Guillermina Medrano Aranda

Entrevista realizada por “Visión 6” en 2005 y editada por el IEA en 2021.

Nació el 8 de diciembre de 1912 en la calle Jiménez de Córdoba, hoy calle Albarderos, en la ciudad de Albacete. Guillermina Medrano es conocida por ser la primera mujer concejal del Ayuntamiento de Valencia entre los años 1936 – 1937, militando en el Partido Radical Socialista, luego convertido en Izquierda Republicana.En 1939, tras una estancia en París, se reunió con su esposo Rafael Supervía, que había estado retenido en un campo de concentración francés en Argelia, embarcando junto a su madre rumbo a Méjico, pero por problemas de salud, se ven obligados a desembarcar en la República Dominicana. Su estancia allí se prolongará durante casi siete años, ayudando a la organización y dirección del nuevo Instituto Escuela Ciudad Trujillo (Santo Domingo), escuela privada inspirada en los criterios pedagógicos de la Institución Libre de Enseñanza. En 1945 consigue una plaza de profesora de lengua española en la Sidwell Friend School en Washington, trasladándose definitivamente a los Estados Unidos hasta 1978.

La Universidad de Harvard la nombra “Maestra Distinguida”. Durante su exilio mantuvo contacto con personalidades como José Vela Zanetti, Eugenio Granel, Indalecio Prieto o Juan Ramón Jiménez. En 1978 Guillermina regresa a España tras 40 años de exilio. En 1986 le otorgan el Lazo de Dama de Isabel La Católica a propuesta de la oficina cultural de la Embajada Española en Washington, “por su larga labor docente del español en los colegios americanos”.

Fecha de la entrevista: 2005

Comarca: Llanos de Albacete
Municipio: Albacete
Provincia: Albacete
Pais: España
Año Nacimiento: 1912
Año Fallecimiento: 2005
Género: MUJER
Entrevistador: Fernando García - Visión 6

INFANCIA - FAMILIA:

P: Guillermina

GMA: Dime

P: Nace usted en el año 1912 como decíamos anteriormente en Albacete, en la calle Jiménez de Córdoba, hoy calle Albarderos, sin embargo, la inscriben a usted en el Registro Civil con el nombre de Balbina, ¿nos puede usted explicar?

GMA: No, porque quisiera encontrar la persona que hizo eso, (riéndose) para que me explicara porque me puso Balbina porque en mi familia no hay Balbinas, ni…¿quién sabe?, quien era Balbina, alguna novia de él o algo así, porque yo no… mi único nombre es Guillermina, Balbina y Guillermina no, es Guillermina.

P: Guillermina, ya usted de muy niña, la vida le da un primer golpe, que es la muerte de su padre...

GMA: No oigo bien.

P: Sí, siendo usted muy niña, la vida ya le da un primer golpe que es la muerte de su padre. ¿Cómo encaja su madre y la familia aquella situación?

GMA: ¿Cómo?, no, no entiendo bien lo que me quiere usted decir.

P: Sí. Muere su padre cuando usted era una niña muy pequeña.

GMA: Muy, muy pequeñita.

P: ¿Cómo asumió su madre aquella situación?

GMA: Pues mi madre volvió a vivir con los abuelos, con mis abuelos maternos y yo, es decir, puedo decir que me crié con mis abuelos maternos, estuve todo el tiempo ya con ellos, estudié, trabajé, bueno primero estudié el bachiller y luego pues me puse a trabajar.

POLÍTICA:   

P: ¿Cuándo empieza usted a tener el primer contacto con la política? ¿ya cuándo la familia entera se desplaza a Valencia?

GMA: ¿Con quién?

P: Sí, ¿cuándo empieza usted a tener contacto con la política después de que la familia se viene a Valencia Guillermina?

GMA: Pues, realmente mi contacto con la política es muy, muy pronto, en mi juventud, porque el profesor que yo tenía en la academia era Valera, Fernando Valera, que fue luego diputado, y él me hablaba de política y todos los días iba yo con él al…a un sitio donde él trabajaba por la tarde, él trabajaba por la mañana en una cosa oficial y por la tarde iba a esta academia, a la Academia Martí. Entonces, yo iba con él y andábamos y él me preguntaba y yo hacía más preguntas que él y él me contestaba las que podía y luego ya me decía: “bueno ya, ya está bien”, porque yo era muy preguntona.

P: Guillermina, dicen que se ponía usted un gorro y se vestía con la bandera republicana.

GMA: ¡Ah sí!, sí, pero eso era más joven yo.

P: ¿Qué edad tenía usted cuando hacía esto?

GMA:  Pues 10 o 12 años.

P: ¿Y con qué finalidad se vestía usted con la bandera? 

GMA: Porque mi familia se hablaba de la República todo el tiempo. Y en el ático de la casa donde vivíamos, había una bolsa donde estaban las cosas de la República ¿no?, y yo pues en cuanto tenía ocasión, bajaba aquella bolsa y me la ponía y me bajaba a la calle. Y no me hacían caso, no me hacía caso nadie ¡claro!, era muy joven yo, pero yo lo sentía mucho, yo sentía que aquello me pertenecía, que aquello era parte de mi vida ¿no? Seguramente lo era y lo ha sido.

P: ¿Es cierto que, en aquella época, también siendo usted muy jovencita, recaudaba usted fondos para que volvieran los militares de África?

GMA: Sí, para que volvieran, sí, los que estaban en África en la …, bueno en el norte de África ¿no?, y pues no había quien los trajera a España otra vez. Aquello era una cosa tremenda de gente que hacía negocio con todo, y recaudamos dinero y trajimos gente que estaba en el norte de África para España otra vez.

EDUCACIÓN: 

P: Ya termina usted el bachiller y decide hacer Magisterio,

GMA: Sí

P: porque le gustaban mucho los niños.

GMA: Sí

P: Y concretamente se especializó usted en atender a los niños discapacitados.

GMA: Sí, sí. Me gustaban mucho los niños, sobre todo los niños, los alumnos ya porque eran ya mayorcitos, me gustaba mucho tratar con ellos y ayudarles a que comprendieran la vida ¿no? Era difícil eso para esa edad, pero traté de hacer lo que pude para ayudar a estos chicos. Y ya después, pues me puse a trabajar bastante joven.

P: ¿Fue usted maestra porque su padre Guillermo era maestro?

GMA: No, no. Soy maestra porque me gustaba ser maestra. Mi padre murió muy joven, era muy joven para mí, no lo recordaba yo siquiera a mi padre. Solamente tengo el retrato de él, allá donde he ido, ha ido conmigo el retrato de mi padre. Yo necesitaba tener un padre y desgraciadamente él murió muy pronto.

P. ¿Por qué le gusta que le llamen Guillermina “ maestra republicana”?

GMA: Porque siempre lo he sido. Era siendo muy jovencita ya era yo maestra, es decir, hice Magisterio muy joven y después de Magisterio pues, me puse a trabajar. No había otro remedio. Mi madre era viuda, no tenía ingresos más que… no podía….

En aquel entonces, mi madre quería ir a trabajar de modista porque sabía muy bien coser y tal, pero sus hermanos eso, consideraban que era un insulto que su hermana tuviera que ir a trabajar siendo ellos sus hermanos que podían darnos de comer a mi madre y a mí. Y ahí me fastidiaron porque tuve que depender de la familia ¿no? hasta que pude yo independizarme, que fue bastante pronto.

P: Su abuelo, el padre de su madre, su abuelo materno, se vino también desde La Roda a Valencia ¿verdad?

GMA: Sí, ya estaban aquí. Ellos estaban aquí cuando nosotros vinimos, porque ellos se habían trasladado de La Roda aquí la familia entera. Mi tío Sebastián es que trabajaba en el Catastro y era un cargo oficial ¿no? Y entonces detrás de él, vino el resto de la familia a Valencia. Y me alegro de que haya venido a Valencia y no se haya quedado todo el tiempo en Albacete, porque hubo más posibilidad de progreso para el resto de la familia.

GUERRA CIVIL:

P: Ya usted era una mujer joven cuando explota la Guerra Civil. ¿Qué papel político desempeñó usted Guillermina durante la Guerra Civil aquí en Valencia?

GMA: ¿Dónde?

P: Aquí en Valencia.

GMA: ¿En la Guerra Civil? 

P: Sí.

GMA: ¿Durante la Guerra Civil?

P: Sí, durante la Guerra Civil.

GMA: Bueno, yo estuve muy activa durante la Guerra Civil. Tenga en cuenta que yo era concejal del Ayuntamiento de Valencia ya entonces elegida, elegida por el partido de Izquierda Republicana al que yo pertenecía y ya pues…

P: ¿Fue usted la primera concejala que tuvo el Ayuntamiento de Valencia?

GMA: Sí.

P: Concejala mujer.

GMA: La primera, y no sé si hubo alguna más por ahí por España.

P: Entonces estaba de ministra en el Gobierno de don Manuel Azaña, Federica Montseny, como Ministra de Sanidad.

GMA: Sí, pero yo no tenía contacto con ella. Ella era mucho mayor que yo, y además no era de mi partido político. Yo era de Izquierda Republicana, no era, no era comunista, ni era... No.

P: ¿Es cierto Guillermina que así que terminó la Guerra, el alcalde de Líria, consideró que era usted un peligro para el Alzamiento Nacional?

GMA: Sí, era un peligro yo, sí, para el Alzamiento Nacional, así que me tuvieron que decir que me fuera, y yo antes de que me dijeran que me fuera, me fui.

P: ¿Sintió usted miedo por su vida?

GMA:  Sí. Me hubieran fusilado, porque en Liria, en Liria donde yo hice todo mi trabajo político, donde fui maestra y directora de la escuela, pues me tenían aquí (señalando el cuello) y hubieran, hubieran aprovechado aquellos momentos de poco, de poco sentido común para ir detrás de mí y si podían fusilarme pues mejor, se hubieran quitado del medio una “roja”, una “rojilla”.

P: ¿Cuándo se dio cuenta Guillermina que la Guerra estaba perdida?

GMA: Muy pronto. Porque yo fui a París, yo salí a París durante la Guerra representando a las juventudes republicanas, porque lo que había necesidad en París, era de tener una persona que recaudara fondos para mandarlos a España, y eso fue lo que hice, y lo hice bien, porque muchos, muchos países de Hispanoamérica que habían estado muy flojos en la ayuda, pues parece, parece, eso me decían, que trabajé bien para que ellos ayudaran, pero fue inútil, fue inútil, ya.

EXILIO:

P: Cuando en enero Guillermina, en enero del año 39, sale usted ya de España, ¿su corazón qué sintió?, porque ya sabía que se iba al exilio.

GMA: Sí, sí, porque yo había ido ya antes, ya había estado en París y luego vine otra vez, y la última vez que salí, ya cuando me despedí de mi abuela, a la que yo quería como si fuera mi madre, porque mi madre había sido muy joven viuda y yo me había criado con mis abuelos, mis abuelos maternos, sentí que… que eso, y cuando me despedí de mi abuelo, que mi abuelo era un hombre que siempre, siempre, y cuando usted hablaba con él, siempre recordaba dichos del Quijote por ejemplo, y presentí que ya no lo iba a volver a ver, pero él lo presintió más que yo, y me dijo: “ mira hija (era mi abuelo, no era mi padre ¡claro! mi padre había muerto) cuando los pajarillos dejan el nido, ya no vuelven a ocuparlo”, me dijo. Y así fue. Yo salí, y ya no los volví a ver porque ya no pude volver a España y eso me dolió mucho, porque no me atrevía a volver, porque le dije yo: “si vuelvo, me pescan y Dios sabe si acabo delante de un muro”.

CAMPOS DE CONCENTRACIÓN:

P: Salió usted Guillermina desde París con Rafael Supervía, su marido.

GMA: No, él no. Él salió al norte de África y estuvo en un campo de concentración, estuvo, mi marido.

P: ¿Por qué lo retuvieron allí en un campo de concentración? A Rafael.

GMA: Bueno, porque Francia hizo campos de concentración para todos los españoles que salían, y luego cada uno pues se arreglaba como podía.

Yo, por ejemplo, tuve suerte porque yo había hecho amistades muy íntimas con franceses, con gente francesa, que tenía mucha posibilidad de ayudarme. Decían que yo siempre iba mirando el futuro, lo que me convenía, yo decía: “¡claro! no iba a estar esperando que me ayudara nadie”, sino me ayudaba yo.

P: Entonces Guillermina cuando salió de París hacia el exilio que iba ¿su madre con usted?

GMA: Mi madre salió ella por su cuenta. Mi madre era extraordinaria. Una mujer que no había salido de España nunca, pero tenía una fuerza tremenda, y ella sabía que yo estaba en París y si estaba yo en París, ella debía venir a París. Y en efecto, un día me levanto yo en París, donde vivía en una… en un apartamento meublé, y me levanto y allí me la encuentro, que había salido de España.

P: Y ¿cuándo encontró a Rafael, a su marido?

GMA: ¿Qué?

P: ¿Dónde y cuándo encontró a Rafael,  su marido?

GMA: ¿Dónde?

P: Sí.

GMA: Bueno, Rafael salió de España al norte de África, y allá lo metieron en un campo de concentración, y entonces, eso ya, eso ya me sirvió mucho mis amigos franceses. Fui a una…, una señora me quería mucho, me andaba rondando para su hijo que era bastante mayor que yo, y la “petite espagnole” pidió que trajeran a mi marido del campo de concentración del norte de África y me lo trajeron. Y estuvimos en París un tiempo hasta que pudimos lograr marchar a América.

P: Se montan en el barco y piensan llegar a Estados Unidos, sin embargo, hacen escala en la República Dominicana en Santo Domingo.

GMA: Bueno, es porque salimos de España y no nos importaba donde íbamos. Lo que queríamos era salir de Europa e ir a América y establecernos en cualquier parte y empezar una vida que no teníamos. Y en efecto, pues eso es lo que pasó. Salimos y llegamos a la República Dominicana para parar, solamente parar, porque yo me había encontrado mal. Yo me mareo mucho en el barco, y le pedimos a los de la Aduana si podíamos bajar, a descansar y nos dijeron, me dijeron a mi porque era yo la que estaba mareada y no me sentía bien. Me dijeron: “este es su país, este es su país, ustedes están aquí en su casa, así que bajen ustedes y estén el tiempo que quieran”. Eso fueron los dominicanos que son muy agradables, gente muy cariñosa. 

P: Y estuvo usted siete años en la República Dominicana.

GMA: Estuve unos años, unos cuantos años.

P: Desde el año 39 al 1945

GMA: Sí

PERSONALIDADES:

P: Y allí conoció usted Guillermina a personalidades como José Vela Zanetti, que luego sería una gran figura mundial.

GMA: Íbamos juntos en el barco.

P: ¿Iban juntos?

GMA: Sí, Vela y nosotros íbamos juntos. Y él se quedó allí hasta poder traer a su mujer y a sus hijas, que tuvo, él tuvo dos hijas, unas mellizas. Su mujer tuvo las mellizas separada de él, ella estaba en Francia y tuvo las mellizas, hasta que pudo él llevarla a la República Dominicana.

P: Personas como Jorge Granel también le conoció usted.

GMA: Granel sí también.

P: Otro gran artista que ahora tiene exposición en el Museo Reina Sofía de Madrid.

GMA: Sí, pero Granel entró no como artista si no bueno como una persona que iba a trabajar allí en lo que fuera. Y luego empezó a trabajar.

P: ¿Se adaptó Rafael a la vida en la República Dominicana?

GMA: ¿Cómo?

P: Su marido Rafael, ¿se adaptó a la vida de la República Dominicana?

GMA: No, no.

EDUCACIÓN: 

P: ¿Fue para él difícil?

GMA: Ni yo tampoco. No. Es muy difícil vivir en un país como la República Dominicana. La gente es muy buena, pero el país tiene muchos límites para vivir, para trabajar.
Para mí no fue así porque yo fundé un Instituto-Escuela. Llegué, me contrataron inmediatamente para el Departamento de Educación y estuve trabajando un poco, pero dije: “yo no voy a trabajar para esta gente, yo voy a independizarme”. Y lo que hice fue eso, independizarme.

P: ¿Tuvo usted algún problema con la dictadura de Trujillo allá en el país?

GMA: Yo nunca lo tuve. En efecto, la niña estaba en mi escuela.

P: ¿La hija del presidente Trujillo?

GMA: Sí. Porque yo fundé una escuela allí, era para americanos, es decir, fueron los americanos los que me ayudaron a fundar la escuela, porque yo no tenía dinero para nada, y el embajador americano al cual había conocido yo en una reunión, me ayudó mucho para fundar la escuela que luego fue y que todavía existe.

EXILIO: 

P: Y ¿cuándo Guillermina deciden ustedes trasladarse a Estados Unidos?

GMA: ¿Irme a Estados Unidos?

P: (Asintiendo) ¿Cuándo lo deciden?

GMA: Pues resulta que estando en la República Dominicana, como le digo, el embajador americano me mandó a su hija a la escuela, a Anita tiene, tenía doce años entonces, la hija. Y su padre, ¡en fin! hicimos amistad, y nos invitaban a su casa con frecuencia, eso producía una envidia entre los otros españoles tremenda, cualquier cosa se imaginaban.

UNIVERSIDAD:

Y… me, bueno fuimos allá a la República Dominicana, estuvimos un tiempo, seis años casi, seis años, y luego nos fuimos. Me dieron una beca para ir a Estados Unidos a estudiar a Columbia University. Y fui, y me aceptaron mis títulos de España y estuve estudiando allí en Nueva York. Y dije ya: “este es mi país, este es mi país, a mí no me vuelven allá”, y volví, pero volví para ya volver otra vez a Estados Unidos y allí estuve hasta que fue mi marido también.
P: Doña Guillermina, ¿es cierto que un alto cargo del régimen de Franco de visita en Washington, les propuso volver a España?

GMA: Volver a España, a mi esposo y a mí, y entonces me dijo, le dijo mi esposo, fue más bien mi esposo que yo, porque yo estaba presente, pero él era el que, el que ¡en fin! contestaba, como era natural ¿no?, estando él pues era él el que contestaba más que yo. Y dijo: “pero ustedes pueden volver, si pueden volver allá, a ustedes no les va a pasar nada”, y mi esposo les dijo: “ahora no, pero quien habla del porvenir, ¿quién me asegura el porvenir?”, es decir, si quieren ustedes entenderlo, ahora muy bien yo me callo, pero en cuanto esté yo en España, empezaré a hacer mi política que es lo que siento y por lo que estoy aquí ahora. Y entonces le dijeron: “bueno, pues mejor quédese, mejor quédese”.

P: ¿Cómo fue la vida en Estados Unidos para Rafael y para usted Guillermina?

GMA: ¿Cómo?

EDUCACIÓN-UNIVERSIDAD

P: ¿Cómo fue la vida en Estados Unidos para Rafael, su esposo, y para usted?

GMA: Bueno, en Estados Unidos yo no tengo más que gratitud, gratitud para Estados Unidos, porque llegamos allá, yo llegué ya de profesora, The Sidwell Friends School, que es una escuela de cuáqueros y mi esposo de la Universidad de George Washington. Y allí estuvimos trabajando, él como profesor y yo como maestra en esta otra escuela, e hicimos muchas amistades, muy buenas amistades, porque la gente americana aparentemente es callada y tal, pero cuando te da la amistad, te la da de verdad. Y lo pasamos bien, no podemos quejarnos de nada.
Por el contrario, tenemos muchas amistades que queremos mucho y tal. Ayer, precisamente recibí una llamada de la República Dominicana que se había muerto mi mejor amiga, era como una hermana para mí, ya estaba enferma ella, pero ¡en fin! no esperaba que muriera tan pronto. Fue como una hermana en la República Dominicana para mí, y ella se quedó con la dirección de mi escuela cuando yo vine a Estados Unidos.

P: La Universidad de Harvard, una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos doña Guillermina, le nombró a usted “Maestra Distinguida”. ¿Qué supuso aquello para usted?

GMA: Bueno, fue muy halagador, muy halagador que se hubieran fijado en mí, y si se fijaron en mi como maestra de español en los Estados Unidos que había hecho tanto por que conocieran, los Estados Unidos conocieran… (tose), perdón.

P: Estábamos hablando doña Guillermina de ese reconocimiento especial que le hizo la Universidad de Harvard, nombrándole “Maestra Distinguida”, el orgullo y la satisfacción que supuso para usted.

GMA: Mucho, mucho, mucho porque Harvard no es cualquier cosa, pero es que allá ese nombramiento obedece a que cada año cuando se gradúa un grupo, el, el que digamos, el que más ha destacado en ese grupo, puede nombrar una persona para acreditarla como maestra o maestro pues que han hecho mucho por él y por la Universidad, y a mí, yo encontré felizmente a un alumno mío que me propuso. Y nada más.

P: Doña Guillermina, háblenos de don Rafael Supervía su esposo. ¿Cómo era don Rafael?

GMA: Don Rafael Supervía era un hombre extraordinariamente inteligente. Era un abogado famoso ya en Valencia cuando salimos, porque él era bastante mayor que yo, me llevaba más de diez años mi marido y ya de bastante joven era muy conocido en Valencia como abogado, y allí está (señalando una fotografía), allá está con Azaña.

PERSONALIDADES: 

P: Hablando de Azaña doña Guillermina, ¿es cierto que le dio usted la espalda al presidente de la República porque la discriminó por ser mujer?

GMA: ¿Cómo? ¿Qué le di?

P: ¿Le dio usted la espalda a don Manuel Azaña porque le discriminó por ser mujer en un acto público?

GMA: Bueno, no es que le di la espalda, es que no le hice caso, que no es lo mismo. Él estaba allí conversando y tal, y me presentaron, me presentaron a él, e hizo así (mirando hacia abajo), me miró como diciendo: “este renacuajo pequeño, ¿qué hace aquí con nosotros?” ¿comprende? Que era la manera de ser de ellos, aunque ellos lo nieguen, era la verdad, era lo que pensaban de nosotros y bueno, yo estuve con ellos y ya después me trataron muy bien.

P: ¿A cuántas personalidades de la República Española, con cuántas tuvo usted contactos en Méjico, en la colonia de Méjico del exilio?

GMA: Bueno contactos muchas, con muchas personas, pero… ahí tiene usted la fotografía con varias personas.

P: ¿Con Indalecio Prieto tuvo usted contacto en Méjico?  
  
GMA: Sí mucho, mucho. Concha, Concha y yo éramos muy amigas y Prieto ¡claro! Cuando íbamos a Méjico, que era con mucha frecuencia, todos los veranos mi marido y yo íbamos a Méjico. Yo llevaba un grupo de estudiantes de…, estudiantes de español, para practicar y dar un curso allá donde trabajaba Rafael y yo, los dos. Y siempre teníamos algún amigo que le invitábamos a dar una conferencia y le pagábamos un tanto y tal, alguno de los refugiados. Y bueno…

EXILIO: 

P: ¿Y cuándo? doña Guillermina, ¿cuándo el Gobierno de la República en el exilio perdió la esperanza de que Franco no dejaba el poder, y que la Dictadura no se venía abajo?

GMA: Bueno usted sabe que el español es muy iluso, y bueno él esperaba, mañana, de mañana no pasa, hacían así decían. Hacían chistes porque se juntaban los refugiados en el café, y entonces les hacían burla los otros y, hacía así (pulgar hacia abajo) y decían: “de mañana no pasa”. Pero sí pasó. De mañana sí pasó.

P: ¿Cómo se portó el Gobierno de Méjico del presidente Cárdenas, con el exilio republicano?

GMA:  Muy bien. Cárdenas muy bien. Luego los que vinieron después ya… como ya los españoles se iban, se iban colocando y muy bien colocados, porque eran, muchos de ellos eran muy superiores a los mejicanos, pues…

P: Allí hubo otro español ilustre, Luis Buñuel estuvo también en Méjico.
  
GMA: ¿Qué? ¿Cómo?

P: Luis Buñuel también estuvo en Méjico, en el exilio.

GMA: ¿Quién?

P: Luis Buñuel, el cineasta.

GMA: Buñuel, mm…. Yo no tenía amistad con él. No tenía ninguna amistad. Muchos de los españoles, bueno por abrirse camino pues no se portaban muy bien tampoco, pero…

P: Doña Guillermina, y cuando en el año 78 entró usted de nuevo en España, después de cuarenta años ausente, ¿qué sintió su corazón?

GMA: ¿Después del 68?

P: En el 78, cuando volvió usted a España.

GMA: ¿Cuándo volví aquí a España?

P: Sí. ¿Qué sentimientos le invadían en aquellos momentos, cuando volvió a nuestro país?

GMA: Yo no quería volver, porque me había establecido ya, en Estados Unidos, en Washington, tenía muy buenas amistades, tenía muy buen trabajo en la mejor escuela de Washington, y yo no quería volver, porque dije: “¿qué voy a encontrar allí?”. No voy a encontrar nada que me halague, voy a encontrar gente que haya colaborado con Franco, entonces, ¿para qué?, yo estoy bien aquí pensé. Pero luego, mi marido sí que quería volver, mucho. Mi marido era muy español, yo no lo era tanto. Bueno, lo que ocurría es que yo salí mucho más joven que él, y me adapté mejor a lo que yo llamo el exilio.

P: Durante aquellos años en Estados Unidos, ¿tuvo usted contactos con la clandestinidad, aquí en España? Con la izquierda.

GMA: ¿Con quién?, ¿con quién?

P: Sí, los partidos de izquierda que estaban en la clandestinidad.

GMA: Los partidos de izquierda.

P: Sí ¿tuvo usted algún contacto con algún político de izquierdas de aquí de España?

GMA: ¿De aquí de España? No, realmente…, realmente no. Mi marido más que yo, porque yo no sé, yo soy muy rencorosa. Dije: “tú te has…has aceptado lo que te han dado, bueno, pues bien, allá tú, pero yo no”. Yo decía: “para mí habéis terminado ya”. Pero así no es, así no es la cosa.

P: ¿Se alegra usted de estar en España?

GMA: Sí. Esta es mi raíz. Aquí es donde estoy yo, contenta, y sé que aquí he de acabar mi vida, he de morir aquí. Tengo aquí familia, bueno realmente sí, Guillermo es mi ahijado y se llama Guillermo por mí, y Guillermo está aquí. Y luego, Rafael tenía una hija, y ella es como mi hija ahora.
 
P: Dentro de sus amistades, conoció y tuvo usted una buena relación…

GMA: ¿Cómo?

PERSONALIDADES: 

P: Que tuvo usted una buena amistad y una buena relación con Juan Ramón Jiménez.

GMA:  Oh si mucho, mucho.

P: Háblenos un poquito de esa amistad Guillermina.

GMA: Era un caso. Juan Ramón era un caso. Estaba en…, ella era una bendición de mujer, la mujer de Juan Ramón, pero él… Salía al jardín y yo no sé cómo se las arreglaba que se ponía así (extendiendo el brazo y con la palma de la mano hacia arriba) con la mano, con, con  unas… un poco de pan o algo y le bajaban los pajaritos, eso se lo digo yo que es verdad, bajaban los pajaritos y comían eso y se iban. Y yo decía: “¿Qué tendrá este hombre, que atractivo tendrá este hombre?”, porque yo salía y ponía pan y se iban corriendo, así que algo debía haber. Sí, la gente tiene un atractivo especial, repelen, los repelen a una persona o lo quieren, lo aceptan. Pero así, es la verdad, es la verdad.

P: Doña Guillermina ¿qué balance haría usted en pocas palabras de lo que ha sido su vida?

GMA: ¿De lo que ha sido mi vida? ¿Hasta ahora? No querría volver a vivirla, de ninguna manera. He sufrido mucho cuando he tenido que dejar España definitivamente, cuando salí por primera vez. Y cuando mi abuelo dijo eso, me dijo eso: “hija mía, el pajarillo que se va del nido no vuelve ya”, me dijo mi abuelo. Y es verdad, ya nunca lo volví a ver, ni a él ni a mi abuela, que yo los quería como mis padres, como mi madre había quedado viuda tan joven, yo me críe con mis abuelos, y mi abuela era una mujer de mucho temperamento y cuando me querían hacer rabiar mi marido y mi madre, decían: “ es mi abuela, es mi abuela (tose), es mi abuela”, como si me insultaran ¿no?, y yo decía: “pues muy bien, mucho que me alegro”.

P: Pues doña Guillermina, hemos llegado al final de nuestra entrevista. Le agradecemos de corazón que nos haya permitido pues robarle estos treinta, veinticinco cinco minutos que le hemos robado.

ALBACETE:

GMA: Bueno, yo quiero decirle algo a usted antes. Usted viene de Albacete, y para mí, yo soy albaceteña a pesar de que he vivido muchísimos años en Valencia. Siempre he encontrado que mi madre era muy albaceteña y me, y me…, me puso en contacto con cosas que yo no conocía de Albacete ¿no?, porque ella allí es donde encontró a mi padre, allí es donde pasó su juventud ¿no?, y ella era muy albaceteña. Yo desgraciadamente no pude serlo porque no estuve aquí, pero me ha agradado mucho volver a la raíz, me ha agradado mucho, porque parece que uno renace ¿verdad? Tiene, tiene raíz de verdad.

P: Y además Albacete, le quiere a usted mucho, porque le ha dedicado una calle en el Campus de la Universidad.

GMA: Ya lo sé, ya lo sé, ya lo sé.

P: Que el otro día el alcalde le hizo un bonito homenaje en el Centro de la Mujer, en reconocimiento a su lucha por la libertad.

GMA: Sí, sí. Estuve muy contenta yo, estuve muy contenta el otro día con todo lo que me hicieron allá.

P: Pues doña Guillermina, le deseamos de corazón, que viva usted muchos años.

GMA: Bueno

P: Y que nos podamos seguir viendo muchas veces.

GMA: Muchas gracias, muchas gracias. Ha sido un placer poder conversar con usted.

P: Y a todos ustedes queridos amigos, sin terminar, me gustaría hacer una mención especial y dos agradecimientos: uno a Guillermo Aranda, sobrino ahijado de doña Guillermina por habernos facilitado este contacto para hacer posible esta entrevista con ella, Y también a Antonio Selva cuyas investigaciones y documentación pues han permitido, pues dar una mayor solidez y un mejor soporte a esta entrevista.

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