

P2: Y, ¿cuántos años tienes usted?

AMR: Yo tengo 79.

P2: Pues está fenomenal ¿eh?

AMR: ¡Uyyy! Si estoy más arrugada que una pasa.

P2: Pero bueno, si son 79 años. ¿Cómo se llama usted?

AMR: Ascensión Mañas Rodríguez

P2: Ascensión, son 79.

P1: ¿Cómo es el apellido?

AMR: Ascensión Mañas Rodríguez, Mañas.

P1: Mañas.

AMR: Rodríguez.

P1: Me había sonado a apellido vasco, Mañas Rodríguez lo había dicho todo seguido.

AMR: No, no.

P1: Pero no. Es de aquí, ¿verdad? Sus padres de la Casa Noguera, de siempre.

AMR: Sí han sido nacidos y aquí toda la vida. Y yo aquí igual, he nacido aquí y ahí con los conejos, ahí voy a morir si Dios quiere. (Risas) ¡Ea!, a ver.

P2: Dónde mejor, ¿eh?

AMR: Pues sí.

P2: A Aleja sí lo conoces ¿o no?

P1: Sí

P2. Aleja. Pues es su madre.

P1: ¡Ah!, ¿sí?

P3: ¡Ah! ¿Es la madre de…? ¡Ah! ¿si? Bueno, ¡claro! pues ya lo creo.

AMR: Sí. Ese se quedó sin padre de 3 años, pero ha salido muy trabajador.

P2: ¡Vaya!

AMR: Muy trabajador.

P2. ¡Vaya!

P1: Pero no ha trabajado él en la fábrica.

AMR: No. Lo apunté y ya no entraron a trabajar ninguno. No.

P3: Ellos ya no…

AMR: El último que entró fue Juli.

P2: Hace unas cosas preciosas su hijo.

P1: ¿De qué?

P2: Forja, trabaja en la forja, de hierros y de todo.

AMR: Trabaja mucho. Pero además trabaja en.., trabaja allí en una fábrica, pero luego tiene él su taller.

P2: Tiene su taller. Trabaja en la fundición, allí donde.., en la fábrica bueno ¿no trabaja donde Agnelio?

AMR: Sí.

P2: Pues allí.

AMR: Pero luego él tiene….

P2: Tiene su taller…

P3: Luego él tiene su taller al lado.

AMR: Que trabaja mucho, muchísimo.

P2: Muchísimo, siempre.

AMR: Sí, trabaja mucho.

EN SU CASA 00:58

04:57 FÁBRICA – MUJER - RECUERDO A LAS MUJERES DE LA FÁBRICA

P2: Estaba la Consuelo

AMR: La Brígida, ¿te lo he dicho ya?

P2: Sí.

AMR: La Victorina, que ya ha muerto.

P2: Han muerto todas ya.

AMR: La Juana Antonia.

P2: Y esa ¿quién era?

AMR: Ya ha muerto también, se han muerto todas.

P2: Sí, menos la Pepa y usted.

AMR: ¿Eh?

P2: Que la Pepa y usted son las únicas que hay, que hayan trabajado allí.

AMR:  Sí, la Pepa es la única. Y ¿quién estaba también? Una del Laminador, la Valentina también estaba en el taller que era muy mayor, y cuando entré yo a trabajar el día que entré, dice: “Ascensión enséñate a trabajar bien ahora, que no te pesará”, y es verdad que no me pesó.

P2: Tú entrabas y tenías un maestro que te iba enseñando al principio.

AMR: Noo, nada. Era Aurelio, Aurelio “El Catalán”.

P2: Aurelio “El catalán”, pero el que vive, el hijo, Aurelio, el que vivía en la calle Jardines, bueno vivía.

AMR: El padre…

P2: ¡Ah!, el padre.

AMR: … el padre era el maestro.

05:56 FÁBRICA – MUJER - OFICIO

AMR: Y nada me sentó y no me dijo siquiera como tenía que empezar a trabajar, lo que las compañeras me dijeron: “así tienes que empezar a trabajar”, digo: “pues hijo, menuda enseñanza”.

P2: Y era el maestro, y luego nada.

AMR: Era el maestro, el maestro de cubiertos. Pero luego ya como me sacaron a tantas cosas para trabajar.

Primero, entré, que eran las cucharas de alpaca, pero estaban lisas del tó, y entonces luego, cuando le hicieron.., la hacían la caceroleta esa, había que otra vez volverlas a.., a hacerles las orillas.

P1: Qué esas las he visto yo, que salen planas.

AMR: Sí. Esas las cortaban ahí, el hermano.., Julián “El catalán”, que ya ha muerto también, era el que las cortaba. Con esas planas fue donde yo empecé a trabajar, no se me olvidará mientras que yo viva. ¡Madre mía!

P1: Pero eso es general. A mí la verdad, es que tú ves un tenedor y estás ahí acostumbrado a usar un tenedor y parece que es la cosa más tonta del mundo, pero luego hay que hacer un tenedor: hay que fundir el metal, hay que meterlo en el molde, hay que cortarlo, es que todo tiene unas labores, y aquí se hacía todo bastante artesanal, o sea que estaba mecanizado, pero un poco mecanizado tampoco mucho, que había mucho trabajo de mano.

P2: Sí, todo. Todas las piezas.

P1: Y luego ya la parte de arte ¿no?, la que tiene ya de figura y eso. Eso, nunca ha habido mujeres que hicieran ¿no?, los dibujos, eso siempre.., los cinceladores han sido hombres.

AMR: Sí, siempre han sido hombres. Nosotras era limar, limar, limpiar. Bueno, la que más en todo eso fui yo, la que más estaba en… Todas esas piezas pues las he limpiado, primero las he limpiado con las poleas, las he pulido con las poleas, luego otra vez limpiarlas ya de última ya para llevarlas al baño. Pero esas todas, todas, ¡madre mía de mi vida!, y lo malo que era para hacerlas, para hacerlo con la polea.

P1: ¿Por qué?

AMR: Pues porque era muy malo, y las manos y lo que te quemabas y todo.

P1: Son esos cepillos redondos que tienen las púas de metal ¿no?, eso es la polea.

AMR: No, las poleas son de.., eran de trapo, de trapo de los militares, eran lisas.

P1: No sé yo como es una polea, me habla pero no lo veo. Había visto los cepillos estos metálicos, pero que estos.., esos sí que son fuertes, pero esos eran para rebabas más importantes me imagino, y luego lo suyo ya era el trabajo finico, ya de acabar.

AMR: No era tan fino, no, que eso de hacerlo con la polea del “Merin”, eso era.., al meter las poleas ahí para hacer todo eso, y todas esas piezas han pasado por mi mano, y esas, y eso ¡madre mía! el trabajo que me costaba para hacerlo con la polea del “Merin”.   

P1: Y estos, ¿por qué los tiene usted?, ¿los compraba?, o había parte del sueldo en alguna vez en que podía.., ¿o tenían precios especiales para comprar los bronces de la fábrica?

AMR: Sí, nos rebajaban algo.

P1: Pero tampoco mucho.

P2. Y en el economato ¿compraba?

AMR: Sí.

P2: Ahí sí que tenían precios muy baratos ¿no?

AMR: Un poco más barato. Estaba ahí doña Gloria.

09:40 MUJER – FÁBRICA - VIVIENDA

P1: Cuente donde vivía, ¿en San Carlos?,  ¿dónde?, ¿justo encima?

AMR: Encima de la fundición, de lo que está hundiéndose del tó, que estuvo vivendo también viviendo la Visi, la suegra de mi nieta, que es la última que ha vivido allí.

P2: Sí, yo sé que casa es eso.

P1: y Manola vivía allí también pero porque ella era hija de Guardia Civil, Manola la de Valentín. Ella me contó que vivía allí cuando era pequeña, su padre vivía allí o algo así.

AMR: Yo de la Manola me acuerdo ná más que en la calle de los Jardines y de su padre me acuerdo yo bien que era Guardia Civil, pero allí… Luego estuvo ahí en.., de guarda, estuvo ahí en el Arco, en la puerta del Arco, cuando estaba ahí don Luis, que de noche a lo mejor a las 12 o a la 1 bajaba a echar las cartas, ahí abajo, la cartería.

P1: ¿A la 1 de la noche?

AMR: Es que ahí en casa de don Luís se acostaba uno muy tarde de cenar, cenaba uno más tarde que pá qué, y él como estaba de guarda, pues cuando eso, tenía que bajar a echar las cartas.

P2: ¿Dónde estaba la cartería?

AMR: Eso es lo que ya no me acuerdo yo, donde estaba entonces la cartería.

P1: Pues no sé cómo sería la casa donde vivía usted encima de la fundición, porque ahora lo que queda, bueno que se ha caído, pero ahí había como de almacén, lo tenían.

AMR: ¿Arriba?, no, arriba del todo, bueno después no sé yo, donde nosotras estuvimos es donde estuvo la Visi.

P2: Sí, ¿tú sabes que casa es? Justo al final de la fábrica hay como un jardín…

P1: ¿Dónde está la guardería?

AMR: No, más para allá, el último

P2: Al final, el último edificio de la fábrica…

P1: ¡Ahh!

P2. …que luego subes a lo que se llama el barrio de los hueveros.

P1: Sí.

P2: Pues justo acaba la fábrica hay una casa y si subes las escaleras…

AMR: Están las persianas aún.

P2: … las ventanas son, ese edificio está dentro de la fábrica, pero yo no sé cómo estará pero…

AMR: Pues tiene que estar…

P2: tiene que estar hecha polvo, ¿no?

AMR: Pues tiene que estar malísimamente. La última que ha estado ha sido la Visi.

P2: Y ahí vivió la Visi, la madre de Fede, Fede, Diego y Javi, allí vivieron, o sea, Fede vivió ahí de pequeño.

P1: Fede vivió en esa casa, Federico el del Rodeo.

P2: Sí.

P1: Pues que nos lo cuente.

P2: Vivió ahí, pero él era muy pequeño cuando se cambiaron porque.., ¿no?

AMR: Los hijos eran pequeños sí, yo me recuerdo de subir allí a su casa…

P2: Y su padre era obrero y entonces me imagino…

AMR: …y estaban los tres nenes alrededor de la estufa, me acuerdo yo de subir alguna vez en casa de la Visi y eran pequeños, y uno corría por los tejados, por encima de los tejados de los talleres, ¡madre mía! si es que hay que ver.

P2: ¡Claro! Diego es que es el padre de esta niña, de la pequeñica.

AMR: Sí. Pues él dice que corría por los tejados, ¡madre mía! lo que sabe la gente como él.

P1: Pues tienen un montón de bronces aquí ¿eh? de la fábrica, a alguien le gustan.

AMR: Mi yerno, que ahora trabaja con Maxi, hace ya que trabaja allí.

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