Enrique Armengol Alejo

Se crió en Hellín con su abuelo, con el que por las noches escuchaba  Radio Pirenaica. Emigró a Madrid muy joven, dónde estudió y trabajó como funcionario de Correos, pero nunca se desvinculó de Hellín. Se casó con una hellinera y retornaron en cuanto tuvieron oportunidad. Hellinero cien por cien,  es conocedor de costumbres, tradiciones, parajes, etc. etc.

Fecha de entrevista: 22/02/2017

Comarca: Campos de Hellín
Municipio: Hellín
Provincia: Albacete
Pais: España
Año Nacimiento: 1949
Género: HOMBRE
Entrevistadora: Ana Fe Serra Martínez

- Buenos días Enrique
- Buenos días
- Dígame por favor su nombre, sus apellidos
- Si, me llamo Enrique Armengol Alejo
- ¿Su fecha de nacimiento?, ¿dónde nació?
- Veintiséis del seis de mil novecientos cuarenta y nueve (26/6/1949)
- Muy bien, ¿de dónde eran sus padres Enrique?
- Mis padres, mi padre era de aquí de Hellín, nacido aquí en Hellín en la Calle del León, Barrio Cerro Barbudo y mi madre era de un pueblo, Riópar, de una aldea de Riópar, de Lugar Nuevo exactamente.

- ¿Y a qué se dedicaban sus padres?
- Mi padre era agente comercial, pero en aquel entonces, cuando, antes de nacer yo y después de nacer, pues trabajaba de oficinista, lo que antes se llamaba oficinista, y mi madre sus labores y aparte de eso, ayudando en el comercio de ventas al por menor.

- ¿Y tenía hermanos? ¿Cómo era su familia?
- Vamos a ver, pues nosotros éramos tres hermanos, dos varones y una hembra y mi padre tenía dos hermanos más y mi madre tenía muchos hermanos, pero tuvimos poco trato con ellos, porque vivían fuera, no había mucho roce.

- ¿Y qué recuerdos tiene de su infancia Enrique, los recuerdos más emotivos?

- Bueno pues sí, los recuerdos más emotivos eran más con mis abuelos, más que con mis padres, sobre todo con mi abuelo. Mi abuelo para mí era una persona muy entrañable, y yo dormía con él, yo dormía con él en su cama, porque mis abuelos curiosamente dormían cada uno en su habitación, y yo dormía con el abuelo y me contaba cuentos, se los inventaba, debería tener un…era maravilloso porque me contaba cuentos de Tarzán. Tarzán con su mujer y Tarzán con los ladrones...eso es lo que más recuerdo.

- ¿Y a qué se dedicaba su abuelo?
- Él era agente comercial, pero no de los viajantes, si no agente comercial dentro del entorno de Hellín.

- Muy bien, y de su infancia, volviendo al tema de la infancia, de la escuela ¿Qué recuerdos tiene usted de la escuela? ¿A qué escuela fue? ¿Qué estudios hizo?
- Si, la primera escuela que fui yo fue en el mismo edificio donde nací. Yo nací en la antigua Alfonso XII número trece que ahora es Arquitecto Justo Millán. Había allí una panificadora y enfrente de la panificadora ahí nací yo. Bueno, pues en ese mismo edificio mi primer recuerdo de escuela fue allí, se ve que montaron alguna, y lo que sí recuerdo era que íbamos con babis, con babis, y allí los años que tendríamos pero la gracia era "¡mira, mira que no lleva nada debajo, no lleva nada debajo!" no se los años que tendríamos, posiblemente 6 o cosa así.

- ¿Y qué relaciones tenía con los otros críos de la escuela? ¿A qué jugaban?
- Jugábamos sobre todo…a todo, en aquel entonces el juego era totalmente distinto ahora, era simplemente hablar, yo que sé, subirte a las rejas, pegar saltos a ver quién saltaba más, a ver, a ver quién orinaba más lejos, a ver quién escupía más. Jugábamos a lo que se llamaba, aquí en Hellín lo llamaban el "gua", eran las bolas, yo no sé por Madrid lo llamaban de otra manera "las canicas"; por eso es que el lenguaje cambia mucho, pero jugábamos sobre todo a todo y vivíamos en la calle.

- ¿Y de que se vivía en Hellín en la época de su infancia?
- ¿De que vivía la ciudad de Hellín en general?
- Bueno pues en la época que yo recuerdo, es decir hasta los diez años que me fui hasta el año sesenta, en Hellín no se vivía, se malvivía, en Hellín se malvivía. Porque sí, estaban los que estaban cogiendo esparto, que era un trabajo durísimo, durísimo según me dicen, yo no he querido entrar nunca en el tema, pero dicen que era durísimo. Las mujeres que estaban picando el esparto, después resulta que no las habían asegurado, habían trabajado treinta años y no habían cotizado nada más que un mes, pero bueno, cosas así. Se vivía de eso y después del pequeño comercio, no había industria, estaban las dos cerámica, dos o tres, cerámicas que había y una fábrica de licores también creo recordar.

- ¿Y cómo vivía la gente? ¿Cómo eran las casas? ¿Las infraestructuras?
- Vamos a ver, vivir se vivía en la calle, yo mi experiencia en aquel entonces yo vivía más con mis abuelos que con mis padres y entonces mi abuelo se dedicaba a su comercio, él iba de agente comercial vendía y ya está, y mi abuela tenía un puesto, no en la plaza, no dentro de la plaza del mercado, si no en los alrededores; entonces ese puesto se abría por las mañanas a las nueve de la mañana o diez de la mañana y se cerraba cuando caía el sol, horario continuo como el Mercadona ahora por ejemplo y se vivía allí, simplemente allí, en la calle, allí mismo se comía, era un cuartito que tendría, yo que sé, si te digo 5 metros cuadrados, te digo mucho. Cuando caía la noche, cuando caía el sol, cogíamos los bártulos nos íbamos a nuestra casa, que estaba en el Barrio del Pino, en aquel entonces había tres casas nada más, pero hoy es un barriazo y esa era la vida nada más.

- Y por centrarlo en el tiempo, estamos hablando de los años 60-50
- Años…pon desde que tengo yo recuerdo 55 al 60, desde que tenía cinco a diez años.
- Y la familia ¿Cómo era la familia entonces? ¿Qué roles se desempeñaban en la familia?
- Bueno el rol, ya te digo que yo vivía más con mis abuelos que con mis padres, porque mis padres hubo una temporada que se tuvieron que ir fuera de Hellín a trabajar, fue quizá antes de la emigración, se fueron a un pueblecito, se llama Almendricos que está por Murcia. Entonces el rol era el abuelo, el abuelo era el pater familia en mi caso y la abuela la mater familia, pero realmente, aquí quién mandaba era mi abuela, eso estaba más claro que el agua, es que es así, es que mandaba ella, quizás mí, quizás mi convivencia familiar fuese un tanto atípica con respecto a Hellín, porque mi abuelo era catalán, catalán de los que cuando se enfadaba hablaba en catalán, cuando se enfadaba se ponía un poco rabioso a hablar en catalán y entonces el rol del "abi", porque yo en esa edad llamaba a mi abuelo "Abi Tomas", abuelo Tomas, después ya cambié a “Papá Tomas” y mi abuela era la "Mama Roja" porque ella tenía un mote que era la "Roja de los Plátanos". Por eso te digo que quizá fuese un poco atípico con respecto a Hellín, pero es que era curioso.

- Muy bien y en cuanto a la sanidad Enrique, los médicos ¿Qué había por entonces por aquí en Hellín? ¿Había Centros de Salud?
- Había un Centro de Salud, que está ahora cerrado que es el Centro Rural y Maternal de Urgencia, está enfrente de, no se sí lo conoces, está justo enfrente del Instituto Cristóbal Lozano, ahí en la Plaza donde hay una cruz, esa que dicen, como dicen en Hellín "Cruz de los Cáidos" no Cruz de los Caídos si no "Cáidos", pues ahí funcionaba eso y funcionaba, después lo he sabido, por el método de igualas, es decir que las familias pagaban una peseta, dos, cinco al mes o al año, no sé cómo y entonces ahí te trataban. Yo... mis experiencias ahí......recuerdo que me operaron de anginas porque entonces era, yo que sé, tomar la comunión y operarte de anginas, eso se lo hacían a todo el mundo, además una experiencia muy traumática, yo la recuerdo todavía, estuve mucho tiempo soñando con ella. Esa era la única sanidad que yo conocía, había dos o tres médicos, Don Manuel de las Heras, Sánchez Cañamares, recuerdo algunos nombres.

- ¿Y de la religión Enrique?
- Yo después, me has hablado, me has hablado de los colegios, entonces mi primer colegio te he contado mi experiencia, pero yo después fui a más colegios, fui al colegio de Don José Bailez, que también era un institución aquí en Hellín en la Calle Barba Roja y después fui dos años creo al Colegio de los Capuchinos, al Colegio de los Padres Terciarios Capuchinos y sí allí la religión era, recuerdo, recuerdo que lo primero que hacía, la religión y la política estaban un poquito mezcladas, lo que pasa que Hellín eso de la política no se entendía como política pero vamos el Colegio de los Capuchinos estaba enfrente de la Cruz esa que te he dicho de los "Cáidos" y hago matiz en el acento porque es muy hellinero, pues allí se cantaba el “Cara al Sol” lo primero y después delante de cada clase pues se hacía un Ave María o un Padre Nuestro. Los domingos había que ir a misa, obligatoriamente claro y cuando no ibas, hombre ya no te castigaban, no era el castigo físico ni nada pero los curas son muy listos, eran muy listos, entonces lo que daban eran unos vales, entonces cada vez que ibas a misa te daban un vale por dos puntos, un punto, cinco puntos y cuando llegaba la terminación del curso tu presentabas tus vales y con eso tenías derecho a un regalo, claro yo al final me parece que tuve un vale nada más y no me toco nada, pero bueno, eso lo recuerdo, eso tuvo que ser el año cincuenta y siete, cincuenta y ocho, que es cuando tengo la fotografía.

- Bueno y de la guerra usted es muy joven claro, usted es muy joven y no la vivió pero como vivió en casa de sus abuelos usted, sí que oiría hablar ¿Y cómo se vivió lo de la guerra aquí en Hellín?
- Yo ya te digo, siempre por cosas oídas, entonces a mí había muchas cosas que me llamaban la atención, claro era un crío. Después cuando uno ya se hace mayor entonces recuerda esas cosas y dice: ¿Madre mía por qué no preguntaría yo?, pero si recuerdo por ejemplo "La Pirenaica" la famosa radio "La Pirenaica", todo el mundo alrededor, yo no sabía lo que era aquello pero yo me acuerdo, se encendía la radio, todo el mundo callado, si venía alguien pasaba por la ventana y eso de "La Pirenaica" y después no se hablaba de nada no, cuando se hablaba, por ejemplo, si mi abuelo hablaba con mi abuela hablaban entre ellos y procuraban que nadie los oyese, ni yo mismo, pero si oía uno cosas, "¿qué sabes de tus hermanos?" por ejemplo mi abuelo tuvo dos hermanos que tuvieron que salir un poquito de correprisas de Hellín, anécdotas que contaban y yo oí, como por ejemplo después me lo contó mi abuela, yo cuando nací a los dos, tres años murió mi bisabuelo y yo iba a llevarle, me acuerdo esa imagen la tengo también, él estaba en la cama y yo iba a llevarle un cigarrico, como sería yo que no llegaba a la cama "cigarrico por aquí" y contaban, después me contaba mi abuela, han venido aquí los no sé quién y les han dicho "anda si a tus hijos los tenemos ya localizados" los hijos eran los que habían salido, se vivía de una manera muy triste y muy para hacer daño, para hacer daño casi casi también mental.

- Bueno Enrique y recopilando un poco sobre su vida usted vivió, estudio aquí y llega un momento en el que emigra.
- Bueno pues eso también para mi fue muy atípico porque realmente salir a estudiar fuera de Hellín en aquel entonces se salía muy poco, salí muy poco porque no había y como no había pues no había, yo tuve la suerte de que un tío mío pues se empeñó en que estudiase en Madrid, tenía posibilidades y me mando a Madrid, me mandó interno a Madrid, años sesenta, a estudiar todo el bachillerato, entonces yo todo mi bachillerato lo pase los siete años que eran entonces los pase allí en Madrid en un colegio de élite, que no tenía nada que ver con la educación que había en España entonces, pero tuve esa inmensa suerte. Una vez que termine el bachillerato pues como ya no había más "money" pues me tuve que poner a trabajar, me puse a trabajar en Correos, seguía viniendo aquí en vacaciones, conocía a mi mujer, nos hicimos novios, nos casamos; en aquel entonces la mujer automáticamente en el 99% dejaba de trabajar y acompañaba al marido a donde tuviera él trabajo, pues nos fuimos a Madrid, vivimos 9 años en Madrid y a los 9 años surgió la oportunidad de volver a Hellín y yo volví a mi pueblo, le tengo mucho cariño.

- ¿Tuvieron hijos?
- Si, tuvimos dos allí en Madrid y uno aquí y la nenica aquí y la nenica aquí, porque  mi mujer tenía ganas de una nenica y dice "hombre ahora en Hellín ya con la ayuda de mis padres" y sí.

- Una hellinera.
- Una hellinera, una hellinera que es Albaceteña porque en aquel entonces no se podía nacer en Hellín, yo como curiosidad lo digo la tuve que inscribir en el registro civil de Albacete y cuando llegué ya aquí a Hellín porque estuvo en la incubadora diez días, a los diez días hice el cambio, automáticamente, es que ha nacido en Albacete pero por accidente.

- ¿Sobre qué años vuelve a Hellín?
- Vuelvo a Hellín exactamente el doce de octubre de mil novecientos ochenta y cinco.

- ¿Y a qué se dedica cuando vuelve?
- Yo lo mismo, fue una gran suerte, surgió una plaza en Hellín, la solicite, me la concedieron y me vine a trabajar en mí mismo trabajo, bueno en el mismo sitio, en la misma empresa, que es Correos, que no se parecía en nada a lo que yo estaba haciendo en Madrid, pero era Correos.
-¿Cuántos años estuvo fuera?
- Pues exactamente veinticinco años.
- ¿Y le costó integrarse a la vuelta?
- No, no, absolutamente nada yo no noté cambio ninguno, noté mucha comodidad, claro allí en Madrid las distancias eran horribles, te cansabas más en ir y venir y aquí era caer de la cama y caer a trabajar, no noté, no fue nada dramático.
- ¿Y la época de la transición democrática entonces usted la vivió en Madrid?
- Si
- ¿Y que nos puede contar de esa época?
- Hubo un momento que era horrible, ya porque es que era todos los días en el metro, desalojar el metro porque había amenaza de bomba, era salir a una calle y había manifestaciones, carreras policiales, cuando había los atentados de E.T.A se hacía la “Operación Jaula” y cerraban Madrid entero, que yo me indignaba, no creo yo que estos terroristas sean tan tontos como para montarse en un autobús, pero bueno, ósea que fue sí, allí sí sé vivió la transición y la llamemos dictadura o dictablanda, aquí en Hellín no se vivía, aquí no se notaba nada.

- Y hay una cosa que quería yo preguntarle Enrique, me han comentado que familiares suyos estuvieron en un campo de concentración al terminar la guerra, ¿qué nos puede contar de eso Enrique?
- Un tío de mi mujer, José Carreño Sáez, estuvo en Mauthausen desde el año cuarenta y uno hasta el año cuarenta y cinco, fue superviviente, ósea sobrevivió y se quedó ya allí a vivir en Paris, en los alrededores de París donde prácticamente se quedaban todos los españoles porque el problema que ellos tenían es que el que no había muerto y había tenido la gran suerte de sobrevivir, no tenía donde ir, es que no tenía donde ir, no ni eran extranjeros en Francia ni eran franceses en Francia ni eran nada, entonces él se quedó a vivir allí, el gobierno francés lo trató muy bien, ¡Qué lástima, ojalá y España hubiese tratado una décima parte! lo trato muy bien y allí vivió, allí se casó, allí tuvo familia. Vino a España me parece que una vez después de morir Franco, en el año setenta y ocho, setenta y nueve vino aquí.

- ¿Y usted tuvo relación con él?
- Si, yo conseguí, tuve la gran suerte de hablar con él un par de veces o tres,  él no quería hablar, le pasaba lo que a todos él no quería hablar de eso, pero un día curiosamente fuimos a París la familia a la boda de una de sus hijas. Me acuerdo que fuimos en el famoso tren "Puerta del Sol" ¡Toda la noche montado en una litera, bueno eso era otra cosa y toda la noche sin dormir! ya fuimos a casa y en ese momento le dio al hombre por hablar y yo estaba que me caía de sueño, allí en el sofá, pero si hablé con él largo y tendido y me contó muchas, muchas cosas y algunas eran fuertes, muy fuertes, pero bueno.

- Y creo que usted también ha colaborado en alguna actividad, ¿no? en alguna exposición
- Si hicimos, creo que fue en el año dos mil, mil novecientos noventa y nueve, dos mil uno por ahí, hicimos una exposición que denominados "hellineros en mauthausen" entonces era hablar de los hellineros que estuvieron allí, unos  supervivientes y otros fallecidos y sí, la montamos, fue una exposición visitadísima también muy fuerte, pero bueno, nosotros queríamos, nuestra idea era que la gente, sobre todo la gente de Hellín, conociese que eso había pasado porque es que hay momentos en que parece que eso es una película, no, no, eso fue real y entonces las fotografía eran muy fuertes, pero fueron muchos colegios, muchos institutos, mucha gente y sí yo, creo que para mí fue un éxito.

- ¿Y qué nos puede contar  Enrique de la Cárcel de la Loma?
- La Cárcel de la Loma que ahora está tirada, era un antiguo almacén de esparto, está en la Cuesta de los Algezares, saliendo la carretera hacia Murcia, ya casi pegado, un poco retirado de la estación y eso funcionó para mí…yo lo poco que he sabido de ello, es como un campo de concentración, o como decía un compañero, una cárcel habilitada, bueno son los eufemismos estos que se ponen, era un campo de concentración. Yo he leído algo de eso, algún libro y tal, bueno es posible que haya exageraciones, pero era una cárcel y las fotografías que todavía están por ahí pues se ven esas pintadas con la clásica águila, con una España grande libre, desinserción, en fin.

- ¿Pero y los presos eran solamente de aquí de la zona?
- No porque eso, eso tiene que ser, tiene que haber, creo recordar, creo recordar… una vez Beatriz, la archivera, me estuvo contando que en uno de los censos que se hacían sistemáticos aquellos que se hacía en diferentes años, pues  al que hacía el censo se le ocurrió ir a la Cárcel de la Loma Nº7 o Algezares Nº7 y censó a todos los presos, que por ahí si tenías interés puedes encontrar porque está la relación de todos, no tenían que ser  de Hellín sólo, tenía que haber de muchísimos sitios, de muchísimos sitios.

-  Bueno y en todos los pueblos hay personas peculiares que quedan en la memoria colectiva, ¿a quienes recuerda usted de una manera especial?
- Yo recuerdo de crio a una que llamaban la "Reinica" era una abuela, pero le daba mucha rabia y cada vez que la veían los chiquillos empezaban "la Reinica, la Reinica" y la Reinica salía detrás diciéndonos de todo, de eso me acuerdo mucho. Eso tuvo que ser en mis primeros años del...cincuenta y cinco a sesenta más o menos. Después ya hay personajes ya más en cierto modo entrañables, porque me acuerdo de "Heladito" Heladito ese ya es mucho más posterior, pero bueno Heladito era una persona entrañable, el "Tonto Matías" que yo creo el tonto no se le decía con ánimo peyorativo, era una manera como decirle Pepe Matías, pues Tonto Matías. Sí, son personajes.

- ¿Y qué destacaría, que diferencias más notables destacaría entre las formas de vivir de su infancia a cuando vuelve, luego cuando retorna de Madrid?
- Bueno en el aspecto llamémoslo seudopolítico, no había cambiado nada, ósea Hellín estuvo anestesiado desde el año treinta y nueve hasta... yo creo que sigue anestesiado todavía, pero bueno es una opinión muy personal. Pero lo que si noté era el cambio de la vida social, el cambio de la vida social, antes se vivía en la calle, cuando yo vine ya no se vivía en la calle y te pongo un ejemplo, yo me acuerdo que era un crio que tendría seis o siete años, vivía en el Barrio del Pino, en la Casa del Pino, y a lo mejor me subía siete veces el cerro arriba y siete veces el cerro abajo, cazando grillos, cogiendo piedras, de todo, en cambio cuando vine, salía un crío de esa edad de seis, siete, ocho, nueve años y te decía "Papá que me voy a ir a la calle" y se te abrían las carnes, ¡madre mía! pero ¿Cómo te vas a ir solo?, ¡eso sí que lo noté mucho!

- ¿Y cómo ve a los jóvenes de hoy en día?
- Es que tienen una manera de…es totalmente distinto. En aquel entonces yo cuando volvía de vacaciones, en los colegios, aunque ya estaba en Madrid, yo tres meses al año los pasaba aquí y entonces la diversión de nosotros con quince, dieciséis, diecisiete, dieciocho, veinte años, era cuando había baile, ir al baile a ver si podía bailar, tomarte una cerveza si es que tenías posibilidad y dinero para tomártela y sobretodo ir a un sitio que nosotros le llamábamos la muralla, que no es con ningún ánimo político, la muralla es lo que ahora han hecho en el Parque de los pinos este que hay allí abajo, que la han cerrado con una verja, pues eso a todo alrededor había como una muralleta así y nosotros aprovechábamos para sentarnos, esa era la muralla y pasearte por allí, ya por el Rabal se paseaba poco, el Rabal es la calle emblemática de Hellín, ¡era la calle emblemática de Hellín!, ahora ya no, ahora mismo pasas por allí y lo único que funciona allí es el Ayuntamiento, ¡eso lo ha cambiado tanto! Porque es que ahora yo no lo sé los zagales, yo se lo decía a mis hijos ya hace ya, tiempo de eso, es que vosotros salís ahora cuando nosotros nos recogíamos, ósea nosotros salíamos un sábado porque entonces eso de salir el fin de semana el viernes eso nada, el sábado se trabajaba "coño" es que es así, entonces a eso de las once y media o doce estábamos recogidos en nuestras casa, ahora no, ahora llegaban mis hijos y a las doce y media y dicen "bueno voy a ducharme y me voy" y digo "muchacho pero" sí, sí, eso es lo que a mí me lleva que no, no lo entiendo, pero bueno son manera de vivir.

- Cambiando de tema, parajes naturales de Hellín ¿Cuáles son los parajes que a usted le parecen más bonitos o más destacables?
- ¡Hombre! a mí me ha gustado mucho siempre el campo, por mi afición a la Arqueología y a la Historia, y hay parajes que son muy bonitos, lo de bonitos entre comillas porque claro, si tú le dices a alguien que vive en el Valle de Arán que ésto es bonito porque estás viendo tres árboles y una miaja de río, que parece que es un charquico, pero bueno.... todo tiene su belleza, todo tiene su belleza.A mí me gusta mucho toda la zona del Pitón Volcánico de Cancarix, la zona de Agramón hacia la Sierra y si te vas ya más lejos bueno los parajes de Ayna, Liétor y Yeste son una maravilla, eso es lo que más me gusta, pero hay muchos, muchos parajes en Hellín que merecen la pena.

- ¿Y su afición por la arqueología?
- Mi afición por la Arqueología, viene hace muchísimos, muchísimos años. Yo conocí a un, creo que vive todavía, un señor que se llamaba, creo que vive en Albacete, se llamaba Bernardo, Bernardo Zornoza y él era algo así como el Delegado de Arqueología de la zona de aquí de Hellín, y no sé, contacte con él y me iba con él a todos los sitios, cuando íbamos allí a hacer prospecciones aquí a la Tejera de Garaulet…y así me aficioné y la verdad es que es algo muy apasionante, es muy "Indiana Jones".

- Muy bien Enrique ¿Alguna cosa le gustaría decirnos? ¿Alguna idea?
- Hombre, idea no
- ¿Se nos ha quedado algo en el tintero?
-  No, simplemente hacer hincapié en lo que digo: yo quiero mucho a mi pueblo, me gusta mucho mi pueblo, pero algunas veces…algunas veces dicen que nuestro pueblo es nuestra madre, bueno ,pero algunas veces más que madre parece madrastra. Hubo hace muchísimos años en la Calle de López del Oro otra calle emblemática de Hellín, en una de las fachadas, había una pintada cuando era la época de las pintadas, gracias a dios eso ya pasó y esa pintada decía "Hellín despierta ya es de día" bueno pues yo lo que quisiera es que Hellín despertase ya de una "puñetera vez" porque sigue dormida, eso es lo único que quiero manifestar, Hellín está anestesiado, dormida y estamos "tontos perdidos", nos da lo mismo todo. Hay un refrán hellinero que también lo voy a decir, que todo tiene su razón, y todo tiene su por qué cuando uno analiza,que dice: "Hellín campana de palo". Bueno pues eso es lo que nos pasa ¡Hellín campana de palo!

- Muy bien, pues muchas gracias Enrique
- A vosotros
- Ha sido un placer

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